En una mañana gris, con llovizna, se preparó un gran acto en el distrito bonaerense de Merlo, el distrito de Othacehé.
Una carta abierta de la Cicop colocó en el orden del día la persecución y el atropello a que son sometidos los médicos del hospital provincial Héroes de Malvinas.
Del acto hicieron uso de la palabra: Miguel Pardo, de Emprendimientos Ferroviarios (Emfer), cuyo dueño es Cirigliano; Juan (Cuba-MTR); Miguel Astarita (Suteba Marcos Paz-Las Heras); Gómez (Fubadeyo); Marcelo González, representando al Cuerpo de Delegados de Ecotrans (ex TDO); la compañera Gabriela Toledo, del CBC-CUM de la UBA sede Merlo; Gerardo Martino, en representación de diversas organizaciones piqueteras; Quique Lombardía, de la Junta Interna del Hospital de Moreno; Luis Ibáñez, por ATE Moreno; por el Polo Obrero habló Néstor Pitrola. Como último orador hizo uso de la palabra José María Escobar.
Finalizado el acto se organizó la movilización hacia el municipio. La plaza y sus alrededores estaban infestados de alcahuetes rentados para "proteger" al intendente. La columna de una cuadra y media (más de 1.000 personas) fue la expresión que se plantó frente a la mafia en su más pura descomposición. El municipio intentó instalar una fachada de terror. Los comercios fueron obligados a cerrar y el centro fue sitiado por grupos de tareas al mando del municipio.
La vigorosa columna se desplazó hasta las vallas y presentó un petitorio con los reclamos de las barriadas y de las reparticiones laborales del distrito, reclamos referidos a salud, educación, trabajo, obra pública y transporte. No fue recibido por ningún funcionario.
Por asambleas populares que reorganicen el distrito sobre nuevas bases sociales, políticas y económicas. Por una alternativa obrera y socialista. Fuera Othacehé y su patota de Merlo.
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