domingo, 17 de abril de 2011

Todos los huevos en el Frente de Izquierda

En un cuadro político de dispersión de la política oficial de la burguesía, la unidad electoral de los partidos de izquierda (a la que sumaremos con seguridad al Nuevo MAS y a diferentes tendencias y agrupamientos obreros y populares) ofrece un polo de compactación para todos los que luchan cotidianamente contra la explotación capitalista y la arbitrariedad y despotismo del gobierno. El Congreso del Partido Obrero, en los próximos días, designará al candidato a Presidente que encabezará la lista nacional del Frente de Izquierda. La agresión a los docentes y estatales de la cuenca del Turbio confirma la tercerización de la represión (equivalente a los métodos fascistas) de que se vale oficialmente el kirchnerismo. Renueva la vigencia de la lucha por el juicio y castigo a los asesinos de nuestro compañero Mariano y por la expulsión del pedrazismo de la Unión Ferroviaria. Este reagrupamiento de fuerzas, en un marco de confusión política (más que nada en el centroizquierdismo), debe ser explotado de inmediato para convocar a la adhesión al Frente y a la organización de comités de base y de apoyo.
La naturaleza electoral del acuerdo político no contradice que su desarrollo dependerá de una inserción creciente en la lucha de clases. El desenvolvimiento de la fisonomía proletaria y trabajadora del Frente es la condición del impacto político general que pueda provocar. El carácter de clase de la política no es solamente un dato objetivo: también es determinante en la formación de una conciencia común. Por eso debe sumergirse en la lucha de clases e intervenir en todos los conflictos. Ya en vísperas del 1º de Mayo llamamos a un gran acto obrero convocado por el Frente de Izquierda.
Un desafío inmediato es la intervención en la negociación de los convenios colectivos, que la burocracia está entregando con acuerdo de las patronales. Ambas coinciden en un techo del 24% de aumento salarial, lo que equivale a un 17% promedio anual, muy por debajo de la inflación. Ese acuerdo omite a los trabajadores que no llegan a la canasta familiar -de 5.000 pesos al mes. Deja de lado a los tercerizados o trabajadores de agencia; el Frente debe impulsar la movilización de todos estos sectores. En numerosos sindicatos se producirán conflictos importantes, como ya ocurre con los compañeros petroleros de Santa Cruz.
La campaña de propaganda y agitación no debería demorar; estamos obligados a aprovechar el inmovilismo que sus crisis provocan en los adversarios de clase. Tenemos asimismo la inminencia de algunas elecciones locales -como las de Neuquén, Santa Fe y la Ciudad. Debemos presentarnos allí como una fuerza nacional ya constituida. En la capital del país se realizarán elecciones de comunas, que comportan un desafío especial. En todos los casos, el Frente de Izquierda debe presentar una caracterización de las fuerzas en presencia en las diferentes elecciones locales.
La experiencia frentista, en el pasado, señala que la formación de frentes lleva, más que a la acción común, al tabicamiento. Es la expresión de una naturaleza sectaria que resulta de un largo proceso previo, que se torna faccional cuando asume un carácter agresivo. Lo hemos visto incluso durante la movilización de los compañeros ferroviarios tercerizados e incluso en las marchas por el crimen contra nuestro compañero Mariano Ferreyra. Este carácter contradictorio del frentismo obstaculiza el acercamiento de las masas. La acción común del Frente no se refiere a sus propias fuerzas sino a las fuerzas de conjunto que emergen de la lucha y de la agitación política. Esta es la política del Partido Obrero.
La necesidad de hacer frente a las normas proscriptivas de las internas abiertas ha sido un factor importante en la formación del frente. Este hecho destaca los aspectos oportunistas del Frente de Izquierda, o sea la unidad por conveniencia. Pero la acción por conveniencia no está reñida con el principismo si sirve para el progreso político de las masas y de la revolución. El manejo del compromiso en la política revolucionaria es tan difícil como necesario. Aprovechemos la campaña electoral para adiestrarnos en el manejo de este arte.
La historia rápida pero intensa de la formación del Frente de Izquierda plantea la necesidad de un balance político, en beneficio de nuestra claridad, la del Partido Obrero, y de la delimitación de nuestras diferencias con nuestros compañeros de ruta. La presentaremos a la consideración pública en el próximo número de Prensa Obrera.

Jorge Altamira

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