lunes, 23 de agosto de 2010

JUICIO DEL PARTIDO OBRERO CONTRA ANIBAL FERNANDEZ

 Fernandez tendrá que responder a sus infamias


El martes 10 de agosto, el Juzgado Civil y Comercial Nº 7 ordenó el traslado de la demanda presentada por el Partido Obrero contra el actual jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y la notificación por oficio del funcionario en su domicilio laboral. Fernández evitó durante 20 meses dar la cara a pesar de la trascendencia pública de las demandas iniciadas en diciembre de 2008 por el PO y su militante José María Escobar en su contra.
En septiembre de aquel año, el entonces ministro de Seguridad y Justicia imputó al PO y a nuestro compañero "haber orquestado" la quema de trenes del ex ferrocarril Sarmiento. Fernández lanzó sus acusaciones en una conferencia de prensa que fue cubierta por todos los medios de comunicación del país, en sede ministerial y en calidad de funcionario público. Expresamente imputó a Escobar "haber dirigido toda la operación" y hasta se dio el lujo de brindar detalles patéticos acerca de la supuesta "técnica" utilizada por nuestro compañero para dar inicio al fuego. Las temerarias y falaces acusaciones de Fernández jamás tuvieron correlato en sede judicial, a pesar del requerimiento del fiscal a cargo de la causa penal para que aportara las "pruebas" que decía poseer contra Escobar y nuestra organización. No lo hizo sencillamente porque tales "pruebas" no existen.
Dos meses más tarde, el PO y Escobar presentamos sendas demandas por daños y perjuicios contra Fernández y el Estado nacional (y otras tantas contra el periodista Eduardo Feimann y el canal C5N, que a los dichos del ministro y en una acción concertada con él agregaron toda clase de diatribas de cosecha propia). Desde entonces, el Estado y su funcionario apelaron a todo tipo de chicanas para evadir sus responsabilidades judiciales y políticas. Mientras que nuestro compañero Escobar se presentó al día siguiente de los dichos de Fernández y en forma espontánea ante la justicia (oportunidad en la que fue informado de que no existía causa penal en su contra), el ministro de "palabra fácil" evitó dar la cara durante estos 20 meses. Pocos días antes de esta resolución judicial que nos favorece, el ministro "bloguero" había sido "intimado" por Jorge Altamira, vía Tweeter, quién le espetó "no sigas huyendo del juez... andá a declarar por las infamias que nos dijiste cuando fueron los incendios del Sarmiento".
El gobierno K, muy "gallito" a la hora de atacar a los luchadores para encubrir las tropelías del grupo Cirigliano en TBA, actuó como un cobarde a la hora responder por sus infamias en sede judicial. Ahora se acabó el verso. Los calumniadores van a pagar de su bolsillo cada infamia que lanzaron contra el Partido Obrero y sus militantes.

Jacyn

CTA: CRECE LA LISTA 3

 Ante el liquidacionismo de la vieja dirección


Casi 1.600 compañeros de todo el país integran la Lista 3, encabezada por Néstor Correa de la Mesa Ejecutiva de Conadu Histórica; Carlos Blanco, secretario general del Hospital Baigorria de ATE Rosario, y Patricia Jure, dirigente de Tribuna Docente de Neuquén y referente de la oposición de Aten Capital. La lista se presenta en 13 provincias, en 12 comisiones ejecutivas provinciales, 13 listas de congresales nacionales, 35 listas de congresales provinciales y cerca de 40 juntas ejecutivas locales o regionales, lo que junto a las provinciales totalizan casi 50 listas a ejecutivas en todo el país. Están fuertemente representados todos los grandes distritos: provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Tucumán, Neuquén, con listas seccionales que los respaldan.
Las listas del Frente de Unidad Clasista están pobladas de dirigentes de sindicatos y delegados de Ctera, Conadu Histórica, ATE, Cicop, UTPBA (periodistas), judiciales y trabajadores de empresas recuperadas por la lucha piquetera, como en Santa Cruz. La componen también obreros del Astillero Río Santiago y de la mina de Río Turbio. En esta provincia, se sumaron más de cien compañeros a la Lista 3, representativos de diez de las 14 localidades de la provincia. Fueron muy importantes también las representaciones alcanzadas en Neuquén (90 compañeros), Jujuy (con representaciones de San Salvador, La Quiaca y Palpalá), en Mendoza, en Río Negro (con compañeros de Cipolletti, Regina, Bariloche, Jacobacci), Salta o Tucumán en sus dos grandes seccionales, sólo para mencionar algunos ejemplos.
En el caso de la provincia de Buenos Aires, además de 19 ejecutivas locales, se han presentado candidatos a congresales en 31 distritos de la CTA, que involucran a por lo menos 40 municipios bonaerenses. Una parte sustancial de los compañeros y compañeras que integran la Lista 3 en la provincia de Buenos Aires provienen de los combativos trabajadores de ATE con fuerte presencia en la capital platense y, especialmente, del sector de los auxiliares de educación, protagonistas de las principales luchas por el salario en el último período. Es por esta razón que en varios distritos bonaerenses las burocracias de ATE y de Suteba han salido a apretar a los candidatos que las conforman (Vicente López), con el objetivo de hacer caer la única alternativa real a ambas variantes burocráticas que se presenta en esta elección. La preocupación de los burócratas de ambos bandos reside en que ven (y con razón) en las listas presentadas por la Lista 3 Frente de Unidad Clasista a un reagrupamiento consciente del activismo, que toma en sus manos las luchas y constituye una alternativa al servicio de los reclamos obreros. En el caso de la provincia de Buenos Aires, se destaca la confluencia con una amplia franja de compañeros provenientes de una experiencia con el degennarismo y un frente clasista con la agrupación Víctor Choque, de ATE.
En Capital, más de 200 compañeros dieron cuerpo a la Lista 3, destacándose trabajadores del Colón, de Ademys, una masiva delegación de UTE, periodistas, AGD-UBA y estatales.
De una punta a la otra del país, la Lista 3 plantea la intervención real en más de cien centros neurálgicos del movimiento obrero de la CTA en todo el país. Para defender esta perspectiva, se empeñará en la conquista de 3.000 fiscales, mil de ellos en la provincia de Buenos Aires, para defender el voto de miles de compañeros detrás de una perspectiva clasista a la descomposición de la CTA.
Su alcance político
El punto de partida de la Lista 3 han sido las agrupaciones clasistas como Tribuna Docente, la Naranja de prensa y la de docentes universitarios, o las agrupaciones de ATE, por mencionar las más desarrolladas, pero el reagrupamiento logrado excede sus fronteras y en casos como San Martín y Vicente López, en la provincia de Buenos Aires, o el Teatro Colón, en la Capital, forman parte de las listas seccionales dirigentes de larga trayectoria que han roto con la vieja burocracia degennarista.
Luego de la presentación y oficialización, se produjeron apoyos como el de Aten Centenario a la Lista Rosa-Gris-Verde de Ctera y se perfilan otros en diversos sindicatos, que marcan mayores perspectivas futuras para la Lista 3 como un canal para un activismo que, ante la fractura de la conducción de Yasky-De Gennaro, toma la ruta de un reagrupamiento independiente a partir de la caracterización que la Lista 3 hace de la ruptura como resultado de dos décadas de integración al Estado, que derivaron en la cooptación por parte del gobierno kirchnerista, en el pacto Moyano-Yasky y en la lucha de aparatos planteada, donde la oposición degennarista carece de toda iniciativa movilizadora frente al debate del 82%, al tema de la reapertura de las paritarias, a la miseria del salario mínimo y a los topes salariales oficiales e incluso al más sensible de todos los temas para la CTA: la lucha por la personería de la central.
El valor de esta Lista 3 tiene que ser considerado en varios sentidos. Su punto de partida es políticamente más alto que el del año 2006, cuando el degennarismo iba unido a Yasky y a todo el compromiso con los transversales de Kirchner, los De Petris y compañía. Hoy, en la lista degennarista se anotó la izquierda sojera, PCR y MST, así como también disidentes del PC de Ademys y otros gremios, con la excusa de enfrentar al kirchnerismo y como manifestación, en realidad, de su completa integración a la centroizquierda de Pino Solanas, que pugna por una nueva Alianza devaluada con Juez y con Binner. La Lista Lila en Ctera es apenas una herramienta sustituta de la burocracia de la CTA, donde el degennarismo no construyó nada precisamente por la política de división de territorios con la burocracia de Yasky y compañía. El reagrupamiento de la Lista 3 está siendo considerado por franjas de compañeros como superación no sólo de la burocracia, sino también de esta izquierda que se le asimila.
La Lista 3 es una lista nacional, defiende una perspectiva de independencia de clase y es un reagrupamiento que excede lo sindical y, en buena medida, adelanta los reagrupamientos políticos de cara al 2011 y es parte de la batalla por la construcción de una alternativa política de los trabajadores en todo el país. Por eso sus listas van pegadas y batallaremos por ello en la junta electoral y ante el Estado, porque desde el candidato a secretario general de la Central hasta la más modesta seccional y sus congresales, se defiende una estrategia para el movimiento obrero. Con una sola excepción que confirma la regla: en las seccionales de Lomas y Almirante Brown, la Lista 3 va aliada localmente al sector combativo de ATE Sur. Se trata de la defensa de una posición conquistada, la minoría obtenida en la elección pasada. Pero es mucho más que eso, porque la alianza local enfrenta a los dos polos de la burocracia en las localidades, el de Yasky-Baradel y el de Micheli-Cachorro Godoy. ATE Sur no define voto nacional, pero enfrenta a las dos variantes; aliado a la Lista 3, llamará abiertamente a que se la vote a nivel nacional. Esto los diferencia de otros sindicatos o sectores del grupo "Rompiendo Cadenas", que integran los dirigentes de ATE Sur, quienes van en listas locales y en distintos casos, como Rosario o Bahía Blanca, aliados a degennaristas que decididamente hacen campaña por la lista de Micheli.
En otro plano, el salto político y numérico de la Lista 3 está expresando una maduración de todo un activo protagonista de las grandes huelgas docentes en todo el país, de las revueltas contra el ajuste de los salarios estatales, de la radicalización en el seno de la docencia universitaria que hoy pugna por la reapertura de las paritarias con nuevos paros, del proceso de masas de los cuerpos de delegados de la UTPBA contra la vieja conducción. Incluso esta Lista 3 ha tenido que superar el escollo de las hoy listas 4 y 5 del PTS y MAS, respectivamente, que priorizaron maniobras faccionales a la constitución de un canal político nacional para rescatar a la CTA del derrumbe al que la llevó la integración al gobierno, a la oposición sojera y aun a la vieja burocracia peronista. La Lista 3 muestra las posibilidades que presenta, a condición de una lucha política, la etapa de descomposición de la burocracia sindical en la Argentina. La ya vieja burocracia de la CTA ha reproducido las fracturas como espejo de las disputas de otras tantas fracciones de la burguesía y sus partidos, que pueblan la historia sindical desde hace décadas. Toda una fracción del activismo apunta a sacar estas conclusiones. Demos paso a una gran campaña electoral que siga desenvolviendo este fenómeno mediante pronunciamientos, plenarios, asambleas en los lugares de trabajo y un gran número de fiscales que garanticen que, el 23 de septiembre, la votación tenga el correspondiente registro del voto a la Lista 3 y sirva de base a futuras conquistas sindicales clasistas y al desarrollo político de una vanguardia obrera frente a la crisis capitalista.

Néstor Pitrola

NO HABRÁ 82% MOVIL SIN LUCHA

En la tarde de este miércoles, los diputados debatían el proyecto que aumenta los haberes al 82% móvil del salario mínimo y los actualiza de acuerdo al salario.    
Si fuera aprobado, ¿habría que dar por ganada esta batalla por las jubilaciones?
Por cierto que no. El proyecto deberá pasar aún por el Senado.
En esas condiciones ¿qué destino le cabe a este proyecto entre los senadores?
Podría soportar un recorte, limitándolo a un aumento de la jubilación mínima.
O peor aún, un vaciamiento de la sesión, como ocurriera hace unas semanas.
La conquista del 82% exige vencer esa feroz resistencia, que está inspirada por los banqueros, especuladores de la deuda y grupos capitalistas que quieren seguir medrando con los fondos de la Anses.
A la cabeza de todos ellos, la Presidenta acaba de amenazar con el default si avanza el 82% móvil.
¡Pero ninguno de los que votan a favor está dispuesto a vencer esa resistencia! Por detrás de la demagogia, responden a los mismos intereses que boicotean el 82% móvil.
Mientras sus diputados dan el "sí", sus voceros y economistas califican al aumento jubilatorio como una "locura".
Mientras dicen estar a favor, los diputados del PRO o de Carrió dicen que "hay que separar a la jubilación del trabajo", o sea, del salario.
Proponen un haber asistencial, que iguale las jubilaciones hacia abajo.
Por eso, están predispuestos a amputar el propio proyecto que han votado.
Ninguna de las fracciones que se disputan la CTA, ni la de Yasky ni la de Micheli, se hicieron presentes en el Congreso para reclamar el 82% móvil. Tampoco lo hicieron sus laderos de izquierda.
En cambio, el Partido Obrero y la Lista 3 -Frente de Unidad Clasista de la CTA sí se movilizaron al Congreso. Allí, levantamos una tribuna ante la satisfacción y el respeto de las organizaciones de jubilados.
El mensaje que dejamos es claro: no habrá 82% móvil sin lucha. No habrá aumento jubilatorio sino convocamos asambleas, plenarios de delegados y ponemos en pie a nuestros sindicatos. Marchemos todos al Congreso, para exigir al Senado su votación sin mutilaciones.

León Trotsky, un revolucionario de nuestra época


Cuando la pica de un asesino sin paralelo ponía fin, hace setenta años, a la vida de León Trotsky, se producía el crimen de lesa humanidad por antonomasia. El ingreso de la humanidad a la mayor barbarie de su historia exigía el aniquilamiento de todos aquellos verdaderamente capaces de ponerle un fin por medio del arma ya probada de la revolución proletaria.
El asesinato de Trotsky tiene lugar en un definido cuadro contrarrevolucionario mundial: las victorias del fascismo, el franquismo, el nazismo y el stalinismo. Estamos en las postrimerías del pacto Hitler-Stalin y en las vísperas de la invasión hitleriana a la Unión Soviética - el escenario de la primera gran revolución obrera de la historia. La escuela del asesino de Trotsky son los crímenes contra los revolucionarios anarquistas y socialistas cometidos por el stalinismo (en primer lugar, Victorio Codovilla, jefe del partido comunista de Argentina), para evitar un segundo Octubre en la España revolucionaria. Antes la victoria del franquismo que  una segunda revolución proletaria - que efectivamente hubiera bloqueado la segunda guerra mundial y cambiado el rumbo de los acontecimientos. Destrozar los cerebros de la revolución curtidos por cuatro décadas de lucha revolucionaria se había transformado en la tarea urgente de la contrarrevolución internacional. Para allanar el camino a la guerra, había que destruir antes a quienes podían transformarla en una guerra civil internacional. Ninguna ‘comunidad internacional' se alzó entonces para declarar la imprescriptibilidad de esos crímenes, los más imprescriptibles de todos porque no serán zanjados en los tribunales de justicia sino en los campos de batalla de la historia. En los años 36-38, Stalin acababa con todo el comité central viviente que había dirigido la revolución de Octubre. La mueca de la historia, implacable ella, había puesto al frente de los tribunales al mismo Vischinsky, un ex menchevique, que en marzo de 1917 había pedido la captura de Lenin (para su eventual fusilamiento) bajo la acusación, en plena guerra, de agente alemán. Este verdugo de todas las estaciones alcanzó su obsesión dos décadas más tarde bajo la batuta de Stalin. El asesinato de Trotsky no ocurrió fuera del tiempo y el espacio sino en condiciones políticas precisas, cuando, solo, se erguía como el último baluarte de la revolución contra la barbarie en marcha de la ilustrada burguesía internacional. El asesinato de Trotsky - el único que previó el holocausto judío apenas Hitler venció, sin resistencia, al proletariado alemán  por culpa de sus organizaciones-  es una pieza política fundamental en el engranaje de la guerra mundial. Esta es la caracterización siempre ausente en el elogio que le prodigan sus epígonos y en los insultos de quienes temen más que nunca su legado. En la pelea contra su asesino hasta capturarlo, Trotsky emerge, hasta su último suspiro, como el gigante del proletariado revolucionario.

Un siglo

Con León Trotsky desaparece la última figura de intelectuales y organizadores revolucionarios socialistas, que debuta con Carlos Marx y las revoluciones europeas de 1848. Durante cien años, la historia del proletariado tuvo su epicentro en Europa y la guía del marxismo. Fue un siglo de discontinuidades, de choques ideológicos y de escisiones históricas - pero cada fase de ellas, así como sus protagonistas, tenía por referencia al marxismo. Con la ventaja de la perspectiva que da el tiempo, sabemos que en los 70 años posteriores no surgió ningún intelectual-organizador de la talla de Trotsky, Lenin, Rosa Luxemburgo o incluso Gramsci (que se esfuerza por pensar como marxista en la celda del fascismo, hostilizado por el stalinismo). Se produce, desde los '40, una laguna histórica en la proyección del marxismo. Este pasa al campo académico, donde siempre había sido rechazado, y abandona la lucha de partido, con lo cual pierde su condición revolucionaria - la academia interpreta la historia pero no pretende transformarla (y la mayor parte de las veces no pasa de una interpretación de textos, algo así como el onanismo intelectual, por lo que ha hecho un culto del repudio a la construcción de partidos revolucionarios). Sin temor al ridículo, el intelectual de centroizquierda se presenta como una ‘variante del marxismo' y hasta como ‘posmarxista'. Las discusiones entre grupos o partidos, por su lado, se fueron convirtiendo en bizantinas, por eso degeneran rápido en escisiones estériles. El proletariado de los países industriales pierde el protagonismo mundial que lo caracterizó en los cien años previos. Se producen interregnos (el mayo francés, el otoño italiano), pero tampoco bajo la influencia del marxismo. Los levantamientos coloniales proyectan un nuevo tipo de dirección política, cuyo lado más débil, el ideológico o programático, conquista a la intelectualidad pequeño burguesa. Es lo que aún ocurre, por ejemplo, con los movimientos que plantean limitar la globalización o con el chavismo. Las esfuerzos gigantescos que ha realizado el proletariado desde su ingreso en la historia para emanciparse como clase y las enormes derrotas que siguieron a sus tentativas más osadas han dejado huellas profundas en su conciencia - que los académicos atribuyen a lo que llaman "los treinta años gloriosos" de recuperación del capitalismo en la posguerra, como si a partir de los aún "más gloriosos", desde 1850 a 1914, o aun de 1890 hasta la primera guerra, la clase obrera no se hubiera afirmado como una clase con conciencia histórica propia y forjado enormes organizaciones socialistas.
Necesitamos nuevos Trotsky. Para ello deberán recoger el desafío de comprender el alcance histórico de la bancarrota capitalista mundial (y dejar de lado a los que esgrimen frustraciones pasadas para deshojar la margarita sobre su perspectiva), así como el de la entrada en escena de los nuevos contingentes gigantescos del proletariado de Asia - y pulir las armas para una lucha revolucionaria que deberá ser decisiva. Como siempre, el proletariado más joven reanimará las fuerzas de los más antiguos. Marx ya había señalado que el proletariado deberá aprender de sus derrotas; que el trabajo de la historia es, muchas veces, extremadamente lento, observaba Trotsky; que a cada derrota hay que oponer un nuevo comienzo. Nos apropiamos efectivamente de la consigna de Rosa Luxemburgo: Socialismo o Barbarie.

De pronósticos y perspectivas

El punto de partida inconmovible de una estrategia revolucionaria es la caracterización de la declinación o decadencia del capitalismo. Esta ha sido la base fundamental de los planteos de Trotsky, como antes fueron los de Lenin y Luxemburgo. El estadio actual de la humanidad confirma esta tesis. Al lado de la bancarrota mundial se desenvuelven guerras cada vez más atroces y se anuncian otras aún peores. La declinación irreversible del capitalismo es la base histórica de la revolución social.
Los últimos treinta años fueron testigos, sin embargo, de un proceso aparentemente inverso: la restauración del capitalismo en aquellas naciones en que el capital fue expropiado por medios revolucionarios. Para un trotskista es un lugar común decir que se trata de la confirmación de uno de los pronósticos condicionados más brillantes de Trotsky. Durante medio siglo, sin embargo, el 90% de los trotskistas ignoró este pronóstico. Ahora lo reivindica como ocurre con un hecho consumado. Pero como ocurre con los pronósticos realmente fundados, éste se ha confirmado a su propia manera. Los epígonos lo repiten sin entenderlo.
Es incuestionable que la restauración capitalista ha abierto un campo enorme a la expansión del capital mundial, pero al mismo tiempo ha acelerado el desenvolvimiento de la crisis mundial del capitalismo. China es un mercado para el capital mundial, pero al mismo tiempo un factor de agudización de la rivalidad capitalista y de potenciación de la sobreproducción. La restauración ha ampliado el campo de operaciones del capital al mismo tiempo que la proyección de su crisis, pero además ha ampliado también el campo de la revolución mundial por medio de la creación veloz de un proletariado enorme y de la confiscación de las masas campesinas. Es cierto, asimismo, que el Estado chino ha pasado a girar en la órbita del capital financiero, pero la restauración no tiene lugar en un marco colonial, como ocurría en el pasado, sino bajo el arbitraje de un Estado surgido de una revolución que conserva la unidad nacional que fuera destruida, en el pasado, durante dos siglos. La restauración capitalista en China ha sido forjada por un compromiso entre la burocracia y el imperialismo - no por una imposición unilateral de éste, como hubiera ocurrido en las condiciones históricas en que Trotsky formuló su pronóstico para la URSS. En el caso de ésta, la restauración ha sido incluso mucho más catastrófica, pues a diferencia de China ha lanzado al país al subdesarrollo. La burocracia ha reemplazado, con la restauración, la pretensión de construir "el socialismo en un solo país" por las ventajas de la integración al mercado mundial; se ha desembarazado de su "utopía reaccionaria", no como resultado de una revolución, sino de una contrarrevolución. Ha zafado de un nuevo colonialismo para ingresar a una dependencia financiera que la condena a la alternativa entre caer en ese colonialismo o salir por medio de la revolución social. La restauración capitalista ha resultado, en definitiva, en una combinación especial de las tendencias analizadas en el pronóstico de Trotsky. Sin embargo, esta misma combinación particular, que permite presentar a la restauración como un éxito en lugar de una catástrofe, demuestra que su tendencia de conjunto no va en el sentido de darle al capitalismo un segundo empuje histórico sino de agudizar sus contradicciones mortales y reabrir la perspectiva de la revolución social.

La V Internacional

No ha pasado un año de su anuncio y la V Internacional chavista ya es un embuste. En su pretensión de superar a la IV Internacional, proclamada por Trotsky, fue apoyada por trotskistas de `fuste`, como El Militante de Alan Woods, el NPA de Krivine-Beçansenot y varios morenistas locales. El inspirador de la maniobra, Hugo Chávez, se está abrazando por estos días con un verdugo de los colombianos para establecer ‘una seguridad democrática' en la frontera común. Esta V nonata viene al caso para entender por qué León Trotsky consideró la fundación de la IV Internacional como una tarea imprescindible e histórica. Se trataba de defender con los últimos recursos la mayor conquista del proletariado mundial, el internacionalismo, ante una perspectiva histórica incierta, entre la barbarie y la posibilidad de una nueva revolución social. La IV Internacional tiene un lugar histórico único - dejar a las generaciones siguientes los instrumentos más desarrollados del proletariado mundial en las vísperas de una tragedia. Ha sobrevivido como programa, o sea como orientación estratégica, a toda clase de alternativas y tentativas. Es obvio que su apuesta histórica sigue abierta; no realizó sus objetivos en 80 años, pero sigue presente en miles de militantes en el mundo entero, muchísimos más de los que la fundaron, y lo que es más importante, como única representación conciente del socialismo revolucionario. Es necesario que se zambulla sin reticencias en la crisis mundial y en las luchas y levantamientos que surgirán de ellos inevitablemente.

El Programa de Transición

El proletariado de todos los países no podrá encarar los desafíos que plantea la bancarrota mundial si no se apropia del programa de transición, el programa de fundación de la IV Internacional. No salió de la nada - fue el resultado de dos décadas de lucha en las condiciones de la bancarrota mundial precedente, la que partió del fin de la primera guerra hasta el comienzo de la segunda. Cada una de sus reivindicaciones tiene un acta de nacimiento en el combate. El núcleo poderoso de este programa es el siguiente: cuando la humanidad parece encontrarse en una situación sin salida; cuando el capital proclama que la única salida deberá ser pavimentada con el sacrificio sin precedentes de millones de trabajadores; en circunstancias semejantes, el programa de transición señala la salida y todos los caminos que conducen a esa salida. El programa de transición señala las reivindicaciones co-ti-dia-nas (esto es lo fundamental) que permite a la clase obrera oponerse a las exigencias de sacrificios del capital y oponer medidas de salida a la crisis a cada una de estas exigencias. Arma al proletariado, en primer lugar, para una lucha diaria, frente a conflictos parciales, para toda ocasión de enfrentamiento. Pero, a diferencia del reformismo vulgar, señala el camino a seguir ante la resistencia inevitable del capital ante cada una de las reivindicaciones obreras; o sea que al método para abordar la crisis desde el punto de vista de las masas, le suma, en íntima relación, el método para quebrar la resistencia del capital a los reclamos y movilizaciones de los explotados en cada circunstancia de la lucha. Es a partir del desarrollo de esta experiencia que hace emerger la necesidad de la lucha por el poder. Con el mismo procedimiento convoca a todas las organizaciones en lucha a pelear por el poder - a constituir un gobierno obrero y campesino, un gobierno de trabajadores, que realice las reivindicaciones que fueron desarrolladas en el curso de la lucha. Frente a estas organizaciones, el programa presenta a los partidos de la IV Internacional como los consecuentes en la comprensión del objetivo general: el establecimiento de la dictadura del proletariado (este es el sentido que para la IV Internacional tiene el gobierno de la clase obrera) para quebrar definitivamente a la dictadura del capital y al capitalismo.
¿Quién puede negar la actualidad de este programa? Los Trotskys del siglo que se ha iniciado se forjarán por el camino que conduce a su victoria.

Jorge Altamira

domingo, 8 de agosto de 2010

Las retenciones, de nuevo

La llamada oposición acaricia la idea de fijar ella las retenciones a las exportaciones agropecuarias. Como, a partir del 24 de agosto, el gobierno perderá las facultades legislativas que le fueron delegadas a lo largo de mucho tiempo (entre las cuales figura la de establecer derechos de exportación), estos opositores han empezado a comerse un asado que todavía no salaron ni pusieron en la parrilla. Ocurre que, para el gobierno, incluso si se le privan de las facultades legislativas, los actos que haya producido por medio de ellas sólo se extinguirán en el tiempo que estuviera establecido en el decreto o resolución respectiva.
Sea como fuere, apenas sintieron aproximarse la fecha de la venganza contra el gobierno al que acusan de perjudicar al chacarero, se dividieron. En el punto de la soja, mientras que la Sociedad Rural, Carbap ¿y Coninagro? pretenden que sean reducidas del 35 al 25%, la Federación Agraria reclama que eso sólo se aplique a los productores chicos. En cuanto al maíz, trigo y sorgo, todos coinciden (incluso el gobierno) en que deben anularse, o sea cero. Esta convergencia de posiciones no es prueba de que el planteo sea justo, si se tiene en cuenta, por ejemplo, que el precio del trigo, en el mercado internacional, se ha duplicado en las últimas semanas, por lo que lejos de justificar la eliminación de las retenciones se impondría aumentarlas. Después de todo, un incremento de los ingresos del ciento por ciento para los trigueros es cuatro veces más que los aumentos de salarios que establecieron las paritarias.
Otro tanto se podría decir de la soja, que ha vuelto a alcanzar los precios internacionales más elevados. La alegre aceptación de la reducción a cero de las retenciones para el trigo y el maíz significa que aumentarán los precios de los alimentos, incluso los de la carne, porque usan al maíz como forraje. La ‘segmentación’, a su vez, puede ser fácilmente burlada por los grandes capitales mediante una comercialización disfrazada de sus cosechas. Si pueden disimular el trabajo en negro, qué no podrán con la segmentación.
No es cierto, como se puede ver, que la división en la burguesía agraria (y entre sus partidos políticos) sea, como dicen los diarios, “la segmentación”, sino que este caso no prevé ninguna rebaja de las retenciones a la soja para los capitalistas más grandes ni para los llamados ‘pools de siembra’. Estos no se oponen a que la rebaja sea mayor para los capitales menores, pero a partir de una reducción de diez puntos del impuesto para ellos. A este enorme punto de divergencia, porque entraña centenares de millones de pesos, se añaden problemas más estructurales.
El primero es que una rebaja de diez puntos para los mayores productores de soja desfinanciaría el presupuesto y afectaría la garantía del pago de la deuda externa. Ante esta objeción, que podría obstaculizar el pasaje de una reducción de retenciones por el Congreso, la Federación Agraria busca asegurar su parte en la torta, la llamada ‘segmentación’, reivindicando su condición de pyme agraria. Otro punto, que no es para nada menor, es que una reducción generalizada de diez puntos en los derechos que paga la exportación de soja aumentaría radicalmente los ingresos del conjunto del capital aplicado a este negocio, elevaría la demanda de tierra para alquilar y, por lo tanto, su precio. La FAA quiere congelar el precio del arriendo, porque hoy la mayoría de sus asociados se encuentra entre los que invierten capital en tierras que alquilan. Hay que decir, sin embargo, que en cualquier circunstancia el poder de fuego de los grandes capitales agrarios es suficiente para ganar la competencia o carrera por el alquiler de las tierras. La posición de la FAA solamente beneficia a aquellos chacareros capitalistas que han estado subiendo en la escala del negocio, o sea a la minoría.
En la división por las retenciones interviene también un viejo actor: la agroindustria exportadora, que paga retenciones menores de las que paga el agro y, por lo tanto, obtiene una renta diferencial en perjuicio de éste. Es lo que ocurre, por ejemplo, con molineros, en el caso del trigo, o las curtiembres, en el caso del ganado, o las aceiteras, en el caso de la soja. Pero los países del Mercosur han objetado que esta ventaja para la exportación agroindustrial de Argentina plantea una competencia desleal con sus agroexportaciones. En la reunión reciente del Mercosur, Argentina logró que le fuera aceptada la facultad de establecer retenciones, pero no su diferenciación, lo cual explica por qué el gobierno está dispuesto ahora a abolir las retenciones para todo aquello que no sea la soja, sin importarle el impacto en el precio de los alimentos.
Numerosas industrias, sin embargo, hacen causa común con los ‘pools de siembra’ y grandes capitales agrarios, como ocurre por ejemplo con Christiano Ratazzi, de Fiat. No se trata solamente de que el agro es un gran mercado para el automotor, sino que muchas grandes industrias están lanzadas a una intensa ‘tercerización’, o sea a ensamblar partes importadas y trabajar con maquinaria importada. O sea una llamada ‘economía abierta’, que permita el abaratamiento del dólar y las importaciones, y el acercamiento de los precios internos a los internacionales. Ratazzi reclama precios baratos para el abastecimiento del exterior, a los precios baratos del autopartismo nacional. La ‘tercerización’, en estos términos, equivaldría a la desintegración de una gran parte de la industria abastecedora nacional –como Ratazzi insiste para el autopartismo argentino. Como es obvio, esta internacionalización de la economía es incompatible con el mantenimiento de las retenciones, pues un dólar barato equivale a una retención adicional (recibe menos pesos por dólar). Además, una recepción íntegra de los precios internacionales altos de la exportación agraria (sin ninguna retención) encarecería la producción doméstica y la sacaría del mercado, lo cual favorecería la importación de partes y materias primas ‘tercerizadas’. Es lo que se llama el “mal holandés” (los perjuicios de precios altos de las exportaciones) o, en una variante diferente, el retorno a Cavallo. Este es el alineamiento de las distintas clases sociales ante el replanteo del tema de las retenciones. Los opositores encubren los intereses materiales que defienden con frases sobre la división de poderes o el trabajo del campo. El gobierno tiene una perorata diferente, pero converge con muchos reclamos de la oposición y defiende otros intereses que la oposición no contempla. Es así que anunció que bajaría a cero los derechos para el trigo, el maíz y el sorgo y que ‘segmentaría’ las retenciones para la soja. Por otro lado, al aumentar las tarifas de luz y gas, los precios de las naftas y de las prepaga, y dar piedra libre para el aumento de los alimentos, está marchando concientemente hacia una economía de precios internacionales y dolarizada.
 
Nuestra posición
Denunciamos la reducción de retenciones como un beneficio para el capital en perjuicio de los trabajadores y del desarrollo industrial, en momentos en que los precios de la exportación agropecuaria se encuentran en sus niveles más altos.
Reclamamos que la recaudación de derechos de exportación no se destine al pago de la deuda externa ni a subsidios para el capital, sino a un fondo de desarrollo social y económico bajo la gestión de los trabajadores.
Advertimos el fracaso del intento nacional y popular de desarrollar una política de compromiso entre la defensa de la industria nacional, por un lado, y el gran capital internacional, por el otro, y su marcha consistente hacia una economía insoportablemente cara para los trabajadores y hacia un retorno de la pseudo dolarización.

Jorge Altamira

Jubilaciones: tomemos el 82% móvil en nuestras manos

La satisfacción de los bloques opositores por la aprobación “en comisión” de su proyecto jubilatorio, en la tarde de este miércoles, es una gran operación de disimulo político.   
Según Carrió, la decisión de avanzar con el proyecto en Diputados se debe a que “es más completo que el presentado en Senadores” (La Nación, 4/8). Es cierto que, en la cámara alta, se presentó una versión más mutilada que la de Diputados. Pero Carrió no dice que ese proyecto “incompleto” fue fogoneado en el Senado por los propios opositores. Su autor es el senador “socialista” Giustianiani, un aliado de la Coalición Cívica. Pero la versión incompleta no salió en el Senado por la oposición de los K. Los K no aceptaron ni la proposición incompleta que la oposición le ofreció como compromiso. Esta es la realidad, no el cuento de Carrió. Esto significa ahora que el proyecto completo también está muerto, porque no pasaría por el Senado. Lo anuncian para hacer demagogia electoral a costa de los jubilados.
En estas condiciones, es más claro que nunca que la cuestión jubilatoria debe ser tomada en sus manos por las organizaciones obreras, para quebrar con una acción de conjunto la resistencia de los partidos capitalistas. Moyano y Yasky se han sumado, desde hace rato, al coro oficial que denuncia como “demencial” al 82% móvil, mientras aplaude todos los despilfarros del presupuesto a favor de negociados capitalistas. Proyecto Sur y De Genaro han condicionado el 82% móvil a que el Congreso apruebe el aumento de los aportes patronales, lo cual saben que no ocurrirá.
Denunciamos que los K “no quieren a los jubilados” y que sus opositores son aún peores por su perfidia antiobrera.

La oposición tampoco quiere a los jubilados

Propone liquidar la previsión social por una "asignación universal"
 

Dos economistas ubicados en el centro izquierda acaban de plantear una “reforma integral” del sistema previsional (ver Clarín del 20 y 22/7), en consonancia con la postura del capital financiero, que sostiene que el régimen jubilatorio es inviable debido al crecimiento de la expectativa de vida. Se trata de Aldo Isuani, presidente del partido de Margarita Stolbitzer en la Capital, y de Rubén Lo Vuolo, ligado a la Coalición Cívica, que irrumpen con esta posición cuando el Congreso tiene en carpeta la propuesta del 82% para la jubilación mínima y de generalizar el fallo Badaro para el conjunto de los jubilados que vieron congelados sus haberes. Isuani y Lo Vuolo pasan por alto, por supuesto, las sucesivas confiscaciones que ha sufrido el sistema y el desvío de sus recursos. También ignoran las enormes pérdidas que han sufrido las inversiones que se hicieron con su dinero en el marco de la bancarrota financiera internacional. También omiten el crecimiento del trabajo en negro, que representa al 45% de la fuerza laboral, la reducción de los aportes patronales y los aumentos salariales ‘no remunerativos’. Isuani admite, a lo sumo, que “la precarización del trabajo” es “otro factor” de la crisis jubilatoria, pero ‘juiciosamente’ la asume como irreversible. A Isuani y Lo Vuolo ni siquiera se les ocurre la ‘solución’ berlusconiana de aumentar la edad para jubilarse, seguramente porque saben que la desocupación de masas llegó para quedarse.
Ambos plantean sustituir el régimen de previsión por “un beneficio básico universal para todos los mayores, más allá de si pertenecieron o no al mercado de trabajo”. Este “beneficio” debería situarse “en torno al salario mínimo, y esa debería ser la única responsabilidad estatal en lo previsional”. O sea que los técnicos de la oposición justifican por entero la política de los K, que ha llevado efectivamente al 85% de los jubilados a la categoría mínima, es decir de subsistencia. Para ir más allá de esto, Isuani propone un “régimen de capitalización voluntaria”, o sea, una re-privatización del sistema jubilatorio. El trabajador, en este caso, deberá asumir todos los riesgos de la especulación financiera y las bancarrotas que la acompañan (crisis 2001). Los centroizquierdistas abolen el derecho a la jubilación; la caja de la Anses podría destinarse de este modo a financiar a los capitalistas –lo que ya están haciendo los K.
Estas opiniones dejan al desnudo la intención de los opositores de frenar las iniciativas legislativas que han impulsado solamente para ganar cartel. Bajo la presión de los lobbies capitalistas, la oposición quiere transformar ese proyecto en una “asignación universal por jubilado”.

Marcelo Rama

La oposición pacta con los K contra el 82%

Antes de que arranque el debate, la oposición se bajó del proyecto jubilatorio. No solamente lo redujo al 82% del mínimo, dejando afuera la generalización del fallo Badaro y el ajuste por salarios, también le dio entrada por el Senado, donde no tiene mayoría; “es muy difícil –concluye Clarín (1/8)– que cuenten con el número necesario para aprobar el proyecto. Y si es rechazado, el arco antiK deberá esperar hasta el año que viene”. A estos opositores, en su mayoría de centroizquierda, les interesa más bajar las retenciones a la soja que mejorar el ingreso miserable de los jubilados. Estamos en presencia de un fraude mayúsculo; los K ya no necesitarán usar el veto.
El cambio vergonzoso de la oposición tiene explicación: la clase capitalista no quiere saber nada con el 82 por ciento. Esta tampoco quiere que nada se ponga en el camino para transformar a la Anses en la fuente financiera de un Banco de Desarrollo que sirve para subsidiar a la burguesía. Los K y sus opositores baten el parche de no seguir las recetas del FMI, pero en materia jubilatoria las cumplen puntillosamente.
No al fraude. Movilicémonos para derrotarlo.

Pablo Heller

Tarifazo

El gobierno ha salido a decir que no hay ningún tarifazo en la electricidad y el gas, sino que se trata de la aplicación del mismo régimen que ya se había aplicado el año pasado. Los publicistas del gobierno han ido más allá y proclaman que se está ante “las mismas tarifas, un año después” (Página/12, 30/7).
Es falso. Las tarifas del gas del año pasado contenían un aumento de 2008 que iba desde el 43% para los consumos muy bajos hasta 56% para los más altos. Si a esto se le agrega el cargo tarifario (que es lo único cuestionado en la Justicia), los aumentos van del 78 al 150%. A lo que hay que agregar la decisión del gobierno, en 2009, de reducir el subsidio con el que reducía el costo del consumo de energía de los hogares.
Es decir, entre 2008 y 2009 los bolsillos de los trabajadores argentinos fueron saqueados por decisiones del gobierno para, de un lado, mejorar los ingresos de las privatizadas y las petroleras, y del otro, mejorar la caja estatal que maneja el ministro De Vido.
Esta suma de rapiñas llevó a una serie movilizaciones populares desde el verano del año pasado hasta entrado el invierno, las que llevaron a que el gobierno diera una marcha atrás parcial. El diario K Página/12 describe el proceso así: “El clima adverso a la quita del subsidio se había potenciado, el año pasado, porque la medida coincidía con la recomposición tarifaria dispuesta a fines de 2008. Ante el salto en el consumo de los meses de invierno, la acumulación de variaciones explotó en el valor de las facturas. En aquel momento fueron frecuentes los reclamos por boletas que cuadruplicaban o quintuplicaban valores anteriores” (30/7).
Este año, la reacción popular al tarifazo es más aplacada. ¿Por qué? Por una maniobra. “Este año, en cambio, no se percibió ninguna de esas consecuencias”, dice Página en referencia a las protestas populares, “porque el esquema tarifario modificado a partir de agosto del año pasado combinó el retiro del subsidio a grandes consumidores con la fecha de baja estacional en la demanda” (ídem). Como el consumo cae con los primeros calores de la primavera y más aún en el verano, se supone que el tarifazo pasa más desapercibido.
La otra causa está en la nula reacción de la oposición. El año pasado se envalentonaban en el Congreso, amenazando con tirar abajo todos los aumentos. Esta vez, no han dicho ni mu. Miran para otro lado porque defienden los mayores ingresos para las privatizadas y petroleras y porque, además, defienden la caja estatal, así esté en manos del kirchnerismo, porque asegurar el pago de la deuda pública es una política de Estado que une a oficialistas y opositores. Es decir, el tarifazo ha pasado, en parte. Ahora, en el gobierno esperan que pase del todo, y esto es lo que han olfateado los especuladores, que compraron masivamente acciones de las compañías de energía que cotizan en la Bolsa (Clarín, 30/7).
Los aumentos se han disparado también en autopistas, pre-pagas y naftas. El gobierno está retirando subsidios, que es un eje fundamental del FMI, para poder negociar con el Club de París y para volver al endeudamiento internacional. Aprovecha para hacerlo la devaluación del dólar, que convierte un aumento en pesos en un aumento mucho mayor en dólares, que es lo que le interesa a los pulpos. Al margen de esto, sin embargo, los tarifazos acentuarán la suba de precios y el deterioro de todas las condiciones sociales.

Paul Castañeda

jueves, 5 de agosto de 2010

Mesa redonda


¿Cómo conseguimos
el 82% móvil?

Sábado 7 de agosto, 10 hs

Biblioteca D. F. Sarmiento, Maipú 493, Merlo Centro

con MARCELO LUNA del Partido Socialista y
DANIEL RAPANELLI del Partido Obrero

Invita
PARTIDO OBRERO

lunes, 2 de agosto de 2010

El 4 de agosto todos al Congreso

 Que se vote el proyecto de jubilaciones original


Con el transcurso de los días, comienza a salir a luz la mutilación que se ha perpetrado contra el proyecto original del 82%. La comisión respectiva del Senado ha eliminado el restablecimiento del ajuste por inflación de las jubilaciones, congeladas desde 1994 a 2006, y también ha eliminado la disposición para que se ajusten por los salarios y no por la fórmula extravagante que se votó el año pasado. Por esta vía de podas, el próximo paso será dilatar el 82% sobre el salario mínimo a una escala de aumentos sucesivos que podría llevar hasta una década. Un aumento del mínimo sin derogar los congelamientos de Cavallo y de Kirchner llevaría al 95% de los jubilados a cobrar el piso. La Auditoría General, que depende del Congreso y no de los K, acaba de dictaminar que el gobierno no tendría recursos para pagar el 82%. Es claro que se ha armado un bloque entre la oposición y el oficialismo para liquidar el proyecto que establece el 82% sobre el salario mínimo y el descongelamiento de las otras escalas.
Carrió acaba de reconocer esta entregada al declarar que "sería mejor que el proyecto entre por Diputados debido a que el del Senado no contempla la actualización del fallo Badaro, además si se trata en Diputados vamos a ganar por ciento cincuenta votos a ochenta" (elsolonline, 23/7). No denuncia, sin embargo, la trenza entre la oposición y el oficialismo para estrangular el proyecto. Tampoco nos explica en qué consistió la oposición de su bloque, la CC, a la mutilación pactada en el Senado entre los bloques de la oposición y el oficialismo, ni la de sus socios del ‘panradicalismo'.
Mientras el proyecto sigue su trámite en Diputados, el Senado avanzó en la versión mutilada. En la Cámara de Diputados, la comisión de previsión había votado, primero, una jubilación mínima del 82% del salario mínimo; en segundo lugar, el reajuste de todos los haberes congelados, como lo estableció el fallo Badaro de la Corte Suprema. En tercer término, la movilidad futura de las jubilaciones de acuerdo con la evolución de los salarios. La capitulación de la oposición ocurre antes de que arranque el debate.
Los K siguen insistiendo, de todos modos, en que tampoco van a votar la versión mutilada. Apuntan a recortar aún más el proyecto, como paso previo a una fórmula de compromiso. La distancia entre los planteos del oficialismo y la oposición ha quedado reducida a 200 pesos, pues el nuevo aumento previsto para septiembre llevaría la jubilación mínima a 1.030 pesos contra los 1.230 que se obtendrían según el 82%. Los K quieren reservarse los anuncios para ellos, no que salgan de una ley. Para eso convocarían al Consejo del Salario.
Lo que no puede cerrar estas maniobras es la inquietud popular, como lo venimos constatando en las decenas de mesas que el Partido Obrero está levantando en todo el país.
El próximo 4 de agosto, cuando el Senado trate el proyecto, la Cámara de Diputados tiene agendado el suyo en su Comisión de Presupuesto. Aunque se selle un compromiso entre oficialistas y opositores, estamos frente a una batalla que recién comienza, porque los jubilados no dejarán pasar este atropello.
Nuestra propuesta es:
  • Extendamos la campaña por el 82% y el proyecto integral a todo el país.
  • Denunciemos la mutilación del proyecto original y exijamos su reposición.
  • Firmemos por: 1) jubilación mínima del 82% del salario mínimo; 2) ajuste de los haberes de acuerdo con los fallos de la Corte; 3) movilidad futura de acuerdo con el salario.
El 4 de agosto, todos al Congreso.
 Pablo Heller



  El Partido Obrero concentrará a partir de las 11hs frente al Congreso de la Nación. 
Salimos desde el local del PO de Merlo a las 9 hs  de Cámpora 2161, Merlo Norte
 

CRISTINA NO QUIERE A LOS JUBILADOS

El mensaje en cadena de la Presidenta, el miércoles último, fue literalmente una farsa.  
Al lado de un discurso manipulador semejante, Clarín, TN y La Nación son niños de pecho.
La Presidenta anticipó el anuncio de la movilidad jubilatoria, que se aplicará recién en septiembre, con la finalidad de ofrecer razones para vetar el proyecto de 82% móvil sobre el salario mínimo que se encuentra tanto en Diputados como el Senado.
No anunció un avance social sino una advertencia contra la intención de avanzar hacia el 82%.
Año contra año, luego del anuncio del miércoles,  el promedio anual de las jubilaciones aumentarán poco más del 20% –no el 26% que sumó alegremente la Presidenta.
En el mismo tiempo, muchos sindicatos con salarios achatados arrancaron aumentos del 35%.
Después de los aumentos anunciados, y del que decidirá el Consejo del Salario, la jubilación mínima seguirá por debajo del 60% del salario mínimo.
La Presidenta observó que el aumento no debe afectar a los precios porque la plata sale toda de la Anses.
Lo que dijo en realidad es otra cosa: que los capitalistas no ponen nada, a pesar de los beneficios fabulosos que están sacando en la actualidad.
Lo que dijo es que el aumento es una redistribución entre los pobres –una medida conservadora de los intereses dominantes.
Lo que ocultó con lo que dijo es que los precios seguirán aumentando, porque al capital, que controla el mercado, no le importa de dónde sale la plata sino aprovechar cualquier aumento del consumo.
En la misma línea conservadora, la Presidenta llamó a Moyano y a Yasky a actuar ‘con responsabilidad’ ante la convocatoria del Consejo del Salario –no sea que un aumento aquí sí afecte a los capitalistas y sí ‘justifique’ que estos capitalistas aumenten los precios.
Calificó de privilegiados a los obreros en blanco, porque los contrapuso con los que son más pobres que ellos, no con los capitalistas que fugaron 54 mil millones de dólares en cuatro años.
¡Fugaron siete veces lo que cuesta financiar el 82% sobre el salario mínimo!
Hasta elogió esta fuga, a la que llamó ¡inversiones en el exterior!, las cuales están cercanas a cero, sin explicar por qué a los argentinos eso nos conviene; es lo que las petroleras vienen haciendo desde hace años, con el resultado de que se secaron las reservas de petróleo y de gas.
Dijo que, a diferencia de lo que ocurre en Europa, los K no ‘ajustan’, pero nadie gana en Europa jubilaciones de 250 dólares –aquí lo recibe el ¡85%! de los jubilados; los salarios aún no llegaron a los niveles menemistas.
Rechacemos esta trampa –y aún la peor que está preparando la oposición, que ya eliminó de su proyecto la indexación de las jubilaciones de acuerdo con la evolución de los salarios y la generalización del fallo Badaro a los centenares de miles que fueron perjudicados por el congelamiento de Cavallo, desde 1994, y por Duhalde-Kirchner, de 2003 a 2006, para las jubilaciones que estaban arriba del mínimo.
El 4 de agosto vayamos al Congreso para que se apruebe el proyecto del 82% sin mutilaciones.

La neutralidad política de la clase obrera es un gol en contra

Argentina enfrenta dos grandes problemas políticos. Sin embargo, los activistas y luchadores de la clase obrera no los encaran con una posición común. En estas condiciones no pueden constituir una fuerza con capacidad de influir decididamente en el desenlace de esos asuntos. La que decidirá será la clase capitalista a expensas del proletariado.
Uno de esos problemas políticos son las jubilaciones. La Presidenta acaba de reafirmar que vetará una ley que contemple el 82% para la jubilación mínima. La llamada oposición, bajo la presión de los capitalistas, ya podó en el Senado dos medidas fundamentales del proyecto original: la generalización del fallo Badaro para quienes tuvieron sus jubilaciones congeladas (casi un millón de trabajadores); la indexación de las jubilaciones por la evolución de los salarios y la aplicación de la movilidad al 82% de los docentes.
Es necesario que el activo intervenga en este asunto. El 4 de agosto hay una movilización al Congreso. ¿Participamos con nuestras banderas o la miramos desde afuera? Necesitamos un plenario para fijar una posición de conjunto y organizar la movilización. Debe haber un pronunciamiento claro contra la amenaza de veto.
El segundo problema es la trama que se ha armado para salvar a Macri y para separar a los K de cualquier responsabilidad en el espionaje al servicio de Estados extranjeros, fundamentalmente los maquinadores de guerras y crímenes: Estados Unidos e Israel. Debemos intervenir para que Macri y los K declaren todo lo que saben sobre encubrimientos de atentados y de acciones de servicios, tanto extranjeros como nacionales; para que cesen las amenazas y preparativos de guerra contra Irán; las expulsiones de palestinos en Israel y en los territorios ocupados. Que se derogue la ley anti-terrorista impuesta por el imperialismo yanqui contra las organizaciones combativas.
La burocracia sindical ha tomado posición: contra el 82% y por el desvío de la crisis política en la Ciudad. Muchos de sus miembros son compinches de los servicios y usufructúan su complicidad con el gobierno para enriquecerse como casta y eternizarse en los sindicatos.
Una clase existe en la medida en que toma posiciones políticas; se requiere que el activismo obrero participe de un reagrupamiento de fuerzas permanente en torno a posiciones políticas fundamentales. De no ser así, nuestro destino lo deciden nuestros explotadores.
Impulsaremos plenarios para materializar esta metodología política.  

Comisión Política del Partido Obrero

Ni CTA K ni CTA sojera

En la recta final de las presentaciones de listas para las elecciones de la CTA, Yasky y De Genaro han salido a la búsqueda desesperada de padrinazgos políticos. Yasky ha encontrado apoyo en Sabatella, el ex intendente de Morón, así como en otros intendentes del kirchnerismo.
En un caso sin precedentes, ha salido a apoyarlo Hugo Moyano, el principal opositor a la formación de sindicatos como el que se organizó en el Subte, pero un aliado a la hora de salir a buscar la perpetuación de los K en 2011. También lo apoya el Ministerio de Trabajo, lo que no es poco en una elección que va a estar surcada por fraudes y denuncias de fraude.
De Genanro ha solicitado el apoyo de Solanas y coquetea con el apoyo, que no podría ser ostensible, de sectores de la oposición (radicales, del PJ disidente y de la Federación Agraria), fundamentalmente en la provincia de Buenos Aires. El padrón de la CTA está desmedidamente inflado, pues registra 1.400.000 afiliados, incluso cuando se están produciendo desafiliaciones en ATE y en Ctera.
Como hemos venido anunciando en Prensa Obrera, Yasky es el “caballo del comisario”. Un sector de las direcciones regionales teme que les arrebaten sus distritos, por lo que ha decidido enfrentarlo con listas locales. Esto es una evidencia de la desintegración del bloque de De Gennaro. En las elecciones de Ctera, que tendrán lugar antes de las de la CTA, la fracción de De Gennaro no presenta lista contra el oficialismo de Yasky. Reunidos todos estos factores, es claro que la oposición a Yasky en la CTA marcha desbandada. Un sector de la izquierda (PCR-MST) pide pista con De Gennaro en negociaciones de toma y daca de posiciones. Ninguno de estos grupos renuncian, por supuesto, a seguir usando la etiqueta de ‘clasistas’
Nuestra política
Las elecciones de la CTA son un episodio de una crisis que irá creciendo a medida que salten todas las contradicciones de la integración a Moyano y al Estado. Los Yasky han atado su destino a los K y De Gennaro, a la oposición patronal. Una participación clasista en las elecciones debe advertir a los afiliados sobre esta situación y denunciar la integración de la CTA al Estado y a las patronales. Debe dominar la denuncia de esta perspectiva y los métodos para derrotarla y expulsar a la burocracia. Esta tarea no es tenida en cuenta por aquellos cuya mira exclusiva es conservar como sea sus posiciones regionales. La tutela de los K sobre la CTA ha alcanzado un nivel político que supera a lo que ocurre en la CGT. Mientras tanto, De Gennaro oculta la crisis política de la CTA con frases vacías del tipo que las elecciones “son un fenómeno de democracia de los trabajadores”.
Nuestra campaña es enfrentar el copamiento de la CTA por parte del Estado, por lo que nuestro eje es la independencia política de la CTA y la incompatibilidad de la burocracia con esa independencia. Convocamos al activismo a defender este planteo, única forma de organizar una alternativa políticamente sólida. Abajo la integración al Estado, por un congreso de bases para quebrar la estatización de los sindicatos.
Hemos agrupado más de mil candidatos para las elecciones de la CTA entre Tribuna Docente, Tribuna Estatal, la lista Naranja de docentes universitarios, la Lista Naranja de Prensa, la Agrupación La Pista de Aeronáuticos, además de trabajadores azucareros, de Ucra, judiciales y centenares de trabajadores independientes, conformando de esta manera una lista nacional con representación en doce provincias, además de veinte listas seccionales en la provincia de Buenos Aires y diez listas seccionales en el interior.
Vamos con la Lista 3.

Juan Ferro