Los trabajadores de la 60 están en paro por tiempo indeterminado, y no han acatado la mentirosa conciliación obligatoria dictada por el ministro Tomada después de dos días de conflicto. Las liquidaciones incorrectas de haberes a una parte del personal, que se arrastran desde hace meses, son una abierta provocación patronal con un propósito claro: el desconocimiento del cuerpo de delegados y la intención de modificar las normas laborales por otras más flexibilizadoras.
El fondo político del conflicto es el copamiento de los socios del gobierno nacional de las empresas del transporte automotor. A fines del año pasado quebró la empresa Monsa, la última gran empresa “a la antigua” de patrones y accionistas -los llamados “componentes”. Estas grandes empresas están siendo absorbidas desde hace años por dos grandes monopolios: el grupo Plaza y Dota -que ahora se quedó con el 80% de la 60, sumando 31 empresas absorbidas en los últimos diez años. Dota, a su vez, se ha asociado con la empresa brasileña Mega’Car, después que se quedaron con la fábrica “El Detalle”, tradicional constructora de carrocerías de colectivos.
Dota ha tomado más de 250 personas al mejor estilo de Pedraza en los talleres de Remedios Escalada, con el propósito de armar una fuerza de choque que desplace al cuerpo de delegados. Recientemente intentaron hacer fraude en una elección cuyo resultado final fue un triunfo abrumador de los delegados de lucha, contra una lista impulsada por la burocracia y la patronal. Después de esa derrota se produce el atentado contra el auto de un compañero de la interna frente a su casa, que tiene un sello mafioso. Luego, la agresión de la patota a varios choferes en la terminal de Escobar.
La UTA y la Secretaría de Transporte han dado carta libre al copamiento de Dota y Plaza, que también tienen líneas ferroviarias. A las empresas que van a ser absorbidas, para que aceleren su crisis alcanza con achicarles el nivel de subsidios. Entonces son compradas a precio de remate por estos pulpos -que sí reciben millonarios subsidios del Estado, de la mano de Schiavi.
La burocracia de la UTA acepta los ‘métodos laborales’ que quieren aplicar Plaza y Dota en todas las líneas. Plantean abiertamente el trabajo a destajo, el no respeto del descanso por vuelta y que no tengan actuación delegados que no sean afines a la burocracia de la UTA. Los choferes de la 60, tras 24 horas de huelga general, realizaron una importante asamblea en la terminal de Constitución, donde ratificaron el paro y formaron un comité de solidaridad con comisiones internas, delegados y organizaciones sociales y políticas, para rodear de solidaridad e impulsar el conflicto. Estuvieron trabajadores del subte, telefónicos de la Lista Naranja, la AGD-UBA, ferroviarios de varios ramales, trabajadores del Indec y el Garrahan; tuvieron una destacada presencia nueve delegados de Ecotrans, de gran acogida entre los choferes de la 60, con intervención de Carlos Pacheco en la asamblea. Un compañero de la 60 planteó en la asamblea sacar los colectivos a la calle, una medida que en su momento instaló nacionalmente el conflicto de Ecotrans en el ámbito nacional y fue una de las llaves del triunfo de los trabajadores. Los compañeros de Ecotrans, en una posterior reunión del comité de solidaridad que se formó, señalaron que era importante que una asamblea interna de los choferes de la 60 evaluara esa medida, y otras como la difusión en volantes del conflicto y el reforzamiento del fondo de huelga.
Defendemos la lucha de la 60, el reconocimiento pleno de los delegados, el pago de los salarios adeudados, el fin de los contratados, el rechazo del trabajo a destajo (por vueltas) en toda la UTA y el raje de la patota de la empresa. Defendemos la organización independiente de los choferes de la patronal y de la burocracia, comisionista de la patronal.
El fondo político del conflicto es el copamiento de los socios del gobierno nacional de las empresas del transporte automotor. A fines del año pasado quebró la empresa Monsa, la última gran empresa “a la antigua” de patrones y accionistas -los llamados “componentes”. Estas grandes empresas están siendo absorbidas desde hace años por dos grandes monopolios: el grupo Plaza y Dota -que ahora se quedó con el 80% de la 60, sumando 31 empresas absorbidas en los últimos diez años. Dota, a su vez, se ha asociado con la empresa brasileña Mega’Car, después que se quedaron con la fábrica “El Detalle”, tradicional constructora de carrocerías de colectivos.
Dota ha tomado más de 250 personas al mejor estilo de Pedraza en los talleres de Remedios Escalada, con el propósito de armar una fuerza de choque que desplace al cuerpo de delegados. Recientemente intentaron hacer fraude en una elección cuyo resultado final fue un triunfo abrumador de los delegados de lucha, contra una lista impulsada por la burocracia y la patronal. Después de esa derrota se produce el atentado contra el auto de un compañero de la interna frente a su casa, que tiene un sello mafioso. Luego, la agresión de la patota a varios choferes en la terminal de Escobar.
La UTA y la Secretaría de Transporte han dado carta libre al copamiento de Dota y Plaza, que también tienen líneas ferroviarias. A las empresas que van a ser absorbidas, para que aceleren su crisis alcanza con achicarles el nivel de subsidios. Entonces son compradas a precio de remate por estos pulpos -que sí reciben millonarios subsidios del Estado, de la mano de Schiavi.
La burocracia de la UTA acepta los ‘métodos laborales’ que quieren aplicar Plaza y Dota en todas las líneas. Plantean abiertamente el trabajo a destajo, el no respeto del descanso por vuelta y que no tengan actuación delegados que no sean afines a la burocracia de la UTA. Los choferes de la 60, tras 24 horas de huelga general, realizaron una importante asamblea en la terminal de Constitución, donde ratificaron el paro y formaron un comité de solidaridad con comisiones internas, delegados y organizaciones sociales y políticas, para rodear de solidaridad e impulsar el conflicto. Estuvieron trabajadores del subte, telefónicos de la Lista Naranja, la AGD-UBA, ferroviarios de varios ramales, trabajadores del Indec y el Garrahan; tuvieron una destacada presencia nueve delegados de Ecotrans, de gran acogida entre los choferes de la 60, con intervención de Carlos Pacheco en la asamblea. Un compañero de la 60 planteó en la asamblea sacar los colectivos a la calle, una medida que en su momento instaló nacionalmente el conflicto de Ecotrans en el ámbito nacional y fue una de las llaves del triunfo de los trabajadores. Los compañeros de Ecotrans, en una posterior reunión del comité de solidaridad que se formó, señalaron que era importante que una asamblea interna de los choferes de la 60 evaluara esa medida, y otras como la difusión en volantes del conflicto y el reforzamiento del fondo de huelga.
Defendemos la lucha de la 60, el reconocimiento pleno de los delegados, el pago de los salarios adeudados, el fin de los contratados, el rechazo del trabajo a destajo (por vueltas) en toda la UTA y el raje de la patota de la empresa. Defendemos la organización independiente de los choferes de la patronal y de la burocracia, comisionista de la patronal.
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