lunes, 7 de junio de 2010

La economía del capital y la economía de la clase obrera

La historia oficial dice que hay una sola economía política.
No es cierto: hay dos economías políticas, una economía política del capital y otra economía política de la clase obrera.
La economía política del capital está regida por la ley del beneficio; la del proletariado por la necesidad de desarrollo social y humano de los productores directos de la riqueza social.
En la disputa por salarios chocan esas dos economías políticas.
El alegato de que los aumentos de salarios serían responsables por la inflación es interesado, porque la inflación es el resultado de la intervención de numerosos factores: el gasto fiscal, el crédito bancario, la especulación financiera, la entrada de capitales, la política de desvalorización de deudas, el uso de reservas para pagar la deuda externa.
Los economistas del capitalismo conocen esto muy bien: culpabilizan al salario porque son 'teóricos' de la patronal –de la economía política del capital.
El capitalismo conoce el remedio para atender una mayor demanda de consumo originada en salarios más altos: aumentar la inversión para la producción de bienes de consumo.
No solamente conoce el remedio: lo aplica, pero aumenta la producción, por ejemplo, de alimentos para la exportación, porque los precios internacionales son más altos.
Quiere igualar los precios internos con los internacionales.
Estamos ante el enfrentamiento de dos economías políticas antagónicas y de una lucha de clases como consecuencia de ese antagonismo.
O el lucro de unos pocos, o el salario de los muchos.
La victoria del lucro, o sea de la economía política del capital, conduce a la crisis, como lo testimonia la presente bancarrota capitalista, que están pagando los trabajadores.
La bancarrota argentina de 2001 no fue provocada por los salarios, sino por la aplicación sin trabas de la economía política del capital.
La lucha por el salario es solamente una parte de la economía política del proletariado. En ella hay que incluir la abolición del despotismo fabril; la defensa del medio ambiente, de la educación y de la formación integral del hombre –todos objetos de destrucción por parte de la economía política del capital.
La lucha obrera debe ser una lucha de conjunto, con el objetivo de abolir la economía política del capital y establecer la economía política del trabajo emancipado.
Esa lucha de conjunto es el objetivo de un partido de trabajadores.

J.A.

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