Democraticemos el terciario
En nuestro instituto terciario reinan la persecución, la proscripción y los aprietes. Los directivos -que siguen la línea de intimidación que se vive en Merlo desde hace dos décadas- son fieles defensores de la regimentación hacia el movimiento estudiantil independiente, defendiendo las políticas más generales de desmantelar la educación pública, bajo las leyes antieducativas menemistas y kirchneristas. Además de ser cómplices de mantener a un "centro de estudiantes" que se impuso a fuerza de fraude y de patotas -de la mano del intendente Othacehé-, sostienen una fuerte y sistemática proscripción hacia las organizaciones estudiantiles independientes, en especial hacia la agrupación 20 de Diciembre, que llama a solidarizarse y defender las luchas de los trabajadores en su conjunto, levantando la histórica bandera de la unidad obrero estudiantil, y que en estas elecciones llama a apoyar al Frente de Izquierda, porque entendemos que la transformación educativa es inseparable de la transformación social dirigida por la clase obrera, contra el régimen capitalista en descomposición.
La persecución, los aprietes y la proscripción pretenden defender el modelo de terror generalizado en Merlo, y apoyar la política antieducativa del gobierno nacional, que sólo enfrentaremos con la unidad de las luchas y la defensa de la educación publica.
Ante la política de regimentación y proscripción, los estudiantes debemos defender la absoluta libertad democrática, debemos democratizar el terciario con un verdadero cogobierno estudiantil-docente y no docente. No podemos permitir que las autoridades sigan imprimiendo en el terciario una vida institucional similar a una primaria o secundaria. En nuestro instituto, las autoridades no las eligen los estudiantes, y desarrollan su gestión como buenos punteros políticos: al servicio de la Gobernación y el modelo kirchnerista que terceriza y negrea.
En el terciario no tenemos nada que envidiarle al viejo absolutismo de los reyes españoles de la Edad Moderna, que también tenían sus "consejos". El Consejo Académico Institucional (CAI) del terciario, que pareciera darle un carácter más democrático a nuestro lugar de estudio, no puede ir más allá que el Consejo de Indias de Carlos I, que se arrodillaba frente a la impostura real, por el solo hecho de que la dirección siempre impone la decisión final, dado que el organismo sólo es consultivo.
La agrupación Ujem es una pata fundamental de este régimen, ya que, además de defender el fraude e imponer patotas, llama a "conmemorar el golpe de Estado" de 1976, defiende la persecución a las agrupaciones independientes y la imposición semi-fascista de la dirección. En esta campaña electoral, convoca a apoyar al gobierno de Cristina y llama a los estudiantes para que entreguen su voto a los mismos que someten la educación y el país entero a los caprichos de los especuladores capitalistas, a los mismos que prefieren rescatar a los empresarios con la plata de la Anses y los aportes que nos expropian como trabajadores, a los mismos que en todos los conflictos laborales se colocan como interventores para defender a las patronales, como en el ferrocarril y como en la industria petrolera.
Estamos en presencia de un armado político brutalmente opresor, entre el Estado, sus partidos y los punteros alcahuetes, que utilizan todos los recursos para reprimir la lucha y maniatar toda expresión independiente, con el claro objetivo conservador de descargar la crisis en las espaldas de los que creamos la riqueza material e intelectual.
Debemos organizarnos, seguir el ejemplo de los secundarios del Pelle, que pretenden democratizar la escuela recibiendo y otorgando el apoyo de los sectores en lucha.
La organización estudiantil se llevará puesto cualquier tipo de autoritarismo: los que estudiamos y trabajamos seguiremos los pasos de nuestros hermanos de clase del mundo árabe, del altiplano y del indignado pueblo español.
La persecución, los aprietes y la proscripción pretenden defender el modelo de terror generalizado en Merlo, y apoyar la política antieducativa del gobierno nacional, que sólo enfrentaremos con la unidad de las luchas y la defensa de la educación publica.
Ante la política de regimentación y proscripción, los estudiantes debemos defender la absoluta libertad democrática, debemos democratizar el terciario con un verdadero cogobierno estudiantil-docente y no docente. No podemos permitir que las autoridades sigan imprimiendo en el terciario una vida institucional similar a una primaria o secundaria. En nuestro instituto, las autoridades no las eligen los estudiantes, y desarrollan su gestión como buenos punteros políticos: al servicio de la Gobernación y el modelo kirchnerista que terceriza y negrea.
En el terciario no tenemos nada que envidiarle al viejo absolutismo de los reyes españoles de la Edad Moderna, que también tenían sus "consejos". El Consejo Académico Institucional (CAI) del terciario, que pareciera darle un carácter más democrático a nuestro lugar de estudio, no puede ir más allá que el Consejo de Indias de Carlos I, que se arrodillaba frente a la impostura real, por el solo hecho de que la dirección siempre impone la decisión final, dado que el organismo sólo es consultivo.
La agrupación Ujem es una pata fundamental de este régimen, ya que, además de defender el fraude e imponer patotas, llama a "conmemorar el golpe de Estado" de 1976, defiende la persecución a las agrupaciones independientes y la imposición semi-fascista de la dirección. En esta campaña electoral, convoca a apoyar al gobierno de Cristina y llama a los estudiantes para que entreguen su voto a los mismos que someten la educación y el país entero a los caprichos de los especuladores capitalistas, a los mismos que prefieren rescatar a los empresarios con la plata de la Anses y los aportes que nos expropian como trabajadores, a los mismos que en todos los conflictos laborales se colocan como interventores para defender a las patronales, como en el ferrocarril y como en la industria petrolera.
Estamos en presencia de un armado político brutalmente opresor, entre el Estado, sus partidos y los punteros alcahuetes, que utilizan todos los recursos para reprimir la lucha y maniatar toda expresión independiente, con el claro objetivo conservador de descargar la crisis en las espaldas de los que creamos la riqueza material e intelectual.
Debemos organizarnos, seguir el ejemplo de los secundarios del Pelle, que pretenden democratizar la escuela recibiendo y otorgando el apoyo de los sectores en lucha.
La organización estudiantil se llevará puesto cualquier tipo de autoritarismo: los que estudiamos y trabajamos seguiremos los pasos de nuestros hermanos de clase del mundo árabe, del altiplano y del indignado pueblo español.
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