El pasado 14 de abril en Pontevedra, distrito de Merlo, un estudiante secundario, Ezequiel Benítez, fue brutalmente golpeado por las patotas del intendente dentro de la EEMM N°15 durante el acto inaugural del edificio. En el acto participaron el gobernador Daniel Scioli, el ministro de Educación de la provincia, Mario Oporto, el intendente Raúl Othacehé y su esposa, y concejal por el FPV, Mónica Arnaldo de Othacehé.
Mientras en su discurso Othacehé destacaba la "funcionalidad" del nuevo edificio, el estudiante opuso su queja cuando le comentó a sus compañeros el déficit edilicio y de mobiliario (aulas superpobladas y falta de elementos básicos como sillas y mesas). Por eso, un grupo de cuatro patoteros lo empujaron hacia el patio y, mientras le daban la golpiza de su vida, decidieron darle una lección: "te vamos a enseñar a no gritar y a respetar".
Luego lo obligaron a saltar la reja del patio que da a la calle. Allí, la policía lo esposó para detenerlo, pese a que las patotas intentaron llevárselo en una camioneta con vidrios polarizados. Quedó detenido en la comisaría de Pontevedra durante tres horas, bajo ningún cargo.
Más tarde, en la Secretaría de Educación municipal le explicaron que se había tratado de un 'error' y le ofrecieron reponerle el guardapolvo, el buzo y el celular que las patotas le habían destruido, más un equipo de música para rifar para el viaje de egresados, pero se negaron a denunciar a los represores.
Desde la UJS llamamos a realizar una gran campaña de difusión y denuncia sobre este nuevo ataque y a organizar centros de estudiantes en todos los lugares de estudio que sirvan de herramienta para defender la educación pública y los derechos constantemente avasallados por el régimen de terror de don Othacehé.
Mientras en su discurso Othacehé destacaba la "funcionalidad" del nuevo edificio, el estudiante opuso su queja cuando le comentó a sus compañeros el déficit edilicio y de mobiliario (aulas superpobladas y falta de elementos básicos como sillas y mesas). Por eso, un grupo de cuatro patoteros lo empujaron hacia el patio y, mientras le daban la golpiza de su vida, decidieron darle una lección: "te vamos a enseñar a no gritar y a respetar".
Luego lo obligaron a saltar la reja del patio que da a la calle. Allí, la policía lo esposó para detenerlo, pese a que las patotas intentaron llevárselo en una camioneta con vidrios polarizados. Quedó detenido en la comisaría de Pontevedra durante tres horas, bajo ningún cargo.
Más tarde, en la Secretaría de Educación municipal le explicaron que se había tratado de un 'error' y le ofrecieron reponerle el guardapolvo, el buzo y el celular que las patotas le habían destruido, más un equipo de música para rifar para el viaje de egresados, pero se negaron a denunciar a los represores.
Desde la UJS llamamos a realizar una gran campaña de difusión y denuncia sobre este nuevo ataque y a organizar centros de estudiantes en todos los lugares de estudio que sirvan de herramienta para defender la educación pública y los derechos constantemente avasallados por el régimen de terror de don Othacehé.
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