Brunelli y Belén internamente han fijado posición de aceptar el 20% en tres cuotas ofrecido por Admira. Gravísimo. El nicoleño es un títere de Techint, quiere decir que los Rocca mandaron a perder a los metalúrgicos aunque el acero haya aumentado 12% en lo que va del año. Mientras presionan por la devaluación del peso devalúan los salarios.
No piensan lo mismo los obreros de Siderar Quilmes que votaron en asamblea de fábrica el 40% luego aprobado por toda la seccional que además reclamó paro activo y que nada se firme sin aprobación de todos los congresos seccionales.
En la seccional Morón delegados de varias fábricas, Imsa, Envases del Plata, Siderar, entre otras, plantearon el 30% en sintonía con un mandato de Matanza.
Apretados por esa realidad, Caló y Gutiérrez no se bajan del 25% que de cualquier manera es una miseria, mucho más si va en cuotas. De conjunto, un sindicato tan poderoso, está mendigando unos puntitos más.
La aparente calma de la UOM no es tal, el gremio presenta tendencias de lucha enormes. La fábrica Mecca de Castelar lleva cuatro días de huelga en defensa de diez despedidos en función de una ofensiva de flexibilidad laboral, no por falta de trabajo. En semana santa ocurrió algo similar en una gran fábrica de Quilmes, donde la patronal retrocedió ante una ocupación.
Los aumentos del gremio de la curtiembre, de aceiteros y aún de UTA, ferroviarios y bancarios ponen en ridículo un aumento del 20% en cuotas que llevaría el operario general metalúrgico a 1.930 pesos mensuales antes de descuentos hasta junio o julio.
Que se reformule el reclamo de aumento atendiendo el 40% mandatado por Quilmes. Ninguna cuota. Actualización por costo de vida. Que nada se firme sin mandato de las seccionales y de asambleas fabriles. Basta a la dictadura de Caló y Belén.
No piensan lo mismo los obreros de Siderar Quilmes que votaron en asamblea de fábrica el 40% luego aprobado por toda la seccional que además reclamó paro activo y que nada se firme sin aprobación de todos los congresos seccionales.
En la seccional Morón delegados de varias fábricas, Imsa, Envases del Plata, Siderar, entre otras, plantearon el 30% en sintonía con un mandato de Matanza.
Apretados por esa realidad, Caló y Gutiérrez no se bajan del 25% que de cualquier manera es una miseria, mucho más si va en cuotas. De conjunto, un sindicato tan poderoso, está mendigando unos puntitos más.
La aparente calma de la UOM no es tal, el gremio presenta tendencias de lucha enormes. La fábrica Mecca de Castelar lleva cuatro días de huelga en defensa de diez despedidos en función de una ofensiva de flexibilidad laboral, no por falta de trabajo. En semana santa ocurrió algo similar en una gran fábrica de Quilmes, donde la patronal retrocedió ante una ocupación.
Los aumentos del gremio de la curtiembre, de aceiteros y aún de UTA, ferroviarios y bancarios ponen en ridículo un aumento del 20% en cuotas que llevaría el operario general metalúrgico a 1.930 pesos mensuales antes de descuentos hasta junio o julio.
Que se reformule el reclamo de aumento atendiendo el 40% mandatado por Quilmes. Ninguna cuota. Actualización por costo de vida. Que nada se firme sin mandato de las seccionales y de asambleas fabriles. Basta a la dictadura de Caló y Belén.
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