martes, 14 de junio de 2011

La rebelión camionera contra Moyano

La burocracia privatizó las obras sociales para sus familias

Muchos conspiran contra Moyano, pero se trata de otros "moyanos", sean de la burocracia de la CGT o de punteros del aparato kirchnerista, o aún de la ‘oposición' (patronal). En contraposición, un paro obrero de los camioneros contra Moyano no es una conspiración, sino que pone en claro el manejo de las obras sociales por parte de la burocracia.
La revuelta de los recolectores de basura de la capital obedeció a la muerte, por alevosa negligencia de la obra social de camioneros, de un obrero de Cliba. El paro de los obreros de Cliba se extendió a empresas como Urba Sur y otras, mientras corrían como reguero de pólvora denuncias de situaciones similares. El paro fue acompañado por un piquete que duró casi 24 horas y el paro del turno noche de Cliba. Los delegados de la rama fueron citados al sindicato a las 6 de la mañana, por parte de la dirección del gremio, para levantar el piquete y evitar el paro, lo que fracasó por completo y derivó en la temblorosa conferencia de prensa del propio Moyano y la denuncia de un paro "político" de sus propios compañeros. Los delegados no volvieron a sus lugares de trabajo, y en algunos casos fueron insultados por los obreros, que no aceptaban excusas.
Gustavo Adrián González, el obrero muerto tras 14 horas de espera de una ambulancia, pertenecía al aparato moyanista, lo cual enfureció más a su familia y a sus compañeros, conocedores de la realidad de los negocios del gremio y de la responsabilidad de la familia Moyano. Lo mismo vale para los tres delegados de Cliba que se pusieron al frente de la huelga y el piquete.
Moyano trató de deslindar responsabilidades apelando a que el servicio estaba tercerizado. Pero en el caso de la empresa de ambulancias, la presidenta es Valeria Salerno, hija de Liliana Zulet, Gerenta de Oschoca y esposa de Moyano. O sea que se trata de una "Unión del Mercosur" (la empresa propiedad de Pedraza que explota tercerizados). La furia de los obreros y de la familia seguramente tuvo en cuenta esta situación. Se dice que por influencia del padre de la viuda, habrían llegado a un arreglo de un millón de pesos; la familia denunció que Liliana Zulet le dijo a la familia "vení que hablamos a ver cómo arreglamos".
Se trata de una gota que colmó el vaso. La Obra Social de Moyano está totalmente privatizada, por medio de concesiones a clínicas que atienden cada día peor, arancelizadas y faltantes de especialidades y servicios, según denuncian los camioneros. Los remedios tienen sólo un descuento de un 30%, que para llegar a 40% requiere una cuota extra a una "mutual camionera", o sea un sobre descuento. El famoso sanatorio Antártida está vacío y sin trazas de funcionar, como muchos de los sanatorios zonales que se ven con grandes carteles. Todo esto en un gremio de salarios relativamente altos -qué puede esperarse en los demás gremios, a partir de esta realidad. Las obras sociales son acreedoras de 9 mil millones del gobierno nacional, plata que aportamos todos los meses los trabajadores. Camioneros tiene privilegios en esa distribución; saquemos cuenta del destino del resto.
La rebelión de camioneros se inscribe en la etapa actual del movimiento obrero, o sea de rebeliones contra la burocracia. La de los camioneros guarda similitud con la lucha de los tercerizados ferroviarios contra la Unión Ferroviaria. La tercerización explotada por el sindicalismo empresario camionero se produce a través de la empresa de ambulancias, que abandonó al obrero a su suerte. Así hicieron las autoridades de Madres con las empresas constructoras que contrataban para sus propios planes de vivienda.
Después del paro se abrió en el gremio una enorme deliberación. Hay también una gran expectativa ante las posibles represalias contra delegados y decenas de activistas de las empresas que pararon. Defendamos a los delegados que se pusieron al frente de sus compañeros. Fuera los Pedraza. Fuera los Moyano. Fuera la burocracia sindical. Recuperación de los sindicatos y las obras sociales a manos de los trabajadores, bajo control de sus asambleas.

Néstor Pitrola

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