Que la crisis la paguen los capitalistas
El próximo 1º de Mayo se desarrollará en el marco de la bancarrota capitalista mundial, que ahora involucra a numerosos Estados y, potencialmente, al conjunto de los más poderosos. La clase obrera mundial va desarrollando un camino de huelgas, movilizaciones y ocupaciones de fábricas, que se generaliza con el agravamiento de la crisis y la propia experiencia de la lucha. En este 1º de Mayo, los trabajadores nos encontramos frente al enorme desafío de profundizar las medidas de lucha e imponer nuestra propia salida al impasse mortal del capitalismo. Para ello deberemos, en el curso de la lucha, poner fin a las burocracias sindicales y a todos los aparatos que usufructúan nuestras organizaciones, y desarrollar una dirección política independiente de las patronales y sus socios políticos.
En Argentina, los capitalistas y sus políticos debaten pagar la deuda con reservas, reconocen que han llevado de nuevo al país a la bancarrota. Han saludado con alborozo el canje de deuda en default por deuda nueva, el cual ya ha dado enormes beneficios a los buitres capitalistas que lucran con la quiebra nacional. Esta maniobra financiera rescata al capital en medio de la crisis y carga con una nueva hipoteca a los trabajadores. Deberemos pagar una deuda mayor y creciente. La Presidenta acaba de ofrecer a su ‘enemigo’ Macri las garantías del Estado nacional para contraer deuda para la Ciudad a un interés anual del 12% –un 500% por encima de la tasa internacional. En la misma línea, por lo menos diez gobernadores, empezando por Scioli, han salido a endeudar todavía más a sus provincias, completamente quebradas.
Al lado del pago de la deuda usuraria, para montar una nueva especulación financiera, el gobierno K viene ‘reacomodando’ los precios para poner fin al pago de subsidios –tal como lo piden los capitalistas y el FMI. Así, han subido las naftas, la carne y los lácteos, y se discuten aumentos para el transporte. Sólo por la enorme presión popular el gobierno hizo un paréntesis (solamente un paréntesis) en el aumento que había autorizado para la luz y el gas.
Lo mismo ocurre con los convenios de trabajo: las patronales y el gobierno rechazan el reclamo de que el salario mínimo iguale a la canasta familiar; rechazan mejorar el salario real, incluso cuando la productividad (explotación) del trabajador ha crecido, y hasta rechazan equiparar los aumentos de salarios a la inflación. Frente a este nuevo intento de descargar la bancarrota capitalista sobre los trabajadores, la burocracia de los sindicatos acepta arreglos salariales provisorios o precarios, en lugar de convocar asambleas y congresos con mandatos para que seamos nosotros los que decidamos cuáles son nuestras reivindicaciones y para que ratifiquemos o rechacemos estos acuerdos.
Este 1º de Mayo debe ser una tribuna de la clase obrera donde se denuncie la política de entrega y ajuste, tanto del gobierno como de la oposición (ambos patronales), así como el rechazo al pago de la deuda y la lucha por el salario, el trabajo, la salud y la educación. La movilización política independiente de los trabajadores pasa a ser un punto fundamental para enfrentar los embates del capital.
La burocracia sindical se coloca del lado del gobierno y contra los trabajadores. Convoca a manifestar por la ley de medios, que apunta al ingreso de los pulpos de la telefonía en la comunicación y a condicionar la posibilidad de expresión de los trabajadores a la censura del Estado, pero no moviliza para luchar por nuestros reclamos, y mucho menos aún para defender a los nuevos sindicatos y delegados en numerosas empresas y ramas de la industria y de los servicios. No ha convocado a marchar el 1º de Mayo, por la misma razón que no moviliza por las paritarias y los convenios de trabajo, o por el no pago de la deuda usuraria. Nuestra consigna este 1º de Mayo es, una vez más, la lucha por una nueva dirección, independiente y combativa, de los sindicatos.
A 120 años de las primeras jornadas del 1º de Mayo, numerosas organizaciones de la clase obrera, varios partidos de izquierda y las mayores organizaciones de la juventud levantaremos una tribuna en Plaza de Mayo. La movilización debe servir para reforzar nuestras luchas contra las patronales y el gobierno.
Llamamos a los trabajadores y a la juventud a organizar actos y marchas en todo el país contra el pago de la deuda y defensa del salario y el trabajo, porque la crisis la tienen que pagar los capitalistas.
En Argentina, los capitalistas y sus políticos debaten pagar la deuda con reservas, reconocen que han llevado de nuevo al país a la bancarrota. Han saludado con alborozo el canje de deuda en default por deuda nueva, el cual ya ha dado enormes beneficios a los buitres capitalistas que lucran con la quiebra nacional. Esta maniobra financiera rescata al capital en medio de la crisis y carga con una nueva hipoteca a los trabajadores. Deberemos pagar una deuda mayor y creciente. La Presidenta acaba de ofrecer a su ‘enemigo’ Macri las garantías del Estado nacional para contraer deuda para la Ciudad a un interés anual del 12% –un 500% por encima de la tasa internacional. En la misma línea, por lo menos diez gobernadores, empezando por Scioli, han salido a endeudar todavía más a sus provincias, completamente quebradas.
Al lado del pago de la deuda usuraria, para montar una nueva especulación financiera, el gobierno K viene ‘reacomodando’ los precios para poner fin al pago de subsidios –tal como lo piden los capitalistas y el FMI. Así, han subido las naftas, la carne y los lácteos, y se discuten aumentos para el transporte. Sólo por la enorme presión popular el gobierno hizo un paréntesis (solamente un paréntesis) en el aumento que había autorizado para la luz y el gas.
Lo mismo ocurre con los convenios de trabajo: las patronales y el gobierno rechazan el reclamo de que el salario mínimo iguale a la canasta familiar; rechazan mejorar el salario real, incluso cuando la productividad (explotación) del trabajador ha crecido, y hasta rechazan equiparar los aumentos de salarios a la inflación. Frente a este nuevo intento de descargar la bancarrota capitalista sobre los trabajadores, la burocracia de los sindicatos acepta arreglos salariales provisorios o precarios, en lugar de convocar asambleas y congresos con mandatos para que seamos nosotros los que decidamos cuáles son nuestras reivindicaciones y para que ratifiquemos o rechacemos estos acuerdos.
Este 1º de Mayo debe ser una tribuna de la clase obrera donde se denuncie la política de entrega y ajuste, tanto del gobierno como de la oposición (ambos patronales), así como el rechazo al pago de la deuda y la lucha por el salario, el trabajo, la salud y la educación. La movilización política independiente de los trabajadores pasa a ser un punto fundamental para enfrentar los embates del capital.
La burocracia sindical se coloca del lado del gobierno y contra los trabajadores. Convoca a manifestar por la ley de medios, que apunta al ingreso de los pulpos de la telefonía en la comunicación y a condicionar la posibilidad de expresión de los trabajadores a la censura del Estado, pero no moviliza para luchar por nuestros reclamos, y mucho menos aún para defender a los nuevos sindicatos y delegados en numerosas empresas y ramas de la industria y de los servicios. No ha convocado a marchar el 1º de Mayo, por la misma razón que no moviliza por las paritarias y los convenios de trabajo, o por el no pago de la deuda usuraria. Nuestra consigna este 1º de Mayo es, una vez más, la lucha por una nueva dirección, independiente y combativa, de los sindicatos.
A 120 años de las primeras jornadas del 1º de Mayo, numerosas organizaciones de la clase obrera, varios partidos de izquierda y las mayores organizaciones de la juventud levantaremos una tribuna en Plaza de Mayo. La movilización debe servir para reforzar nuestras luchas contra las patronales y el gobierno.
Llamamos a los trabajadores y a la juventud a organizar actos y marchas en todo el país contra el pago de la deuda y defensa del salario y el trabajo, porque la crisis la tienen que pagar los capitalistas.
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