Se realizaron elecciones de cuerpo de delegados en Ecotrans. La dirección clasista del cuerpo de delegados ha ganado la elección en términos de votos, ha conquistado la mayoría de los delegados y las cinco líneas más importantes y sus talleres. Pero en dos de las cabeceras, Barrionuevo y Marcos Paz, han ganado listas con distinto grado de ligazón a la UTA. En Marcos Paz, por sólo cuatro votos, que fueron el resultado de una cantidad de maniobras de padrón por parte de la UTA: traslado de la línea 322 del padrón de la cabecera de Merlo a Marcos Paz e inclusión de por lo menos una decena de administrativos desconocidos del grupo Plaza. De esta manera, la masa de los choferes votó la lista Unidad, a la sazón perdedora. La elección se transformó en un campo de maniobras de la UTA, de la patronal y hasta de Othacehé.
En esta elección, el activismo maravilloso de Ecotrans, construido en tantas luchas, ha enfrentado los golpes recibidos en la difícil lucha por el despido de 28 contratados y la lucha desgastante y larga de varios meses para reincorporar a 103 despidos de efectivos. Tras esa lucha, donde pudimos mantener el plantel efectivo, al Cuerpo de Delegados se le descontaron sueldos enteros, se les impidieron las licencias gremiales con las que funcionan todas las internas de UTA. Una realidad que fuimos revirtiendo con mucha dificultad y que golpeó el funcionamiento del cuerpo de delegados.
Hubo otras luchas: por la mantención de la traza de la 503, por la seguridad en las líneas de la cabecera de Morón, por la mantención de los coches en una empresa con cero inversión. Luchamos contra todos los ataques a los trabajadores; algunos no se pudieron revertir, como el despido causado de un compañero en los meses previos a la elección. En Ecotrans no rigen, porque lo hemos impedido, las “vueltas en negro” que dominan hasta en las empresas con más inversión, como la 132. Verdaderos regímenes carcelarios, donde se viola el convenio sistemáticamente.
Esta realidad es la que nos dota de toda la energía para la etapa que se avecina. La variable de ajuste de la desinversión somos los trabajadores. También de los negociados de la intendencia de Othacehé con el grupo Cirigliano, que comanda los trenes del oeste y el grupo Plaza, dueño de las diez líneas de Ecotrans. Defenderemos la inversión, los puestos de trabajo, los talleres propios, la seguridad y el convenio como un programa único.
Como en la histórica huelga del 1996 en defensa del salario, como en la gran lucha con la que le llenamos a Kirchner la Plaza de Mayo de colectivos e impuso la continuidad de Ecotrans –destinada al desguace y a la flexibilización-, se impone hoy una nueva etapa para los delegados y activistas que las hicimos posible. La enfrentaremos con organización, con una gran agrupación en las diez líneas que trabaje junto a los delegados, con la unidad con las expresiones combativas de la UTA y de todo el movimiento obrero.
En esta elección, el activismo maravilloso de Ecotrans, construido en tantas luchas, ha enfrentado los golpes recibidos en la difícil lucha por el despido de 28 contratados y la lucha desgastante y larga de varios meses para reincorporar a 103 despidos de efectivos. Tras esa lucha, donde pudimos mantener el plantel efectivo, al Cuerpo de Delegados se le descontaron sueldos enteros, se les impidieron las licencias gremiales con las que funcionan todas las internas de UTA. Una realidad que fuimos revirtiendo con mucha dificultad y que golpeó el funcionamiento del cuerpo de delegados.
Hubo otras luchas: por la mantención de la traza de la 503, por la seguridad en las líneas de la cabecera de Morón, por la mantención de los coches en una empresa con cero inversión. Luchamos contra todos los ataques a los trabajadores; algunos no se pudieron revertir, como el despido causado de un compañero en los meses previos a la elección. En Ecotrans no rigen, porque lo hemos impedido, las “vueltas en negro” que dominan hasta en las empresas con más inversión, como la 132. Verdaderos regímenes carcelarios, donde se viola el convenio sistemáticamente.
Esta realidad es la que nos dota de toda la energía para la etapa que se avecina. La variable de ajuste de la desinversión somos los trabajadores. También de los negociados de la intendencia de Othacehé con el grupo Cirigliano, que comanda los trenes del oeste y el grupo Plaza, dueño de las diez líneas de Ecotrans. Defenderemos la inversión, los puestos de trabajo, los talleres propios, la seguridad y el convenio como un programa único.
Como en la histórica huelga del 1996 en defensa del salario, como en la gran lucha con la que le llenamos a Kirchner la Plaza de Mayo de colectivos e impuso la continuidad de Ecotrans –destinada al desguace y a la flexibilización-, se impone hoy una nueva etapa para los delegados y activistas que las hicimos posible. La enfrentaremos con organización, con una gran agrupación en las diez líneas que trabaje junto a los delegados, con la unidad con las expresiones combativas de la UTA y de todo el movimiento obrero.
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