Deuda en dólares por educación
No cabe duda alguna. La caída de la
ministra de educación bonaerense, Silvina Gvirtz, es un nuevo capítulo
de la guerra fría entre el cristinismo y Scioli. Un período que se abrió
con la frágil tregua firmada entre Cristina y el gobernador, mediante
el otorgamiento de fondos del Anses para pagar el aguinaldo.
La renuncia de Gvirtz constituye una
“danielización” del gabinete, exactamente lo contrario de lo que
pretendía el camporista vicegobernador Mariotto, cuya estrategia desde
el primer día fue nombrarle a Scioli, como mínimo, el ministro de
Seguridad. De una u otra manera, esta movida agudizará las disputas en
laLegislatura bonaerense y en las operaciones para cooptar los
intendentes a una y otra fracción.
Scioli lanzó un plan de ajuste en la
educación, específicamente contra los docentes (ver artículo) “a la
López Murphy”, mediante el cual pretende ahorrar 1000 millones de pesos
anuales, cortando suplencias docentes. Para ello puso al frente de la
cartera educativa a una fiel ex ministra de Economía. La línea de
recorte en los comedores y control de ausentismo que ya venía llevando
Gvirtz, se profundizará.
Mariotto se reunió previamente con la
renunciante y habilitó la retirada, prometiendo no obstaculizar el
nombramiento de Nora De Lucía, en la línea de la Casa Rosada de que el
trabajo sucio quede a cargo del personal del gobernador. De conjunto,
Cristina descarga parte de los costos políticos del ajuste del inviable
presupuesto nacional sobre los gobernadores, de manera de comprometer al
peronismo en su conjunto en su política y salvar el control del timón.
Esta política en educación es el reverso
de la moneda de un endeudamiento “autónomo” de la provincia para cerrar
el año sin depender de un nuevo y traumático adelanto del Tesoro
Nacional. El gobierno provincial emitió deuda por 200 millones de
dólares a una tasa que resulta astronómica.La suscripción de bonos en
dólares cuadriplicó la suscripción esperada de 50 millones. Claro, se
trata de bonos al 9%, a un año, pero en dólares. Se hizo ruido acerca de
la suscripción de parte de esta deuda por parte de algunos municipios
superavitarios de la provincia. Pero los municipios suscribieron apenas 5
millones de pesos sobre 2.800 millones que tienen en plazos fijos. Se
trata de un huevo en la canasta de Scioli que pusieron Massa, de Tigre,
Eseveri de Olavarría, Espinoza de La Matanza y unos pocos más, pero el
grueso prefirió no involucrarse.
El mecanismo de bonos nominados en
dólares con semejante tasa es más que atractivo, sobre todo cuando está
prohibida la compra de dólares para atesoramiento financiero, pero es
explosivo para las finanzas de una provincia ya endeudada en 14 mil
millones de dólares para pagar gastos, tan corrientes como los sueldos y
aguinaldos. Se canjeado un endeudamiento en dólares por educación, en
el preciso momento en que se conoce que la mitad de los chicos
argentinos, y especialmente bonaerenses del conurbano, no terminan el
secundario.
Scioli no respondió, por ahora, ni a
favor ni en contra del planteo de De la Sota del pacto fiscal del 92, y
difícilmente se inscriba en esa estrategia en lo inmediato. Pero recorre
una línea económica de endeudamiento propio en espejo con el gobernador
cordobés. Luego se conoció la estatización del tramo on line del juego
en la provincia que factura 360 millones anuales, cuya concesión era
pretendida por Boldt SA. Para el resto del juego, se prevé la renovación
de los jugosos contratos de toda la red privada con un aumento del 8 al
11 o 12 por ciento por Ingresos Brutos. Mediante esta maniobra
“estatista” menor del gobernador, se bloqueó la posibilidad de un
ingreso mayor del clan de Cristóbal López al juego de la provincia, que
es el objetivo del cristinismo.
En resumen, se ha agudizado una crisis
política que busca resolver la inviabilidad del régimen de subsidios,
privatizaciones y deuda externa, contra las masas populares. Y que, por
lo tanto, replantea la necesidad de una intervención independiente de
los trabajadores. El ataque a la educación a la “López Murphy” pondrá a
prueba a las organizaciones docentes, puesto que ya no se trata de una
mera reacción contra el no pago de salarios, sino de la defensa del
estatuto del docente frente a un planteo económico de conjunto que
ajusta a través de la educación y contra los docentes, cuya bandera de
largada fue el discurso presidencial en la apertura de sesiones
legislativas -“tienen tres meses de vacaciones al año, trabajan cuatro
horas y encima paran”.
El movimiento sindical y de lucha
docente y estatal tiene que discutir un plan reivindicativo y una salida
económica y social para que la crisis la paguen los capitalistas. Se
replantea cada día la necesidad de fusionar el movimiento obrero con una
salida política de los trabajadores.
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