El paro realizado por los trabajadores de la Línea 60 fue detonado por las amenazas de la patota de la UTA. Varios micros cargados de patoteros amenazaron, con armas de fuego a la vista, a un trabajador que estaba reclamando contra su despido, y también a los trabajadores de la 60 que se habían acercado en solidaridad. La línea 228 -donde se produjeron las amenazas- forma parte, junto con la 60, del mismo monopolio del transporte, el grupo Dota. El trabajador despedido había participado de las elecciones de delegados contra la burocracia de la UTA. Cuando esto sucedía en las puertas de la 228, los choferes de la 60 organizaban una medida de fuerza en defensa de sus compañeros amenazados violentame
El jueves pasado, a las siete y media de la mañana, los trabajadores se movilizaron hacia la Panamericana y también en el centro de la Capital. Luego de una hora de corte parcial de la autopista arribó la gendarmería y cortó los carriles que estaban liberados por unos minutos, señalándoles a los trabajadores que “ellos también tenían sus reclamos”. Los trabajadores comenzaron a bajar de la Panamericana a la hora que tenían previamente establecida. La Gendarmería, ya al mando del propio Sergio Berni llegado de emergencia en helicóptero, rodeó a los compañeros con la intención de asegurar el desalojo de la autopista.
En la reunión que mantuvieron los delegados con la viceministra de Trabajo, Noemí Rial y con Dota, la patronal mandó a los delegados “a trabajar”. La representante del gobierno, por su parte, señaló que “ya habían hecho todo lo que estaba en sus manos”. La reunión llegó a su fin cuando la patronal se retiró, para evitar responder por el conjunto de los reclamos.Luego de los cinco días de paro que los trabajadores de la Línea 60 realizaron en abril, donde fueron sitiados varias horas por la gendarmería, ninguno de los reclamos planteados en aquel momento fueron resueltos favorablemente. Dota les adeuda a los trabajadores miles de pesos de salarios mal liquidados, incluso los propios cinco días de paro que se había comprometido a pagar. También siguen despedidos cuatro trabajadores, principal reclamo de la lucha del mes de abril.
Los delegados y trabajadores de la 60 vienen sufriendo el ataque patronal hace tiempo, incluyendo amenazas a delegados, aprietes de las patotas de la UTA y la acción de la Gendarmería frente a las acciones de lucha que se llevan adelante. Este accionar cuenta con el aval del gobierno, que ha actuado sin excepción a favor de este monopolio del transporte.
Los hechos tienen como telón de fondo la crisis del transporte, de los subsidios y la parálisis del gobierno que a base de prueba y error intenta meter el tarifazo. Dota, por su parte, pretende quebrar a los trabajadores para terminar con la organización que impide la racionalización total de la línea.
Al interior del cuerpo de delegados y los activistas se discute la necesidad de establecer un plan de lucha que logre torcerle el brazo a este monopolio que actúa en complicidad con el gobierno. La lucha de la 60, como las reiteradas luchas de Ecotrans adelantan las batallas que vendrán como consecuencia de la crisis de la política kirchnerista en el transporte.
Juan Pablo R.
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