El 27 de marzo, la edición dominical de Clarín (600.000 ejemplares) y una tirada menor del diario Olé no llegaron a los kioscos de la mayoría del país producto del bloqueo organizado por Moyano y la interna gráfica de AGR -grupo Clarín-, formalmente "acompañado" por el sindicato Federación Gráfica Bonaerense a la rastra de la movida camionera. Adentro, los gráficos de Clarín (taller Zepita en Barracas) imprimieron normalmente el diario, que quedó empaquetado e impedido de salir. En la planta de AGR de Pompeya, la planta del conflicto, también se trabajó normalmente. Los trabajadores de ambas plantas estuvieron ajenos al piquete.
Si bien esta vez no se hicieron ver las banderas de camioneros y la juventud sindical, su "apoyo" es estratégico, ya que no sólo suman gente al bloqueo sino que controlan la salida de camiones de distribución. La no intervención de las fuerzas policiales, a pesar del poder de Clarín y de fallos judiciales para ello, evidencia lo mismo: reprimir el piquete es enfrentarse con Moyano, que es quien está detrás de él.
Recordemos que Clarín viene de retroceder en AGR, donde tras una fuerte presión del Ministerio de Trabajo que amenazó con multas por 5 millones de pesos, el 9 de marzo se terminó de reincorporar a todos los representantes gremiales, menos a Pablo Viñas, congresal de la Lista Naranja -fue dejado de lado del acuerdo tanto por Clarín como por el gobierno (Ministerio, sindicato y moyanismo), a pesar de tener todos los fallos judiciales a favor, igual que el resto de los delegados. La exclusión de Viñas -convenientemente ocultada por Tiempo Argentino, 6-7-8 y el resto de los escribas oficiales- es una puñalada al justo reclamo de libertad sindical y respeto del convenio colectivo de los trabajadores contra la patronal negrera de Clarín. Viñas ha jugado un papel de denuncia frente a la entrega del turno diferido -trabajo de sábado y domingo en horas normales- que hoy se esgrime como reivindicación. Este rol llevó a que, en las últimas elecciones generales del gremio, la Naranja ganara en esa planta.
Luego de las reinstalaciones; por un lado, la Naranja se movilizó con más de 100 compañeros al Ministerio de Trabajo y prepara nuevas medidas judiciales y sindicales contra la exclusión. No deja de sorprender que esta, la más fuerte de las medidas impulsadas por el moyanismo, se haya dado luego de obtenidas las reincorporaciones y no cuando aún se luchaba por las mismas. Es evidente que en el medio juega la pelea Clarín-Gobierno (y la demagogia K desplegada a su alrededor) antes que el afán por la organización y las reivindicaciones del taller.
Es muy claro que el piquete, con los gráficos trabajando normalmente, ha sido políticamente instrumentado por Moyano. Se trata de un mensaje a Cristina Kirchner, mediante el cual se mantiene viva la amenaza del paro nacional del transporte en suspenso mientras no se detengan las causas penales que se siguen tramitando. El rechazo al piquete por parte de canillitas y público ha hecho un flaco favor a la causa de los trabajadores y, en cambio, un grueso favor a Clarín, que basado en ese repudio ha montado una campaña en defensa de la "libertad de expresión". Especialmente luego de que Moyano amenazara explícitamente con movilizar a cien, mil, diez mil personas frente a aquellos medios que "informaran" agravios al camionero. Moyano la dejó servida para el contraataque. No puede ignorar que está colocando un contrapeso contra el gobierno. Su ofensiva paralela al pedir la vicepresidencia y la vicegobernación de Buenos Aires, mientras monta este piquete constituyeron dos aprietes para obtener un salvoconducto en las causas judiciales que lo acorralan. El desprestigio de la medida ha sido "funcional a Clarín" -como gustan tildar los kirchneristas-, desprestigia los métodos propios de los trabajadores y bastardea sus causas y reivindicaciones. No sólo la de los gráficos: los canillitas realizaban virtuales asambleas con los clientes alrededor de los kioscos puteando a Moyano, amenazando en algunos casos con quemar los ejemplares de Tiempo Argentino, a pesar de que Plaini, del gremio de los canillitas, aparezca en los medios defendiendo a Moyano.
La Lista Naranja Gráfica reclama por los plenos derechos sindicales en todas las empresas del grupo Clarín, reclama al sindicato, al gobierno y a la justicia contra la exclusión de Viñas y por su inmediata reincorporación, además de defender los históricos reclamos de los gráficos de AGR contra la persecución en la fábrica (y sus multi-cámaras), por la defensa del convenio colectivo y del descanso hebdomadario (sábado y domingo) y por la reparación de los aumentos salariales absorbidos por esta patronal negrera.
Si bien esta vez no se hicieron ver las banderas de camioneros y la juventud sindical, su "apoyo" es estratégico, ya que no sólo suman gente al bloqueo sino que controlan la salida de camiones de distribución. La no intervención de las fuerzas policiales, a pesar del poder de Clarín y de fallos judiciales para ello, evidencia lo mismo: reprimir el piquete es enfrentarse con Moyano, que es quien está detrás de él.
Recordemos que Clarín viene de retroceder en AGR, donde tras una fuerte presión del Ministerio de Trabajo que amenazó con multas por 5 millones de pesos, el 9 de marzo se terminó de reincorporar a todos los representantes gremiales, menos a Pablo Viñas, congresal de la Lista Naranja -fue dejado de lado del acuerdo tanto por Clarín como por el gobierno (Ministerio, sindicato y moyanismo), a pesar de tener todos los fallos judiciales a favor, igual que el resto de los delegados. La exclusión de Viñas -convenientemente ocultada por Tiempo Argentino, 6-7-8 y el resto de los escribas oficiales- es una puñalada al justo reclamo de libertad sindical y respeto del convenio colectivo de los trabajadores contra la patronal negrera de Clarín. Viñas ha jugado un papel de denuncia frente a la entrega del turno diferido -trabajo de sábado y domingo en horas normales- que hoy se esgrime como reivindicación. Este rol llevó a que, en las últimas elecciones generales del gremio, la Naranja ganara en esa planta.
Luego de las reinstalaciones; por un lado, la Naranja se movilizó con más de 100 compañeros al Ministerio de Trabajo y prepara nuevas medidas judiciales y sindicales contra la exclusión. No deja de sorprender que esta, la más fuerte de las medidas impulsadas por el moyanismo, se haya dado luego de obtenidas las reincorporaciones y no cuando aún se luchaba por las mismas. Es evidente que en el medio juega la pelea Clarín-Gobierno (y la demagogia K desplegada a su alrededor) antes que el afán por la organización y las reivindicaciones del taller.
Es muy claro que el piquete, con los gráficos trabajando normalmente, ha sido políticamente instrumentado por Moyano. Se trata de un mensaje a Cristina Kirchner, mediante el cual se mantiene viva la amenaza del paro nacional del transporte en suspenso mientras no se detengan las causas penales que se siguen tramitando. El rechazo al piquete por parte de canillitas y público ha hecho un flaco favor a la causa de los trabajadores y, en cambio, un grueso favor a Clarín, que basado en ese repudio ha montado una campaña en defensa de la "libertad de expresión". Especialmente luego de que Moyano amenazara explícitamente con movilizar a cien, mil, diez mil personas frente a aquellos medios que "informaran" agravios al camionero. Moyano la dejó servida para el contraataque. No puede ignorar que está colocando un contrapeso contra el gobierno. Su ofensiva paralela al pedir la vicepresidencia y la vicegobernación de Buenos Aires, mientras monta este piquete constituyeron dos aprietes para obtener un salvoconducto en las causas judiciales que lo acorralan. El desprestigio de la medida ha sido "funcional a Clarín" -como gustan tildar los kirchneristas-, desprestigia los métodos propios de los trabajadores y bastardea sus causas y reivindicaciones. No sólo la de los gráficos: los canillitas realizaban virtuales asambleas con los clientes alrededor de los kioscos puteando a Moyano, amenazando en algunos casos con quemar los ejemplares de Tiempo Argentino, a pesar de que Plaini, del gremio de los canillitas, aparezca en los medios defendiendo a Moyano.
La Lista Naranja Gráfica reclama por los plenos derechos sindicales en todas las empresas del grupo Clarín, reclama al sindicato, al gobierno y a la justicia contra la exclusión de Viñas y por su inmediata reincorporación, además de defender los históricos reclamos de los gráficos de AGR contra la persecución en la fábrica (y sus multi-cámaras), por la defensa del convenio colectivo y del descanso hebdomadario (sábado y domingo) y por la reparación de los aumentos salariales absorbidos por esta patronal negrera.
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