Contra la alianza de la Juventud Sindical y la empresa
El viernes 18 de noviembre se realizaron las elecciones de Comisión Interna en Artes Gráficas Rioplatense (AGR) del Grupo Clarín. Ganó la llamada "Lista de los compañeros", encabezada por Pablo Viñas y Gustavo Castillo -congresales de la Naranja Gráfica-, con 145 votos (55%), contra la lista impulsada por la gerencia, encabezada por el delegado K Luis Siri -miembro de la directiva del sindicato gráfico, y hasta hace poco bandera predilecta del moyanismo y 6,7,8 en la ‘cruzada' contra "la Corpo"-, que sacó 116 votos (44%).
AGR estuvo en el centro de la situación política a partir de los bloqueos realizados en las puertas de AGR y de AGEA (ambas plantas de Clarín) por los delegados K con el moyanismo, y luego por las vergonzosas cámaras ocultas en las que se pudo ver a los mismos delegados pidiendo 9 millones de pesos a cambio de firmar un acta de paz social por... ¡diez años! Lo que no impidió que el kirchnerismo los siguiera defendiendo.
Tanto los delegados K como Pablo Viñas venían reclamando su reincorporación en la planta, desde que los despidieron tras una huelga en 2004 reprimida por el gobierno de Néstor Kirchner. A principios de 2011, los moyanistas fueron reincorporados en un acuerdo de Clarín con el Ministerio de Trabajo que dejó afuera al congresal opositor, reincorporado en junio por una decisión judicial.
El acuerdo entre los jóvenes K y Clarín
Desde su reingreso, de diez delegados, ocho se retiraron por dinero, y quienes quedaron exponían abiertamente su nueva "relación" con la gerencia, que incluía todo tipo de beneficios personales y trato preferencial -como la exoneración de prestar tareas, la potestad de dar "órdenes" a los encargados, y una política común con la empresa discutida a la par que se negociaban sus retiros por dinero.
Los delegados promovieron abiertamente retiros voluntarios y una reducción de personal que incluyó ocho despidos por los que no hicieron nada, un acuerdo de achique de dotaciones de personal por máquina, y hasta reducción de salarios para 75 compañeros a los que la empresa pasó al régimen legal de lunes a viernes, pero a los que simultáneamente les redujeron el 20% de sus bajos salarios, que pasaron a contarse entre las ganancias de la empresa.
La lista de los compañeros y la batalla por este triunfo histórico
La construcción de la lista fue una batalla durísima, contra una enorme presión patronal que con sus cámaras en la planta, los encargados y la patota moyanista preguntando en los sectores, "buscaban" abiertamente "los candidatos de la Naranja" y prometían despidos para quienes se sumaran. Un compañero que se afilió e inició el reclamo de adelantamiento de las elecciones que finalmente logramos, fue despedido por la empresa y hoy ha sido electo delegado, por lo que se afianza la lucha por su reincorporación. En este clima, un grupo excepcional de trabajadores demostró una gran valentía y logro sortear esta enorme presión patronal, sumándose a la Lista de los compañeros.
En la campaña intervino la gerencia prometiendo el oro y el moro, pero sólo si ganaba la lista "Moyano-Clarinista" -que se la pasó prometiendo aumentos, sumas de fin de año, pase de lunes a viernes, categorías y cambios de turnos individualizadas y por sector, y en cambio "el caos" y el fin del diálogo si ganaba la Naranja. La Lista de los compañeros planteó la necesidad de delegados sin privilegios, que ocupen su puesto en máquina, que consulten y resuelvan con el colectivo obrero los reclamos y negociaciones a seguir, y desarrolló un pliego de reivindicaciones del taller. El primer reclamo será el prometido refuerzo de fin de año, el esperado pase de lunes a viernes de todo el taller sin despidos ni reducciones salariales, y la reincorporación del hoy delegado despedido.
La votación en la que participaron 269 compañeros fue la más alta de la historia de la fábrica (90% del padrón). Con este enorme triunfo, los trabajadores de Clarín comienzan un paciente camino de recuperación de la unidad y la organización gremial del taller.
AGR estuvo en el centro de la situación política a partir de los bloqueos realizados en las puertas de AGR y de AGEA (ambas plantas de Clarín) por los delegados K con el moyanismo, y luego por las vergonzosas cámaras ocultas en las que se pudo ver a los mismos delegados pidiendo 9 millones de pesos a cambio de firmar un acta de paz social por... ¡diez años! Lo que no impidió que el kirchnerismo los siguiera defendiendo.
Tanto los delegados K como Pablo Viñas venían reclamando su reincorporación en la planta, desde que los despidieron tras una huelga en 2004 reprimida por el gobierno de Néstor Kirchner. A principios de 2011, los moyanistas fueron reincorporados en un acuerdo de Clarín con el Ministerio de Trabajo que dejó afuera al congresal opositor, reincorporado en junio por una decisión judicial.
El acuerdo entre los jóvenes K y Clarín
Desde su reingreso, de diez delegados, ocho se retiraron por dinero, y quienes quedaron exponían abiertamente su nueva "relación" con la gerencia, que incluía todo tipo de beneficios personales y trato preferencial -como la exoneración de prestar tareas, la potestad de dar "órdenes" a los encargados, y una política común con la empresa discutida a la par que se negociaban sus retiros por dinero.
Los delegados promovieron abiertamente retiros voluntarios y una reducción de personal que incluyó ocho despidos por los que no hicieron nada, un acuerdo de achique de dotaciones de personal por máquina, y hasta reducción de salarios para 75 compañeros a los que la empresa pasó al régimen legal de lunes a viernes, pero a los que simultáneamente les redujeron el 20% de sus bajos salarios, que pasaron a contarse entre las ganancias de la empresa.
La lista de los compañeros y la batalla por este triunfo histórico
La construcción de la lista fue una batalla durísima, contra una enorme presión patronal que con sus cámaras en la planta, los encargados y la patota moyanista preguntando en los sectores, "buscaban" abiertamente "los candidatos de la Naranja" y prometían despidos para quienes se sumaran. Un compañero que se afilió e inició el reclamo de adelantamiento de las elecciones que finalmente logramos, fue despedido por la empresa y hoy ha sido electo delegado, por lo que se afianza la lucha por su reincorporación. En este clima, un grupo excepcional de trabajadores demostró una gran valentía y logro sortear esta enorme presión patronal, sumándose a la Lista de los compañeros.
En la campaña intervino la gerencia prometiendo el oro y el moro, pero sólo si ganaba la lista "Moyano-Clarinista" -que se la pasó prometiendo aumentos, sumas de fin de año, pase de lunes a viernes, categorías y cambios de turnos individualizadas y por sector, y en cambio "el caos" y el fin del diálogo si ganaba la Naranja. La Lista de los compañeros planteó la necesidad de delegados sin privilegios, que ocupen su puesto en máquina, que consulten y resuelvan con el colectivo obrero los reclamos y negociaciones a seguir, y desarrolló un pliego de reivindicaciones del taller. El primer reclamo será el prometido refuerzo de fin de año, el esperado pase de lunes a viernes de todo el taller sin despidos ni reducciones salariales, y la reincorporación del hoy delegado despedido.
La votación en la que participaron 269 compañeros fue la más alta de la historia de la fábrica (90% del padrón). Con este enorme triunfo, los trabajadores de Clarín comienzan un paciente camino de recuperación de la unidad y la organización gremial del taller.
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