lunes, 27 de septiembre de 2010

Ciclo de charlas rumbo a la conferencia

Hacia la conferencia latinoamericana de la CRCI 
(coordinadora por la refundación de la cuarta internacional)

CHARLA 1

"La tendencia del capitalismo al
colapso y el lugar histórico de la actual crisis"

En Zona Oeste


Merlo: viernes 1ºde octubre,
17 horas, Freire 761,
entre Bach y Matorras, Barrio Samoré.

LOS K DEFIENDEN UN NEGOCIADO DE 1.200 MILLONES DE DOLARES


Santa Cruz

Los K están moviendo cielo y tierra para defender su coto de Santa Cruz; prometen movilizaciones a granel para defender la ‘autonomía provincial' y denuncian a su propia Corte (ellos la designaron) como ‘destituyente'. Los Jotapé se aprestan a secundar la resistencia desesperada de sus tutores, pero fingen ignorar lo que está en juego. Según explica el periodista local Hector Babarino, al momento de su desplazamiento, el fiscal "Sosa era el procurador que investigaba el derrotero de los más de 1.200 millones de dólares que el gobierno K hizo desaparecer sin ningún control" (Clarín, 21/9). Esa suma se origina en los fondos que recibieron los Kirchner cuando apoyaron, en 1992, la privatización de YPF.
Desde ese entonces, las informaciones oficiales sobre estos fondos han sido confusas y contradictorias. En 2005, Néstor Kirchner dijo que se habían "repatriado". Pero años más tarde, tanto Acevedo, primero, como Peralta, después, informaron que existían 520 millones de dólares depositados en un banco de Suiza. En ese "blanqueo", la mitad de los fondos se perdieron por el camino. Hace cuatro meses, el ministro de Economía provincial informó que "casi todos los fondos se gastaron". La reposición del fiscal Sosa coloca en el centro de la tormenta al "desfalco original" de la camarilla kirchnerista. Para el matrimonio presidencial, el entuerto entre Santa Cruz y la Corte no es un conflicto institucional más, sino la defensa de un descomunal afano.
En ello les va la supervivencia.

Los obreros no somos socios del capital

EL PROYECTO DE PARTICIPACION EN 
LAS GANANCIAS ES REACCIONARIO


El proyecto de participación de los trabajadores en las ganancias no es uno más de los que duermen en los cajones del Congreso. Moyano lo está usando como pivote de su campaña política: ha recibido el apoyo de todo el bloque oficial de diputados y tanto el sabbatellismo como Yasky lo aplauden a dos manos. La CGT planea una marcha al Congreso para apoyarlo y sería uno de los ‘atractivos' del acto que Moyano ha anunciado, en River, para octubre. Ambito Financiero (21/9), sin embargo, asegura que el gobierno ya tomó la decisión de cajonearlo. Como fuere, el asunto busca sacar del foco el proyecto del 82% móvil para la jubilación mínima. La participación en las ganancias se convierte, de este modo, en una bandera contra los jubilados. Ricardo Alfonsín ha planteado que su partido está dispuesto a "estudiar el tema", en la misma línea que ha adoptado la patronal, que dice que todo depende de cómo se lo aplique. Así lo definió Gustavo Ripoll, representante de Idea, que lo tratará en el simposium previsto entre el 13 y el 15 de octubre próximos.
La distribución, que sería anual y no remunerativa, se aplicaría sobre el 10% de las ganancias, una vez deducidos los impuestos y lo que se destine a reinversión hasta un 50%, y solamente se aplicará a partir de un monto mínimo de ganancias, cuyo importe será fijado por un Consejo Nacional tripartito (patronal, sindical, gobierno). De las ganancias participadas, otro 20% irá a un fondo "solidario" para los desocupados o trabajadores informales. O sea que el 10% de las ganancias podría convertirse, en un caso de máxima, en el 4% (50% a inversiones y 20% al fondo). Obviamente, nadie controla los balances reales de las empresas; la Afip acaba de señalar que nada menos que las cerealeras no declararon ganancias para el ejercicio 2009. El "fondo solidario" para los desocupados tendría por objeto la "capacitación", algo que en el pasado debía realizar la propia patronal -sea en talleres o escuelas de oficios.
En Firestone, el único lugar donde se aplica un sistema similar, el importe nunca superó el 6% de las ganancias, aunque durante varios años no se cobró nada porque los balances registraron pérdidas. Este adicional fue firmado por el Sutna de la CTA en 2001, como compensación por la aceptación de despidos masivos y rebajas en las condiciones convencionales (que persisten hasta hoy). La firma había amenazado con cerrar la filial en Argentina. Es decir que la participación en los beneficios vino como consecuencia de una derrota.
Se trata, en definitiva, de un "bonus" anual no garantizado, ya que no se paga si hay pérdidas o las ganancias no superan el piso. El régimen está vigente en Chile, México, Perú, Brasil y Venezuela, es decir en países donde la explotación es mayor, la sindicalización menor y los salarios reales más bajos que en Argentina. El proyecto parece responder al modelo mexicano, que nunca superó el 4% de las remuneraciones anuales de los trabajadores (en promedio, un 3%) y es percibido por un tercio de la población económicamente activa de manera, como ya se dijo, intermitente. La iniciativa se inscribe en la "escuela norteamericana de recursos humanos", que considera al salario un costo laboral flexible, que se adapta a las etapas de crisis. En las negociaciones salariales, la participación puede ser esgrimida como una extorsión porque los aumentos debilitarían las ganancias. Lo fundamental es que el salario y los reclamos laborales dejan de tener por base una agenda de progreso social de los trabajadores, para quedar condicionados a los vaivenes del negocio capitalista. Se trata de un reforzamiento del sometimiento social de la clase obrera y de una renuncia a sus objetivos de conjunto.
El ministro Tomada ya planteó que el proyecto es una excelente oportunidad para abrir un debate sobre la productividad, o sea la flexibilización laboral, a la que asocia naturalmente con la posibilidad de incrementar las ganancias del capital. Es decir que hay un facón debajo del poncho. Un aumento de la productividad -o sea producir más con menos trabajadores- es, sin embargo, un factor que aumenta la posibilidad de los despidos, en especial en un período de bancarrota capitalista. A la hora de considerar el proyecto, hay que poner sobre la mesa la totalidad de las condiciones en que opera la explotación capitalista. El aumento de la productividad del trabajo, desde el punto de vista del progreso humano, debería dar lugar a una reducción de la jornada laboral sin afectación del monto del salario. Debería permitir una absorción de la desocupación, en lugar de ser un factor que la promueve. Es curioso que el proyecto lo promueva un gobierno que se niega a ajustar el mínimo no imponible de acuerdo con la inflación. Digamos, con espíritu de aporte, que la ganancia que declara una empresa al final del año es inferior, en condiciones de inflación, a la que realmente obtuvo durante el año en forma diaria y continua.
Recalde, en una entrevista radial, sugirió a los empresarios que vean "lo que opina la izquierda del proyecto", para inducirlos a que lo apoyen. Es decir que es un proyecto de derechas. La CGT y la CTA apoyan este engendro sin haberlo discutido con las bases, aunque sí lo hacen con la UIA en función de un ‘consenso'. La UIA salió a desmentir escuetamente que condicione el proyecto a un pacto social, pero es claro que está buscando meterlo en la discusión sobre ganancias. Sea como fuere, de esa ‘participación' se encuentran excluidos los trabajadores del campo y el 35% que se encuentra en negro en la propia industria; los contratados y trabajadores por agencia no lo cobrarían, tampoco en empresas de menos de 300 compañeros. El conjunto del proyecto apunta a reforzar los lazos de las burocracias sindicales estatizadas con las patronales. Pero lo que está terciando allí es el problema político de dotar de un instrumento a un gobierno y a una burocracia que no están seguros de apoyar en el recambio presidencial de 2011. Además, jamás lo apoyarían sin asegurar los mecanismos para enchufar sus cláusulas de superexplotación, sea por rama de industria o por empresa.
El tema suscita discusiones entre los compañeros de la industria. Pero no se trata simplemente de un adicional, sino de reforzar un régimen laboral que convierte al salario en un costo laboral flexible -es decir, no en la remuneración de la fuerza de trabajo en función de las necesidades objetivas de una familia de trabajadores, sino en función de los objetivos capitalistas, incluida la adaptación del salario al ciclo de los negocios capitalistas. Se trata, en estas condiciones, de un reforzamiento de la vulnerabilidad del obrero frente al proceso de la explotación capitalista. En oposición al proyecto de participación en los beneficios capitalistas, planteamos el salario mínimo igual al costo de la canasta familiar; el 82% para los jubilados; el ajuste mensual de salarios por inflación; el reparto de las horas de trabajo entre los desocupados de la industria, la capacitación de los desempleados crónicos con un financiamiento a cargo de las patronales y, por último pero no menos importante, que se abran los libros de las empresas y la abolición del secreto comercial.
Que el proyecto de copamiento capitalista de Moyano-Recalde no nos distraiga de la lucha por el 82% que está en agenda, ni del reclamo para reconvocar las paritarias.

Néstor Pitrola

SE EXTIENDE EL ESTUDIANTAZO

 LA PLAZA LLENA CONTRA LOS KIRCHNER Y MACRI


El estudiantazo copó la Plaza de Mayo, superando todas las previsiones de la convocatoria. No fueron veinte, sino treinta mil los compañeros que se movilizaron de Congreso a Plaza de Mayo, donde se realizó el acto final. La participación de una multitud coronó una jornada en la cual, a 34 años de "La Noche de los Lápices", los gobiernos nacional y provinciales fueron colocados en el banquillo de los acusados por su responsabilidad en el hundimiento de la educación pública. El carácter integral de la denuncia fue tal que hasta La Nación tuvo que reconocerlo en su tapa: "Los estudiantes, contra Cristina Kirchner y Macri" (17/9).
La composición, una radiografía de las luchas en curso
Se destacó la impactante columna de la Coordinadora Unificada de Estudiantes Secundarios (Cues), con cerca de 8.000 secundarios de la Ciudad a la cabeza. La Fuba, por su lado, marchó en masa, con miles de estudiantes, en medio de lo más álgido de las ocupaciones de facultades, encabezando a los universitarios junto a la Fulp. El 16 encontró a Filo, Sociales y Psicología tomadas, que aportaron numerosísimas y festivas columnas; Arquitectura, Ingeniería y Exactas también se encontraban en lucha. El Iuna tuvo una imponente participación; lo mismo la Interterciaria. Por el lado de los docentes universitarios, llegaron a la Plaza en medio de un paro de 48 horas, que involucró a la Conadu Histórica y a cinco asociaciones de base de la Conadu "Flamarique". Además, participó en la cabecera una combativa delegación de los trabajadores de Paraná Metal. En resumen, considerando sólo esta parte de la marcha podía apreciarse un cuadro convulsionado de la lucha a nivel nacional. Pero había un dato fundamental más que da cuenta de la extensión en curso: la enorme movilización proveniente del conurbano bonaerense, con estudiantes y docentes de todos los niveles.
Lucha política
La propia movilización fue el escenario de una pelea política. El kirchnerismo se jugó a fondo para impedir el choque del movimiento de lucha por la educación pública con el gobierno de Cristina, procurando reducirlo a la pelea Macri. Para esto, intentó desde levantar las tomas universitarias hasta cambiar el recorrido de la movilización con mandatos truchos. Ya en la marcha, una columna del Movimiento Evita y afines, rodeada por una patota de "seguridad", intentó obstruir la llegada a Plaza de Mayo para limitar la denuncia al macrismo. Sin embargo, como en todas las maniobras antedichas, fueron derrotados. La ultraminoritaria participación K era incapaz de impedir que decenas de miles de compañeros copáramos la Plaza para reclamar a los Kirchner y a los Macri.
Vamos por más
La vitalidad del movimiento de lucha por la educación pública es enorme y crece en la medida en que los gobiernos eluden dar respuesta a los reclamos. Progresa, también, al desarrollarse la conciencia del carácter integral de esta pelea, es decir, contra K y Macri, contra un régimen. Sobre esta base, es tiempo de profundizar la extensión del estudiantazo. Una próxima parada será el jueves 30 con acciones de lucha en todo el país, que en la UBA se expresará en copar la Expo de los negocios y la privatización. Lo dijimos: esto recién comienza.

Alejandro Lipcovich, presidente de la Fuba

En la provincia de Buenos Aires nos sumamos a la marcha del 16

La presencia de estudiantes de la provincia de Buenos Aires en la marcha del 16 fue muy importante. Se destacó una gran participación de los estudiantes de las sedes bonaerenses de los CBC (UBA), quienes vienen desarrollando asambleas en todas las sedes. Pero también, la de estudiantes de universidades como la UNGS, Untref, Unlam y otras presentes en la marcha.
Se movilizaron, además, estudiantes de más de 20 escuelas secundarias, en muchos casos mostrándose organizados con sus centros de estudiantes, que formaron una gran columna de secundarios de la provincia, donde tomó notoriedad una delegación de la Cues de La Plata, que venía de una movilización de más de 600 secundarios en esa ciudad.
También hubo una gran participación de los terciarios, que conformaron una columna con más de 15 centros, y estudiantes de otro gran número de institutos, cuyos centros no movilizaron.
Esta movilización de los terciarios es producto de las luchas llevadas en el primer cuatrimestre, donde los estudiantes del IFSD 24 de Quilmes, de la Empa de Avellaneda, del IFSD 82 o la Marechal de Matanza salieron a luchar por edificios propios y en condiciones, con clases públicas, cortes de avenidas y rutas, movilizaciones y hasta tomas de edificios públicos.
Con el inicio del estudiantazo, se reanudaron las asambleas y se sumaron a la lucha por el edificio otros terciarios, se comenzó una coordinación de centros combativos en las distintas zonas y se logró conformar esa gran columna. El próximo 25 se reunirán los estudiantes terciarios de zona sur para discutir y votar un plan de lucha en todos los institutos.
En la zona oeste, una reunión de centros de estudiantes terciarios y secundarios lanzó un plan de lucha, por el que el día en que este periódico esté en la calle estarán cortando la ruta 3.
Este es el camino que tenemos que seguir para desarrollar el estudiantazo en la provincia para lograr nuestros reclamos.

Christian Mayer

lunes, 20 de septiembre de 2010

AHORA, ESTUDIANTAZO NACIONAL


Cuando esta edición de Prensa Obrera esté en las calles, una marcha multitudinaria de estudiantes y docentes iniciará su camino a la Plaza de Mayo.     
En Santa Fe, los trabajadores de Paraná Metal seguirán cortando  la autopista a Rosario, contra el vaciamiento de su fábrica por parte de un capitalista K.
Mientras las escuelas se caen a pedazos, Macri desvía los recursos de la Ciudad hacia otros fines.
Lo mismo que hace Kirchner con la Anses, donde el dinero de los jubilados es desviado al pago de la deuda externa.
También se vienen abajo los edificios de las universidades nacionales.
Ni Kirchner ni Macri quieren dar satisfacción a los reclamos de los estudiantes.
Macri hace de duro, porque cree que esto lo congracia con su electorado de derecha.
Kirchner tampoco quiere una salida, pero por más de un motivo: 1) porque cree que el conflicto desgasta a Macri; 2) porque no quiere, bajo ninguna circunstancia, que el movimiento estudiantil obtenga una victoria con políticas y con direcciones que no son del palo kirchnerista.
Macri y Kirchner quieren, por sobre todo, la derrota de la lucha para que esta lucha no haga escuela.
Podemos, sin embargo, desbaratar los planes de ambos y explotar sus contradicciones.
Es necesario extender la lucha aún más en la Ciudad, tomando las reivindicaciones contra las cuotas impagables de las escuelas privadas, y atraer a esta lucha a los secundarios de la provincia de Buenos Aires y de todo el país.
El jefe del espionaje nacional y el jefe del espionaje de la Ciudad  dicen que los estudiantes están politizados, pero ellos también lo están -contra los estudiantes.
Cuando el poder enfrenta al pueblo, el pueblo enfrenta un problema de poder.
Si los agentes ‘juveniles' del gobierno atacan la toma de universidades, porque ellos mismos forman parte de sus camarillas, la resistencia de los estudiantes a estos atropellos adopta un carácter político.
Si estos mismos agentes se organizan para bloquear la marcha a Plaza de Mayo, la obstinación de la Coordinadora de estudiantes secundarios para llegar a la Plaza es una obstinación política.
La disyuntiva es: o una juventud politizada independiente o una juventud regimentada al servicio de los gobiernos.
La Plaza es hoy de los estudiantes, como la Autopista Rosario-Buenos Aires es de los obreros de Paraná Metal.
Para Paraná Metal, como para el movimiento estudiantil, la perspectiva es la misma: extender la lucha.
En Villa Constitución, con un plan de lucha de todos los trabajadores metalúrgicos, incluida la huelga, la ocupación de las empresas y los piquetes.
En el movimiento estudiantil, con la extensión de la rebelión al gran Buenos Aires y a toda la provincia.
Así doblegaremos a los K y a los Macri, y así defenderemos la educación pública, estatal y gratuita.

No son 'Nac & Pop' sino 'Standard & Poors'

Los K proponen una Jotapé de las calificadoras de riesgo


Los Kirchner llenaron un Luna Park con jóvenes y con todos los recursos del Estado. Pero fue un lleno de espaldas a la realidad, porque los jóvenes que rechazan el estipendio estatal se encuentran en otro lado: en los colegios y facultades tomadas, y en las calles. No hay que confundir la movilización regimentada con la independiente: una oscila en torno al capricho oficial y es masa de maniobras de una política capitalista; la otra tiene su propia agenda y golpea a los poderes del Estado. Ese mismo martes, la juventud estudiantil ocupaba las calles para defender la educación pública de todos los niveles. En unas horas más, esos mismos jóvenes ganarán de a miles la Plaza de Mayo, para denunciar la degradación de la educación de parte de los gobiernos nacional y de la Ciudad. Mientras los Kirchner se empeñaban en organizar a la juventud con el Estado, un masivo movimiento juvenil comienza a levantarse contra ese mismo Estado.

Ocultamiento

Los fuegos de artificio del Luna no fueron un escenario sino una pantalla. Horas antes del acto, el mismo gobierno de la mística setentista había sido levantado en su "nota" por la calificadora de riesgo Standard & Poors. Los asesores de los banqueros saludan "la reducción de la deuda neta, sumado a que entre un 35 y 40% de esa deuda estaría en manos de agencias gubernamentales" (Ambito, 14/9). S&P se refiere a la conversión de buena parte de la deuda externa en una deuda "interna" con el Banco Central o la Anses. La atención a los usureros pasa antes que las reivindicaciones de los jubilados, pero, por sobre todo, reestatiza la deuda externa, al cambiarla por los ahorros acumulados en la Anses y en otras instituciones oficiales. Asistimos a la gran Cavallo: el gurú de triste memoria convirtió a la deuda privada en pública; sus discípulos putativos convierten la deuda con la banca en una deuda con el pueblo trabajador. Esto es lo que entiende el kirchnerismo por aquello de saldar la deuda social. Es, precisamente, lo que saluda la consultora cuando señala también, con aprobación, que el gobierno tiene "alternativas de financiamiento dentro del sector público" (ídem).
Hay que tener en cuenta que el aumento de la recaudación, debido al aumento de los precios, tiene lugar con un dólar ‘planchado', o sea que también aumenta en dólares, la divisa en la que está registrada la mayor parte de la deuda externa. La prórroga por decreto del actual presupuesto, ante el impasse que existe en el Congreso, no es un acto de resistencia "a la derecha", sino un acto de cumplimiento con la banca internacional y nacional.

La Jotapé, antes y ahora

A la luz de esta orientación social, la pretensión de poner en marcha un movimiento juvenil de apoyo al gobierno es, antes que nada, una línea de agresión política contra el movimiento estudiantil. Los K se ponen, en los hechos, del lado de Macri. Es necesario explicar todo esto, con mucha convicción, a los estudiantes que integran la constelación de organizaciones paraoficiales. Los K fueron al Luna para introducir una cuña en el movimiento de lucha de la juventud estudiantil de todo el país. En las facultades de la UBA, la "Cámpora" se ofreció como fuerza de choque de los decanos kirchneristas y de Carta Abierta para levantar las tomas masivas; nuevamente, del lado de Macri. El antídoto más eficaz contra esta tentativa de copamiento, que desarticularía y neutralizaría la lucha estudiantil, es ampliar la movilización al gran Buenos Aires, a toda la provincia y a todo el país.
La política oficial tiene, sin embargo, contradicciones insalvables, pues pretende una movilización de la juventud para apoyar una línea de agresión social, que no podría ser superada con la demagogia anti-derechista. Es así que bastó el rumor de la mencionada operación política de levantamientos de las tomas para que las asambleas estudiantiles multiplicaran su masividad y para que obligaran a los funcionarios jóvenes K a batirse en retirada.

La presidenta dedicó su discurso del Luna a ofrecer su propia versión de los años '70. "Si nos hubiésemos sentado a hablar con la Juventud Sindical (en los '70), el país sería otro", dijo Cristina. Pero esto es lo que intentó hacer la fracción de la JP de la que se reivindican los K, la JP Lealtad, que en esos años coqueteó con la Juventud Sindical, el brazo parapolicial organizado por la burocracia de los sindicatos con el visto bueno de López Rega. De acuerdo a ello, la jotapé setentista debió haberse sumado sin reservas al operativo de regimentación y terror que encabezaban la burocracia sindical y las bandas paraestatales contra los activistas obreros y juveniles. Hebe de Bonafini escuchó este exabrupto sin lanzar un suspiro. La sola idea de un pacto con las bandas asesinas retrata de cuerpo y alma el carácter históricamente contrarrevolucionario del kirchnerismo. Esperamos los comentarios de José Pablo Feinman a esta barbaridad. O sea que, en el acto convocado para reivindicar a la "juventud maravillosa", la presidenta postuló, con efecto retroactivo, el sometimiento de aquella juventud a sus propios verdugos. Pero lo fundamental es que lo hizo cuando la juventud estudiantil sale a las calles esgrimiendo las mejores tradiciones y las mejores reivindicaciones de los '70. Atención, estudiantes: desbaratemos esta maniobra reaccionaria reforzando la unidad y extendiendo la lucha a todos los confines.

Los Montoneros y el ERP no fracasaron por negarse a una alianza con la Juventud Sindical -o sea a una alianza con el terrorismo de Estado y con la burocracia que delataba a los activistas y a los delegados. Esta idea, si se la puede llamar así, es simplemente idiota. Aquellos fracasaron por: 1) ponerse bajo la autoridad de Perón, que retornaba al país para liquidar el espíritu revolucionario que se había desarrollado desde mucho antes del "Cordobazo", el cual éste cristalizó; 2) por emprender una lucha armada minoritaria y de características terroristas, con la pretensión de sustituir a los trabajadores en la lucha por la emancipación social. El foquismo no fue un movimiento revolucionario, cualquiera haya sido el espíritu revolucionario que animó a sus militantes.
Los K quieren "re-peronizar" a una juventud que se ha desperonizado. Se trata, nuevamente, de una empresa contrarrevolucionaria. El peronismo se ha tomado medio siglo para demostrar su incapacidad de sacar a la nación de su descomposición. Los reperonizadores de hoy son los desperonizadores de los '90, cuando todos ellos marcharon con Menem y con Cavallo. Los K hacen este planteo después de la experiencia de la Concertación Plural. Es una pareja de embusteros. Lo que se proponen ni siquiera es una farsa. La juventud rechazará esta estafa con toda energía y labrará de este modo una auténtica personalidad.

"Politización"

Desvalorizar la rebelión juvenil por "politizada" demuestra el alto grado de idiotización de los medios y de los políticos de carrera. La rebelión es la forma más alta de la politización. La politización no es otra cosa que la conciencia de los propios actos: los jóvenes no disfrazan sus objetivos, como hacen los alcahuetes que los critican, sino que los proclaman. En esto reside su cohesión, es decir su fuerza. Combaten al gobierno reaccionario de la Ciudad y con ello ponen de manifiesto el respaldo que le da el kirchnerismo, el coro de la Legislatura -y hasta parece que Pino Solanas. Muy bien por los estudiantes que no se conforman con los relatos que sus profesores les hacen de la Polis griega y quieren poner en la práctica el método de gobierno por asamblea. Los alumnos, como siempre, le propinan una soberana lección a los profesores.
En su desarrollo y definiciones políticas, la rebelión educativa ha sido preparada largamente, como lo demuestran la organización de colegios y la reconquista de la Fuba en los años posteriores al Argentinazo. Sus activistas, por lo tanto, llegan a ella con conclusiones abonadas a lo largo de la experiencia del movimiento estudiantil y de la juventud. Al igual que Paraná Metal y otras luchas obreras, las huelgas docentes de todos los niveles, o las puebladas ambientales, esta intervención popular desenmascara la polarización artificial que se empeñan en sostener los Kirchner y sus opositores, a quienes unen, por encima de sus peleas, la hostilidad común hacia los trabajadores.

Marcelo Ramal

CTA - La lucha por la Lista 3 en un nuevo escenario

La campaña de la CTA se está recalentando. La instrucción de D'Elía de votar a Yasky (filtró un dirigente suyo, Hernán Letcher, en la lista 10) escribió otro capítulo de la batalla de los aparatos con apoyo del Estado. Por su lado, varias juntas electorales del degennarismo, entre ellas la de provincia de Buenos Aires, no envían las listas opositoras que Yasky les ha enchufado por todos lados, a menudo cooptando elementos de ATE mediante intendentes y gobernadores K. Pero lejos de estas pugnas de aparatos, se opera otro calentamiento: el de grandes luchas que han cambiado el escenario en el que se desenvuelven estas elecciones.

La rebelión de la educación no para de crecer en su núcleo inicial, los estudiantes secundarios de la capital, con todo el impacto que ello tiene entre los docentes, todos agrupados en gremios de la CTA. Tampoco cesa de extenderse entre los terciarios, los universitarios y otros secundarios del interior del país; lo cual la transformó en una lucha en defensa de la educación pública contra la política de Macri y de Kirchner. La docencia universitaria está adhiriendo en la UBA a las tomas y movilizaciones estudiantiles a través de AGD, cuya dirección está al frente del movimiento y enfrentando una inédita ofensiva de decanos kirchneristas y de los otros. En ese cuadro, el paro nacional de Conadu Histórica por la reapertura de las paritarias está adquiriendo en la UBA un alcance que no se apreciaba desde la huelga de 2005. En esa línea está jugada la dirección de AGD-UBA y la agrupación Naranja nacional que encabeza la lista 3, con la candidatura de Néstor Correa.

Esta lucha política tendrá su expresión en la calle el 16 de setiembre. El objetivo de una movilización de masas junto a los estudiantes trasciende a la universidad. Tribuna Docente se juega con su propia columna el 16, en una línea de continuidad con el gran paro por abajo del 1 y 2 de setiembre en la provincia de Buenos Aires y, desde luego, movilizando en el marco del paro dominguero de la UTE de la ciudad de Buenos Aires, que para 48 horas pero no se moviliza junto a los estudiantes, buscando vaciar la marcha.
La dirección nacional de la CTA, en sus dos versiones, está ausente de esta gran movida de la educación. Tanto es así que Yasky convoca a una "jornada nacional" (eufemismo usado para no parar; el paro será fuerte sólo en Villa Constitución) en apoyo de Paraná Metal -que corta la autopista a Rosario desde hace quince días- pero el 15 de septiembre, para no coincidir con los huelguistas de la educación y, digamos de paso, con los bancarios que también paran el 16 por la reapertura de sus paritarias.

El degennarismo no paró la UOM de Villa Constitución por Paraná Metal y, desde luego, no juega el 16 con la movida de los estudiantes. Yaskistas y degennaristas le temen como a la peste a la movilización independiente, lo que ya se vio cuando las izquierdas degennaristas del Suteba llamaron a carnerear el paro del 1º y 2 de setiembre en la provincia de Buenos Aires. La Lista 3 intervino allí con la consigna "pare y vote". Y, en esa línea, apoyó desde el vamos el corte de ruta de Paraná Metal, le puso el cuerpo y, más importante que todo eso, contribuye a superar la política que la UOM tiene con los activistas. Esta no sólo acompaña el piquete a cuerpo muerto, sino que metió al movimiento en la propuesta desgastadora del gobierno y Cristóbal López.

La "jornada" degennarista del 26 de agosto, y ahora la de Yasky, muestran a la vieja dirección haciendo demagogia con sus viejas armas. El degennarismo neuquino, una de las grandes regionales de la CTA, mira para otro lado ante la ocupación de Polar de Coca Cola, al igual que lo hizo antes con Cerámica Stefani.

Junto a los estudiantes; jugando un papel de vanguardia en la reciente movilización de 6.000 estatales y docentes santacruceños, en defensa de la caja jubilatoria provincial y sus conquistas; como organizadora del movimiento autoconvocado de jubiladas y jubilados docentes por el 82% móvil; con los autoconvocados de la salud de todo el país; con los hospitales que luchan. A través de la Naranja de prensa al lado de Crítica y formando lista por la recuperación de la UTPBA; luchando en el subte contra la maniobra para absorber el nuevo sindicato por parte del yaskismo; al frente de la gran lucha del Teatro Colón; preparando una movilización de masas frente al Congreso cuando se trate el 82% del salario mínimo en el Senado. La Lista 3 está actuando como lo que es: la construcción de una nueva dirección en la CTA. A su juego la llamaron.

Néstor Pitrola

CTA - La lucha por la Lista 3 en un nuevo escenario

La campaña de la CTA se está recalentando. La instrucción de D'Elía de votar a Yasky (filtró un dirigente suyo, Hernán Letcher, en la lista 10) escribió otro capítulo de la batalla de los aparatos con apoyo del Estado. Por su lado, varias juntas electorales del degennarismo, entre ellas la de provincia de Buenos Aires, no envían las listas opositoras que Yasky les ha enchufado por todos lados, a menudo cooptando elementos de ATE mediante intendentes y gobernadores K. Pero lejos de estas pugnas de aparatos, se opera otro calentamiento: el de grandes luchas que han cambiado el escenario en el que se desenvuelven estas elecciones.

La rebelión de la educación no para de crecer en su núcleo inicial, los estudiantes secundarios de la capital, con todo el impacto que ello tiene entre los docentes, todos agrupados en gremios de la CTA. Tampoco cesa de extenderse entre los terciarios, los universitarios y otros secundarios del interior del país; lo cual la transformó en una lucha en defensa de la educación pública contra la política de Macri y de Kirchner. La docencia universitaria está adhiriendo en la UBA a las tomas y movilizaciones estudiantiles a través de AGD, cuya dirección está al frente del movimiento y enfrentando una inédita ofensiva de decanos kirchneristas y de los otros. En ese cuadro, el paro nacional de Conadu Histórica por la reapertura de las paritarias está adquiriendo en la UBA un alcance que no se apreciaba desde la huelga de 2005. En esa línea está jugada la dirección de AGD-UBA y la agrupación Naranja nacional que encabeza la lista 3, con la candidatura de Néstor Correa.

Esta lucha política tendrá su expresión en la calle el 16 de setiembre. El objetivo de una movilización de masas junto a los estudiantes trasciende a la universidad. Tribuna Docente se juega con su propia columna el 16, en una línea de continuidad con el gran paro por abajo del 1 y 2 de setiembre en la provincia de Buenos Aires y, desde luego, movilizando en el marco del paro dominguero de la UTE de la ciudad de Buenos Aires, que para 48 horas pero no se moviliza junto a los estudiantes, buscando vaciar la marcha.
La dirección nacional de la CTA, en sus dos versiones, está ausente de esta gran movida de la educación. Tanto es así que Yasky convoca a una "jornada nacional" (eufemismo usado para no parar; el paro será fuerte sólo en Villa Constitución) en apoyo de Paraná Metal -que corta la autopista a Rosario desde hace quince días- pero el 15 de septiembre, para no coincidir con los huelguistas de la educación y, digamos de paso, con los bancarios que también paran el 16 por la reapertura de sus paritarias.

El degennarismo no paró la UOM de Villa Constitución por Paraná Metal y, desde luego, no juega el 16 con la movida de los estudiantes. Yaskistas y degennaristas le temen como a la peste a la movilización independiente, lo que ya se vio cuando las izquierdas degennaristas del Suteba llamaron a carnerear el paro del 1º y 2 de setiembre en la provincia de Buenos Aires. La Lista 3 intervino allí con la consigna "pare y vote". Y, en esa línea, apoyó desde el vamos el corte de ruta de Paraná Metal, le puso el cuerpo y, más importante que todo eso, contribuye a superar la política que la UOM tiene con los activistas. Esta no sólo acompaña el piquete a cuerpo muerto, sino que metió al movimiento en la propuesta desgastadora del gobierno y Cristóbal López.

La "jornada" degennarista del 26 de agosto, y ahora la de Yasky, muestran a la vieja dirección haciendo demagogia con sus viejas armas. El degennarismo neuquino, una de las grandes regionales de la CTA, mira para otro lado ante la ocupación de Polar de Coca Cola, al igual que lo hizo antes con Cerámica Stefani.

Junto a los estudiantes; jugando un papel de vanguardia en la reciente movilización de 6.000 estatales y docentes santacruceños, en defensa de la caja jubilatoria provincial y sus conquistas; como organizadora del movimiento autoconvocado de jubiladas y jubilados docentes por el 82% móvil; con los autoconvocados de la salud de todo el país; con los hospitales que luchan. A través de la Naranja de prensa al lado de Crítica y formando lista por la recuperación de la UTPBA; luchando en el subte contra la maniobra para absorber el nuevo sindicato por parte del yaskismo; al frente de la gran lucha del Teatro Colón; preparando una movilización de masas frente al Congreso cuando se trate el 82% del salario mínimo en el Senado. La Lista 3 está actuando como lo que es: la construcción de una nueva dirección en la CTA. A su juego la llamaron.

Néstor Pitrola

La juventud del Argentinazo

El ultra K diario El Argentino publicó, en una de sus contratapas, una columna del periodista Jorge Giles que ilustra cómo el kirchnerismo pretende absorber la rebelión juvenil en curso contra el derrumbe educativo. Giles va más a fondo que la presidenta CFK, que dio su "apoyo" a las tomas e incluso que su marido, quien hizo pegar afiches donde aparecía vestido de eternauta convocando, un acto en el Luna Park, donde "Néstor le hablaría a la juventud y la juventud le hablaría a Néstor".

Giles no afirma que la juventud que lucha sea kirchnerista; es más, reconoce de manera explícita que no lo es. Pero a renglón seguido escribe "guste o no guste, esta generación es la primera que se forma integralmente en tiempos de kirchnerismo. Parten entonces de un piso más alto en su nivel de conciencia, en su mirada sobre la democracia y la memoria histórica, en su compromiso con el prójimo". Tenemos, acá, la tesis fundamental del artículo: la juventud no es K, pero gracias a las condiciones creadas por el gobierno "nacional y popular" tiene una conciencia social y un compromiso político mayor. Si así fuese, debiéramos concluir que los K juegan un rol histórico progresivo debido a que han creado las condiciones para una politización de la juventud. Esta, esquiva al inicio, deberá terminar más tarde o más temprano en las filas del movimiento que creó las condiciones para su desarrollo político. Al final del camino, seremos todos kirchneristas.

Estamos en presencia de un kirchnerismo ‘sutil', del que pecan muchos de los que incluso no se reclaman abiertamente como K. Unos y otros embellecen al gobierno, atribuyéndole el mérito de haber "recuperado la política". A los que se oponen a esta opinión, los acusan de ser incapaces de ver los matices y las diferencias entre el "neoliberalismo del '90" y el kirchnerismo "nacional y popular".

La falacia de este razonamiento es que no es el kirchnerismo el que "ha recuperado la política" sino el Argentinazo, que como hecho de importancia histórica abrió una nueva etapa en el país y, sobre todo, en la conciencia de las masas.

La clase capitalista y sus políticos tienen que operar en terreno concreto y deben adaptarse a las condiciones del momento para poder influir en el pueblo. El caso de Kirchner es característico, porque de ferviente menemista en los '90 y privatizador serial pasó, de un día para el otro, a ser el campeón de los derechos humanos y del enfrentamiento a los monopolios. Mutaciones de este tipo ya hemos visto en el pasado. En el '73, Cámpora, un odontólogo conservador de San Andrés de Giles, se transformó, en el transcurso de una campaña electoral, en el ‘Tío" de la JP y de los Montoneros. ¿Por qué sucedió eso? Porque en 1969 se había producido el Cordobazo, que abrió una nueva situación política y de las masas en el país, obligando a todos los partidos a adaptarse a la nueva situación.

La juventud que está protagonizando el Estudiantazo "es la primera que se forma integralmente en la época del Argentinazo". De ahí su grado de conciencia y de politización. No es una experiencia que nació de un repollo. El trabajo de preparación política ha sido desarrollado sistemáticamente por un sector de la izquierda, que en 2001 recuperó la Fuba y que tuvo la capacidad de producir una delimitación de masas con el nacionalismo burgués kirchnerista, que en el terreno de la juventud no pudo proceder a la cooptación que sí hizo avanzar entre los organismos de derechos humanos y un sector importante del movimiento piquetero y sindical. El fracaso de los "nacionales y populares" para avanzar en el terreno de la juventud fue una expresión concentrada de sus tendencias conservadoras y reaccionarias.

Naturalmente, los que nos acusan de que "vemos todo igual y desconocemos los matices" mienten con alevosía. Obvio que Kirchner no es igual a Menem, pero los que lo diferencia no lo hace al primero más progresivo que al segundo sino que, en realidad, lo convierte en más peligroso. Los Menem podrán ser alumnos ejemplares de los monopolios, pero los K son su principal instrumento en el movimiento popular para confundir, cooptar, dividir y, en definitiva, hacer pasar la política capitalista contra las masas.

Los "nacionales y populares" arman actos en el Luna Park y recurren a la demagogia más extrema porque el "estudiantazo" en marcha ha puesto en el banquillo de los acusados a los Macri y a los Kirchner por su responsabilidad en el hundimiento de la educación pública en la Argentina. Se trata de un hecho de importancia histórica porque abona una acción independiente de un sector clave de las masas, como es la juventud.

La UJS-PO participa activamente del Estudiantazo en marcha, orientada por estas conclusiones políticas.

Gabriel Solano

lunes, 6 de septiembre de 2010

"FUERA MACRI, KIRCHNER ES COMPLICE"


ESTUDIANTAZO: UN SÍNTOMA POLÍTICO

A esta altura, no caben dudas de que la rebelión de los estudiantes secundarios expresa una tendencia de fondo de buena parte del pueblo contra el gobierno de Macri. La ocupación de más de 20 colegios y la participación en la lucha de muchos más son una manifestación clara de una crisis política aguda.
Las rebeliones estudiantiles siempre son la expresión de un fenómeno más general. Cuando en el año 1999 las universidades se levantaron contra el “ajuste” presupuestario, anunciaron el final de la década menemista. Meses después sería derrotado el PJ por la Alianza. En 2001, otro levantamiento estudiantil, pero esta vez contra el ajuste de López Murphy, anticipó una rebelión de conjunto mucho más profunda, que se llevaría puesto al gobierno de De la Rúa-Cavallo: el Argentinazo. En la Ciudad de Buenos Aires, los estudiantes secundarios con sus ocupaciones de colegios marcaron a fuego al gobierno centroizquierdista de Ibarra, que no pudo sobrevivir luego de la masacre de Cromañón. Para mostrar que no se trata sólo de una característica local, digamos que el levantamiento de los “pingüinos” chilenos (denominación de los estudiantes secundarios) anticipó mejor que cualquier encuestador de opinión la derrota y disolución de la Concertación del PS y la Democracia Cristiana de Chile.
En el caso concreto del levantamiento actual de los secundarios, lo que Macri quiere ocultar es más que un derrumbe edilicio de magnitudes en las escuelas del distrito más rico del país.
En la misma semana que crecían las ocupaciones, los docentes de la Ciudad realizaron un paro por aumento de salarios de una masividad impactante. Tenemos, por lo tanto, los elementos de una crisis educativa integral. La crisis edilicia, de todas maneras, debe ser subrayada porque es la expresión física, material, de un retroceso de la educación pública en la Ciudad que viene de años y cuya responsabilidad abarca a los sucesivos gobiernos, ya sean centroizquierdistas o derechistas. Los grandes beneficiados han sido los capitalistas de la educación y, en primer lugar, el más grande de ellos: el clero, los que han visto crecer la matrícula de los colegios privados al mismo ritmo que retrocede la educación pública.
La lucha de los secundarios pone en el banquillo de los acusados a todo un régimen político.
Por eso los K, que se acercaron a las reuniones de los pibes para hacer demagogia barata contra Macri, se alejaron rápidamente para finalmente darle la espalda a su lucha. Los secundarios, sabios, dijeron “Fuera Macri, Kirchner es cómplice”, rechazando ser usados por las fracciones capitalistas en pugna y también conscientes que para luchar en serio contra el empresario derechista no se puede estar atado a los compromisos e intereses que envuelven al gobierno nacional. Esta conclusión estaba abonada por una experiencia directa: en los colegios dirigidos por directores del sindicato kirchnerista UTE, la persecución contra los estudiantes más activos es tan o más fuerte que donde están los macristas. Siguiendo con la UTE, la masividad del paro docente dejó planteada la continuidad de un plan de lucha en serio, pero sus dirigentes han pasado a los cuarteles de invierno. Decir que la “gente no da” sería un desatino, teniendo en cuenta la masividad del paro, y argumentar que “las condiciones políticas no son propicias” sería ya un absurdo, dado que, por un lado, los secundarios tienen a Macri contra las cuerdas y, por el otro, el procesamiento del empresario y la crisis abierta por las “escuchas” ponen a Macri en un cuadro de debilidad evidente. La pregunta a los dirigentes K y centroizquierdistas de UTE es: “sino no es ahora, ¿cuándo?”
Con la rebelión estudiantil volvió también el macartismo: los ataques al PO, contra la Fuba y la izquierda forman parte del paisaje. En el pasado, Ibarra también acusaba al PO por las ocupaciones de colegios y en las universidades el ataque al PO y a la Fuba por toda lucha o expresión de repudio al orden existente fue y es un lugar común.
No cabe duda de que estamos en presencia de un síntoma político fuerte en la Ciudad, signada por el deterioro político del macrismo y el desarrollo de movilizaciones populares. La lucha de los secundarios actúa como acicate y están los elementos reunidos para que asistamos a movilizaciones de nuevos contingentes de trabajadores, dentro de los que podrían destacarse los de la salud. Es que los hospitales, de igual modo que los colegios, sufren un deterioro sistemático, que es el resultado de una política capitalista deliberada contra la salud pública y al servicio de los grandes intereses de la medicina privada. En la lista hay que agregar al resto de los trabajadores municipales, cuyo salario está siendo devorado por la inflación mientras se posterga indefinidamente el pase a planta permanente que el gobierno y Sutecba habían prometido.
A la luz de estas conclusiones, se plantea la necesidad de profundizar la movilización educativa, extenderla al resto de los sectores populares de la Ciudad y, al mismo tiempo, desarrollar un trabajo de agitación política contra el macrismo y el kirchnerismo.

Gabriel Solano

VAMOS LOS PIBES


La movilización de los secundarios es una bocanada de aire fresco entre las chicanas y la politiquería de los partidos y políticos del sistema.
Con sus ocupaciones de colegios, los secundarios pusieron en el banquillo de los acusados a los Macri y a los Kirchner, responsables por igual del hundimiento de la educación pública.
Las escuelas en derrumbe delatan un régimen que impulsó concientemente la destrucción de la educación estatal, para beneficiar el negocio de la educación privada.
La dictadura militar transfirió, sin los fondos correspondientes, los colegios primarios a las provincias. La ‘democracia’, años después, hizo lo mismo con los establecimientos secundarios.
De este modo, los recursos del Estado nacional quedaron disponibles para la deuda externa y los subsidios a monopolios capitalistas.
Los que hoy gobiernan, que se desgarran las vestiduras con “la dictadura” y el “menemismo” dejaron en pie la herencia educativa de los dos. Pero, además, le agregaron especies de su propia cosecha.
La inflación creciente licua el gasto de educación, pulverizando los salarios docentes y los recursos edilicios.
Ello ocurre, por igual, en la Ciudad que gobierna Macri y en la Argentina de los Kirchner.
Pero esta política capitalista entra en crisis, todos los días, con las necesidades de miles de estudiantes y docentes.
Como ha ocurrido siempre, el levantamiento de la nueva generación es el anticipo del final de un régimen y de grandes virajes políticos.
Por eso decimos: ¡vamos los pibes! Es una rebelión contra el derrumbe educativo del capitalismo.
Su lucha reclama organizar una salida obrera y socialista.

GUERRA DE RAPIÑA Y CRISIS POLITICA

 DESPUÉS DEL ARRUGUE

El gobierno envió al Congreso un proyecto que es un fiasco. El paso más audaz de la iniciativa oficial residiría en la constitución de una junta consultiva “integrada por todos los diarios” (Clarín, 27/8). Ello abriría la puerta, no a una gestión del papel de diario según la representación social o política, sino en favor de otros grupos capitalistas, como los que controlan a los diarios del interior. De todos modos, ninguna declaración de “interés público” alterará la mayoría y el control societarios de Clarín y La Nación sobre Papel Prensa. Al día siguiente del discurso de Cristina, los “mercados” saludaron la inocuidad del proyecto oficial con una recuperación de la bolsa y de los títulos públicos.
La oposición declaró “no prioritario” al proyecto y se propondría cajonearlo en las comisiones del Congreso. Radicales, macristas y otros lo rechazan en nombre de la “libertad de expresión”, entendida, claro está, como la libertad del capital para ejercer su monopolio sobre los medios de comunicación en forma irrestricta. Carrió fue más lejos que todos, al señalar, por América TV: “Si este canal es de De Narváez, nadie puede obligarlo a repartir proporcionalmente sus espacios entre diferentes expresiones” (sic, La Cornisa, 29/8). En otras palabras, el capital debe preservar la libertad de invitar a sus medios a quienes políticamente lo representan. Una atribución que el kirchnerismo y sus capitalistas asociados ejercen, de igual manera, desde el Estado o sus medios afines. De todos modos, el proyecto que declararía de “interés público” al papel de diarios está muy lejos de los temores de Carrió.
La oposición lo sabe, pero se sirve de esta crisis para ganar puntos frente al gran capital.
Aunque el kirchnerismo no se priva de denunciar a los opositores por “demorar” el proyecto, él mismo parece interesado en darle largas al asunto. Por lo pronto, desistió de ingresarlo a través del Senado, donde cuenta con una mejor relación de fuerzas. En cambio, lo presentaron en Diputados, donde el debate será más extenso y disputado. Según algunos, el gobierno “buscaba evitar una aprobación express” (Ambito, 30/8). O sea que quiere estirar su tratamiento para golpear a la oposición, medrar con sus contradicciones y desplazar de la agenda política otras cuestiones, en primer lugar la del 82% móvil. Ni el gobierno cree en su “cruzada contra los monopolios mediáticos”. Pero se servirá de ella para disimular el uso de la caja de la Anses en beneficio de los usureros de la deuda pública.
Derechos humanos y punto final
Con la crisis de Papel Prensa, oficialistas y opositores han hecho uso y abuso de la cuestión de los derechos humanos, que se encontraría, según ellos, “por encima de cualquier interés particular”. El kirchnerismo denuncia que Clarín y La Nación se han servido de la represión dictatorial para alcanzar el monopolio del papel de diarios. Pero, del mismo modo, los K apelan a los derechos humanos para promover otra reasignación, inversa, de los medios de comunicación entre grupos capitalistas. Los ataques a Fibertel y Cablevisión golpearán al monopolio Clarín. Pero sus beneficiarios son Telefónica, Telecom y el grupo de Pierri (Telecentro y Canal 26), “quien concurre más a Olivos ahora que cuando presidía la Cámara de Diputados” (La Nación, 30/8). El gobierno que invoca a los derechos humanos como “valor supremo” acaba de reconquistar para sus filas al ex agente de inteligencia Juan José Alvarez, uno de los responsables políticos del Puente Pueyrredón. En el Senado tiene como aliado a Carlos Menem, quien, después de sus últimas “borradas” en votaciones decisivas, acaba de ser desprocesado en la causa que juzga la voladura de Río Tercero.
La oposición se lamenta del “uso” oficial de los derechos humanos, pero para reclamar, a renglón siguiente, el punto final sobre la represión dictatorial y sus secuelas. Clarín y La Nación han salido a endilgarle a Montoneros la responsabilidad sobre los aprietes a Graiver, eximiendo a la dictadura y a ellos mismos de tales aprietes. Vuelven a colocar sobre el tapete la “teoría de los dos demonios”, que fue la doctrina oficial de la democracia durante las tres décadas que sucedieron al régimen genocida. Sobre esa base, se desarrollaron los juicios y los indultos posteriores (los actuales juicios a cuentagotas, siempre es bueno recordarlo, se pusieron en marcha para impedir la extradición de los verdugos.) Pero la crisis de Papel Prensa se asoma a las transferencias patrimoniales operadas bajo la dictadura y, en esa medida, echa sombras sobre la “seguridad jurídica” de la “burguesía nacional”, la que creció con los subsidios y contratos de Videla. De cara a este peligro, Grondona (pero también Carrió) han salido a reclamar un nuevo “punto final”.
Con Papel Prensa, el kirchnerismo agitó las aguas del régimen genocida. Pero terminó reculando ante los “capitanes de la industria” de la dictadura, cuyos beneficios trabajó por reconstruir desde 2003. Los derechistas se han servido de la cobardía oficial para redoblar la apuesta, en este caso por el fin de los juicios.

Crisis política
 
Por ahora, el gobierno y la oposición se servirán del tiroteo con Clarín con varios propósitos. La polvareda “contra los monopolios” le permite a los Kirchner disimular “un giro a la derecha en la política exterior, para lograr inversiones, insertarse en los mercados y acordar con el Club de París” (La Nación, 29/8), por un lado. Por el otro, para lidiar con su propia declinación política. Con sus tentativas de polarización, el kirchnerismo quiere darle sustento al régimen de decretazos y “emergencia económica”, con el que tendrá que gobernar hasta finales de 2011. Si no lo consigue, vendrá el anticipo electoral y la entrega adelantada del mandato. La oposición, por su parte, se ha servido del caso Papel Prensa-Fibertel para ensayar una nueva tentativa de unidad, que tampoco consiguió. Los coqueteos iniciales de Alfonsín o Binner con el proyecto regulatorio han sido, antes que nada, nuevos episodios de la fractura que recorre al Acuerdo Cívico y al propio radicalismo.
Solanas y Lozano oscilaron entre el apoyo a Clarín y la confianza en las “regulaciones” ficticias de los Kirchner; es decir, entre los dos bloques capitalistas que se disputan el desenlace de la crisis.
Por sobre todas las cosas, oficialistas y opositores han encontrado otro pretexto para abroquelar a los trabajadores y a la población en torno de uno u otro campo, como si expresaran intereses sociales antagónicos. Pero, bien mirada, la crisis de Papel Prensa-Fibertel delata las ataduras que unen a los dos bloques con los monopolios capitalistas; su política común de extorsión contra los trabajadores y los usuarios; sus lazos con los represores de ayer y de hoy. Nuestro esfuerzo, por medio de una lucha política integral, va a dirigido a mostrar la identidad de intereses entre los dos campos y convocar a los explotados a desarrollar una alternativa política propia a partir de sus intereses y reclamos.

Marcelo Ramal

CTA: una dirección incorregible

Intervengamos en la crisis y en las luchas con la Lista 3


Yasky ha sacado un programita con diez puntos, de los cuales, bien mirados, dos son un ataque directo a las luchas obreras: “que (la CTA) no se limite a posiciones y luchas testimoniales para pocos...”, “que construya unidad en la acción y amplia correlación de fuerzas que permita a los trabajadores pelear y ganar”. Para Yasky, cada una de las grandes huelgas docentes provinciales tienen carácter “testimonial” y, notoriamente, no cree en una “amplia correlación de fuerzas” a partir de un movimiento huelguístico de toda la docencia del país. Jamás extendendió las grandes huelgas de Santa Cruz, Neuquén, Salta o el Cuyo, por nombrar algunas de las más profundas; su estrategia fue armar mesas de conciliación obligatoria cuando los movimientos desbordaron la autoridad de las provincias y desconocieron las disposiciones del Ministerio nacional para disciplinar el movimiento. Es decir que Ctera y CTA “ampliaron” la fuerza del Estado contra los huelguistas, en lugar de ampliar la fuerza de los huelguistas contra el gobierno patrón. En la reciente paritaria del neumático, su hombre, Watsejko, cerró una discusión de tres meses de duración por diez puntos menos de lo reclamado, sin hacer media hora de paro.
Yasky busca atacar los paritos aislados de ATE, sus “cresponazos” y “papelazos”, propios de las “medidas creativas” del centroizquierda degennarista, pero los ataca por derecha. Yasky y Micelli, antes de dividirse, usaron y usan el argumento “antitestimonial” contra la gran huelga del casino flotante en oportunidad del despido de su cuerpo de delegados y activistas; lo mismo hicieron con la huelga de Kraft contra 162 despidos y, más recientemente, les pasó por el costado la gran huelga de la alimentación cordobesa, que cambió el escenario nacional de las paritarias.
La filosofía antihuelga de Yasky es, por lo tanto, un subproducto derechista de la crisis de la política “testimonial” de toda la CTA en estos últimos 19 años, jamás enderezada para arrancar las reivindicaciones o, inclusive, su propia personería con los métodos de la lucha de clases. Eso se aprecia en varios de los otros puntos. Por ejemplo, cuando plantea “ser protagonistas principales de la vida política de nuestro país y definir en qué lugar estamos cuando hay disputa con los sectores de poder”. Claro, hay un error de redacción, debería decir “entre los sectores de poder”, si se advierte que Yasky se alineó con el gobierno de la deuda externa, de las mineras, petroleras y telefónicas y Micheli-De Gennaro con la oposición sojera.
Yasky plantea también “una CTA que se apropie de los grandes logros (con este gobierno) como la nacionalización de las AFJPs”, pero se opone a luchar por el 82% convalidando el uso kirchnerista de los fondos de la Anses. O la “propiedad” de “la asignación por hijo”, pero apoyando que se pague con la plata de los jubilados, reservando presupuesto para la deuda externa. Yasky apoya la “ley de medios”, engranaje de una política a favor de las telefónicas, es decir de otro “sector del poder de las comunicaciones”. Y apoya también “la ley de financiamiento educativo”, la mentira mediante la cual se desfinancia a la educación y a los docentes. Saluda, finalmente, al gobierno por el logro de “las paritarias”, a las que el kirchnerismo regimenta mediante arbitrajes del Estado y de la burocracia sindical adicta, a la cual Yasky propone alinear a toda la CTA.
Yasky ve en todo esto “las huellas de la CTA” (punto 7), y tiene razón. El kirchnerismo se ha dado cuenta del verdadero carácter de todas las propuestas de la CTA, del Frenapo, del Encuentro de Rosario, de la Constituyente Social: son el instrumento de contención social ante la crisis capitalista, para mejor rescatar al capital. De manera que, otra vez, la integración al kirchnerismo es el producto más o menos derechista de la política histórica de la CTA, es decir de toda la vieja dirección. Recordemos que antes de esto, la misma política los llevó a aplaudir el ascenso de la Alianza y a integrar el Consejo Consultivo de Duhalde y de la Iglesia en el convulsionado 2002, después del Argentinazo.
El degennarismo, por su parte, se repite en su vieja política. Es lo que ocurrió con la reciente “jornada” del 26 de agosto, más “testimonial” imposible, colocada por fuera de la agenda de intervención en la crisis política en torno al 82%, una de las más grandes fisuras para una intervención obrera “autónoma” de los últimos años, o de de los movimientos huelguísticos por la reapertura de las paritarias. Es más, en dos gremios cuyos sindicatos tradicionales pararon por paritarias –bancarios y Foetra– los sindicatos (degennaristas) de la CTA llamaron a carnerear.
Las reivindicaciones, la defensa de los activistas, las nuevas organizaciones obreras, “se pelean y se ganan” con la lucha independiente contra “los factores de poder”.
A medida que avanza la campaña, ambas fracciones oficiales se muestran incorregibles.
Reforcemos cada día la campaña de la Lista 3 y su intervención en la batalla por el 82% y la reapertura de las paritarias.

Néstor Pitrola