lunes, 21 de febrero de 2011

Charla-debate


¿Qué pasa en Egipto?



Sábado 26/2  18hs
Cámpora 2161, Merlo Norte


“وقد بدات قيادة العربية”
“La revolución árabe ha comenzado”

jueves, 17 de febrero de 2011

LOS TRENES DE PEDRAZA, UGOFE Y LOS K

El choque de trenes en San Miguel ha mostrado un escenario repetido: el del derrumbe ferroviario.
El deterioro del servicio marcha de la mano de la precarización de sus trabajadores, del enriquecimiento de los concesionarios y de la complicidad de una burocracia sindical que es, ella también, empresaria.
El ente regulador, a cargo del "control", es una agencia muda al servicio de los concesionarios. Mientras tanto, los gastos de infraestructura fueron pasados al Estado.
Las vías del San Martín, donde sucedió el accidente, son administradas por la Ugofe. La misma "empresa tripartita" que en el ferrocarril Roca se aferra a la tercerización laboral, en complicidad con el gobierno y los Pedraza.
Hace cuatro meses, esa alianza burocrático-empresarial-estatal se cobró la vida de Mariano Ferreyra.
Los responsables políticos de ese crimen aún no han sido indagados. Sus cómplices empresariales, tampoco.
La continuidad de todos ellos, en la gestión del ferrocarril, no sólo es impunidad para con el crimen de Mariano. Es la garantía para que siga el saqueo del ferrocarril, nuevos accidentes y crímenes contra el pueblo.
Expulsemos a los Pedraza-Maturano, a los privatizadores y sus funcionarios de la gestión del Ferrocarril. Por su re-estatización bajo la gestión de trabajadores electos. Cárcel a Pedraza y a todos los responsables del crimen de Mariano Ferreyra.

Una colectora con peaje

El kirchnerismo ha explicitado que para "colgar" la lista del partido de Sabbatella con la fórmula presidencial va a proponer una alianza entre el PJ bonaerense y Nuevo Encuentro, para presidente y diputados nacionales. En ese caso, el sabbatellismo debería participar de la interna "abierta y obligatoria" de la alianza para esos cargos, preservando la postulación de Sabbatella a gobernador en oposición a Scioli. Así, Sabbatella renunciaría a postular una lista propia de diputados nacionales para participar de una interna que, como es previsible, perderá. Sabbatella ha conseguido que Moyano apoye su colectora nacional, pero a cambio de ello aceptaría meter a moyanistas en su lista provincial. Hasta aquí, el negocio de Sabbatella sería igual a cero o peor; esto, porque además de recibir un escaso número de votos para la provincia, no podría aspirar más que a colar a algún diputado nacional en la lista que resulte de su alianza con el pejotismo.
La trampa de todo esto reside en que se pretende que la lista de la alianza nacional vaya pegada a las boletas provinciales, sea del PJ-FpV, por un lado, como de Nuevo Encuentro, por el otro, y no como una lista única de la alianza. Presentar a la alianza en dos listas separadas, una que encabeza a los candidatos provinciales del PJ y la otra a la cabeza de los de NE serviría para arrastrar votos para CFK a la lista de Sabbatella, lo cual inflaría su representación en la provincia. Pero el ensamble de listas nacionales con las provinciales que pretende Sabbatella está prohibido por la ley electoral; Nuevo Encuentro y el PJ-FpV deberían ir en boletas separadas para los cargos provinciales. No es, repetimos, a lo que Sabbatella aspira: quiere que la candidatura de la Presidenta y de los diputados nacionales vaya pegada a su lema provincial, como también iría con el lema de los pejotistas. Pero esto sería un fraude legal y político. En este caso, porque pondría a los candidatos provinciales bajo la protección de una alianza de dos bloques que, en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, actúan en abierta rivalidad. El derecho que reclama Sabbatella para candidatear a CFK en forma independiente del pejotismo requiere, primero, la derogación de la ley de reforma política y del sistema de internas abiertas. Todo este galimatías expone la crisis definitiva del peronismo y la completa falta de principios (y también el impasse) del sabbatellismo, porque convierte a la Presidenta en un árbitro entre unos y otros; o sea, en un compromiso entre pejotistas e ‘izquierdistas': un cambalache político. Sabbatella, que votó contra la reforma política, sabe muy bien que esa ley le quita el derecho a votar por CFK en una lista independiente y con un programa propio. Sin embargo, ello no le impide apoyar al gobierno que sancionó esa reforma, precisamente, para salvar al "viejo pejotismo" ¡que él dice combatir! Pero para saltar el impedimento legal propone, entonces, violarlo: hacer una alianza con el PJ que se presente, a pesar de ser una alianza, en forma separada, es decir, paralela. Esta "ingeniería electoral" perjudica a Scioli y a los intendentes pejotistas: de ahí la crisis que, además, ofrece la posibilidad de una victoria de De Narváez, como ya ocurrió en 2009.
Todo o nada
La Presidenta se vale del llamado a apoyar lo que llama el "proyecto nacional", para neutralizar políticamente al peronismo bonaerense. La crisis en curso es una repetición de la pelea Kirchner-Duhalde de 2005. Pero, seis años más tarde, el kirchnerismo no tiene la capacidad para doblegar a los ‘barones del conurbano', ya que, bajo la forma que terminen eligiendo, una parte importante de ellos le harán la guerra legal al sabbatellismo y movilizarán al aparato contra él. Inflación mediante, la economía política del kirchnerismo se encuentra en retroceso; los ‘chicos' de La Cámpora no son un sustituto al pejotismo -como tampoco lo es Moyano, acorralado por los delitos cometidos en las obras sociales. La ‘concertación plural' ha volado por los aires. El incidente del avión norteamericano demuestra que el establishment yanqui tiene puestas las cartas en la derrota del gobierno en octubre, mientras que los K no tienen capacidad para llevar una campaña ‘antiimperialista' hasta fin de año. Ni Moyano ni La Cámpora, por otra parte, son del paño del sabbatellismo -un rejunte de progres en el desierto. Por ahora, Scioli ha rechazado un desdoblamiento de las elecciones bonaerenses, pero va creciendo el número de provincias que lo ha hecho. Scioli, sin embargo, arriesga la división del pejotismo bonaerense si, como se podría suponer, el desdoblamiento es rechazado por el moyanismo. Mientras tanto, ha pactado con los intendentes una reforma de la ley de internas de la provincia, dirigida a subir el mínimo de votos para el reparto de los cargos a concejales y, por lo tanto, a ponerle piedras en el camino a los "compañeros" de Moyano, la Evita o La Cámpora. Este es el cuadro de dispersión del bloque que pretende ganar en primera vuelta en octubre próximo.
Emerge de aquí un cuadro de crisis política e, incluso, los estertores del kirchnerismo que, al cabo de una década, ha sido incapaz de desarrollar una organización autónoma en oposición a los punteros tradicionales. Además, queda expuesto el oportunismo de la izquierda paralela al oficialismo que, en nombre de ‘profundizar el modelo', quiere pasar a un compromiso con el pejotismo -en lugar de pelear contra la reforma política regimentadora que impide a los partidos organizarse como les venga en gana y a los ciudadanos votar por lo quieran.

Marcelo Ramal

Tomemos las paritarias en nuestras manos

En un cuadro inflacionario ascendente las paritarias no tienen un rumbo definido todavía, o al menos la burocracia, la patronal y el gobierno encuentran cada día un nuevo obstáculo para diseñar una línea de contención a la presión obrera, incluso algunas precoces huelgas estivales.
En un año electoral, el conjunto de la patronal no quiso dar un acuerdo marco que constituyera un respaldo de "gobernabilidad". El debate no parece ajeno a la crisis de la Unión Industrial, donde un sector pateó el tablero capitaneado por la súpersubsidiada Aluar, también dueña de Fate, súperprotegida de las importaciones chinas y coreanas de neumáticos. El gobierno apeló también a los íntimos capitales petroleros y mineros y parte de las burocracias sindicales del sector, con los que firmó acuerdos de paz social que no sirvieron de contención ni en sus propios gremios.
La CGT moyanista, imposibilitada ya el año pasado de fijar un tope que discipline los salarios, se ha dado la táctica de hacer bandera con dos temas: la suba del mínimo no imponible de ganancias y la suba del tope para el cobro de los salarios familiares. El tema debe ser clarificado entre los trabajadores porque se trata de devolvernos algo que es nuestro y de lo cual estamos siendo despojados. Un millón y medio de asalariados tributan ganancias, cuando por definición se trata de un impuesto al capital. Para colmo la cantidad de trabajadores afectados presenta una trayectoria ascendente, porque las actualizaciones kirchneristas de la base imponible son menores a los promedios arrancados en las paritarias y aumentos fabriles, y más aún cuando buena parte de la reactivación económica es cubierta con extras y no con nuevos puestos de trabajo. Esto vale incluso en el Estado, porque el 30% del gremio docente tributa la gabela como consecuencia de que trabaja en doble cargo, lo que constituye un atentado al Estatuto docente, al ser humano que enseña y al que aprende. En el caso de los salarios familiares, que no se cobran en salarios más arriba de 4.800 pesos y tienen escala descendente según el monto, directamente están haciendo caja de la Anses con fuerte superávit, des-universalizando un salario por hijo cuando se llenan la boca con la asignación universal, como se ve financiada en parte por los propios trabajadores. Se impone la derogación del impuesto al salario y el cobro irrestricto y actualizado del salario familiar.
La cuestión del mínimo será corregida, contra los dichos del atribulado Tomada, que negó que estuviera en la agenda, pero, ojo, su porcentaje, lo mismo que los aumentos estatales, tratarán de ser tomados por el ministro-candidato como la referencia que Moyano, Yasky y compañía no están en condiciones de garantizar. El tema no es menor porque se trata del ministerio que después hace caer el peso arbitral del Estado para controlar las huelgas que luchan por una verdadera recomposición salarial.
Otro recurso de emergencia busca ser instrumentado por la burocracia petrolera de la patagonia, la participación en ganancias, inspirada en el proyecto Recalde que le sirvió a Moyano para discursear en River y que luego la presidenta le mandó a archivar. Confirmando nuestro análisis -a contramano de una entusiasmada izquierda- este proyecto busca ser usado para rebajar el reclamo de aumento a la plantilla salarial -del 40%, en el caso petrolero. Sin apertura de los libros empresarios, y aplicado sólo a grandes empresas, es estéril y un factor de división del movimiento obrero.
Moyano ha vuelto con la muletilla de que no hay "piso ni techo", pero mientras tanto la UOM, sin mandato de ninguna naturaleza, ha hecho dos movimientos decisivos. Firmó en Peugeot el laudo 29 automotriz metalúrgico, 15% por seis meses. Después del retraso de los años anteriores, el aumento es una entregada, basta ver que el básico se va a cuatro mil pesos, lo cual en la industria automotriz es la última miseria. Con un aumento de este tipo, la rama 17 -que abarca a la inmensa mayoría de la UOM- se iría a un básico de 2.500 pesos, una auténtica canasta de pobreza. El otro movimiento de la UOM ha sido presentarse al conjunto de la paritaria con un reclamo del 30% que nadie votó, destinado a sufrir rebajas como todo reclamo inicial, es decir una política a la medida de la patronal.
Esta línea de firmar por seis meses "y vemos", lo mismo que las cuotas con las que vienen entregando el salario ante una inflación creciente, es música para los oídos patronales que ya adelantaron que remarcarán trasladando los aumentos a los precios, lo cual es una estafa porque, por esos aumentos pasados, precisamente, la recaudación tributaria aumentó un 40% en el 2010, claro indicativo del nivel de confiscación que sufrimos en las ramas privadas y en el Estado -que otorgó la mitad de ese porcentaje.
En los gremios estatales, Yasky no está nada cómodo. Le han ofrecido migajas a Ctera, cuando empiezan a moverse las aguas en las provincias patagónicas mucho antes del comienzo de clases.
Hay que tomar el toro por las astas apoyados en las experiencias más avanzadas del movimiento obrero, como los 5.000 pesos de básico que arrancaron los aceiteros, y sobre esos importes reclamar cláusulas de actualización por inflación. Los aceiteros no consiguieron un gran porcentaje, sólo el 25%, pero sin cuotas y con una cláusula de revisión a mediados del año paritario si la inflación desborda. En realidad, tienen que fijarse actualizaciones en base a índices de universidades e institutos provinciales, bajo control periódico de los trabajadores, dada la destrucción del Indec. Otro tema vital de todo debate salarial es la incorporación al básico de todos los importes en negro y no remunerativos de distinto tipo que se han acumulado, especialmente con la excusa de la crisis 2008/2009. Si no es ahora, ¿cuándo?
Por otro lado, a pocos meses del asesinato de Mariano, con la lucha de los tercerizados ferroviarios en pleno desarrollo, cuando una CGT regional como la del cordón industrial de San Lorenzo ha ido a la huelga por la equiparación y pase a planta de sus tercerizados, el tema de la efectivización de contratados y el pase a planta de tercerizados y de agencia es una bandera clave. Lo mismo ocurre con los planteos de recategorización, pendientes en infinitos gremios, como gráficos, metalúrgicos, papeleros y tantos otros, o los de aumento por antigüedad como en el subte (piden 2% por año), tienen que formar parte de un paquete de reivindicaciones a impulsar en cada gremio.
El marco para desenvolver este programa es el de un desprestigio brutal de toda la burocracia sindical y de una crisis política, donde Moyano ha tenido que salir a rescatar a la mafia de Uatre, con Mesa de Enlace y todo, para salvar su propio pellejo. Más que nunca se trata de exigir paritarios elegidos en asamblea, con pliegos reivindicativos votados por esas asambleas, cuando los dirigentes sindicales pierden sus energías en los estrados judiciales y allanamientos a la mayoría de las obras sociales. Abramos el debate en las asambleas fabriles para condicionar y exigir que los reclamos sean votados por congresos de delegados con mandato y que toda la negociación sea informada y sometida a examen de los trabajadores.
• 5.000 pesos de salario básico.
• Actualización por inflación.Incorporación al básico de todo monto en negro.
• Recategorización.
• Pase a planta de todos los tercerizados y contratados.
• Anulación del impuesto al salario.
• Salario familiar sin topes.
• Asambleas de base para mandatar a los sindicatos.

Néstor Pitrola

Egipto: la revolución se para sobre sus propios pies

El derrocamiento de Mubarak ha parado a la revolución egipcia sobre sus propios pies. Es lo que descuidan quienes advierten, correctamente, que el régimen político establecido sigue en pie o quienes caracterizan la partida del dictador como un golpe de Estado que el mando militar ejecutó en función de sus propios intereses. A renglón seguido de la revolución en Túnez, la revolución egipcia se destaca por su alcance o carácter internacional. Ya nadie discute que es una expresión política de la crisis capitalista mundial, que se manifiesta en este caso en la inflación del precio de los alimentos -Egipto es el principal importador de trigo, cuyo precio ha subido un ciento por ciento en el último medio año. La crisis alimentaria ya está moviendo a las masas en otros países -Bolivia ha vuelto al centro de la escena en los últimos días, luego del llamado ‘gasolinazo' de hace un mes y medio. El levantamiento popular en Egipto le ha dado, asimismo, una forma definitiva a la revolución en los países árabes e incluso musulmanes, como lo muestra la acentuación de la movilización de masas en Túnez, Argelia, Bahrain, Jordania, Yemen e incluso en los territorios palestinos -y ha reabierto la crisis política en Irán. Pero más allá de esto, la revolución egipcia ha alterado la posición de Israel en el Medio Oriente, que simplemente asiste al derrumbe político de su principal aliado en la región. Menos atendido, el gigantesco movimiento de masas en Egipto está operando como un inspirador al movimiento popular que busca acabar con Berlusconi en Italia, y lo mismo vale para Francia, luego de las gigantescas movilizaciones del año pasado en este país contra la contrarreforma jubilatoria (Italia y Francia son dos Estados imperialistas vinculados históricamente con la opresión nacional del norte de Africa). En Estados Unidos, finalmente, la revolución egipcia ha abierto un principio de crisis política, que condiciona las posibilidades de gobierno de Obama. La derecha se ha agazapado con la tesis de que Obama sería el Jimmy Carter, que en su oportunidad habría ‘perdido' a Irán como consecuencia de la revolución del 13 de febrero de 1979. La intervención extraordinaria que ha tenido el gobierno norteamericano para ‘arbitrar' entre las camarillas egipcias acosadas por el levantamiento popular -entre ellas las fracciones democratizantes del movimiento popular-, lo ata al destino de la revolución en curso. Obama está forzado a encauzar la revolución dentro de los marcos capitalistas y del status quo en el Medio Oriente para aspirar a la reelección dentro de dos años -e incluso su mandato a corto plazo. Estados Unidos enfrenta una crisis fiscal gigantesca y se apresta a imponer un plan de austeridad que implica, en primer lugar, una poda gigantesca de los gastos sociales -encima de una desocupación del orden del 20%.
Obreros y soldados
Los medios de comunicación abundan ahora en informaciones sobre el desencadenamiento de huelgas obreras en Egipto, lo cual marca, sin el menor rastro duda, una profundización del proceso revolucionario. Pero no se trata solamente de una "liberación de fuerzas" desatada por la caída de Mubarak: ha sido el factor decisivo o el golpe final que propició esa caída. Las huelgas comenzaron varios días antes de la partida del dictador y adquirieron su punto más alto el 10 de enero, el día previo a la renuncia de Mubarak. O sea que debutaron como huelgas políticas que ligaban la satisfacción de las reivindicaciones económicas al derrocamiento del régimen. Esto desmiente la versión que presenta a la revolución como un fenómeno ‘bloggero', en un claro intento de definir (y orientar) a la revolución como un proceso estrictamente democrático, no social, e incluso como ‘occidental', o sea identificado con la demagogia democratizante del imperialismo mundial. Pero "la revolución no será twitteada": la clase obrera ha sido la más activa en la oposición a Mubarak, al menos desde las huelgas de 2005, duramente reprimidas por la dictadura. Una de las iniciativas más importantes de las huelgas obreras ha sido desautorizar a la burocracia sindical del régimen, impulsar su expulsión de la Federación de Sindicatos y desarrollar una nueva dirección. En la agenda de la revolución ha quedado instalada la convocatoria de un Congreso de Bases. Para los observadores más entrenados con la política regional, el otro factor decisivo que llevó al desahucie del gobierno fue la verificación de que no contaban con el acatamiento de la tropa de las fuerzas armadas para una alternativa represiva. Luego de la salida de Mubarak se han producido huelgas entre el personal policial y manifestaciones de confraternización de los soldados. Estas tendencias esbozan una perspectiva de alianza de la clase obrera con la base del ejército, incluidos oficiales de menor graduación. Estas tenencias muestran la envergadura que ha alcanzado el proceso revolucionario -y condicionan el proceso político que se ha iniciado.
Asamblea Constituyente
Mubarak se llevó con él al vice que había designado para sucederlo, el super espía Suleimán, pero nada más. El nuevo gobierno es el mismo que había designado de ‘faraón' descartado. Aunque disolvió la asamblea nacional de Mubarak, el régimen de excepción con el que gobernó Mubarak no ha sido derogado ni han sido liberados los presos políticos. La hoja de ruta de los sucesores se limita a lo siguiente: que un comité, con integrantes de la oposición, redacte un proyecto de Constitución que sería sometido a referendo y realizar elecciones en seis meses. No contempla satisfacer ninguna reivindicación social -por el contrario, ha amenazado a las huelgas con el establecimiento de la ley marcial. La inadecuación de este planteo con la situación política es abismal, lo cual no ha impedido que le diera su aprobación el grupo ‘bloggero' que encabeza un ejecutivo de Google, en una reunión oficial que mantuvo con el primer ministro. También ha recibido la aprobación del ex inspector de la ONU, El Baradei, e incluso de varios voceros de la Hermandad Musulmana.
La revolución se ha parado sobre sus propios pies y ha obligado al régimen político a reorientar la ruta que tenía establecida, pero todavía lo ha dejado indemne, y aun más al aparato estatal. Es decir que aún están lejos de ser realizados los objetivos mínimos de la revolución. La alianza de fuerzas opositoras reivindica esta salida porque prevé, mediante las elecciones, la salida del gobierno en un plazo breve, pero fundamentalmente porque ella también quiere poner fin al proceso deliberativo. La burguesía y una parte de la pequeña burguesía reclaman reanudar el proceso económico alterado por la crisis revolucionaria. El planteo tiene el apoyo abierto de Obama y es la nueva línea de contención para Israel, Arabia Saudita y otros regímenes amenazados. Pero el apoyo de la oposición al planteo del gobierno es todavía más inadecuado que el propio planteo. El nuevo gobierno está a la búsqueda de una interrupción de la movilización popular para aplastar la revolución y mantener el régimen repudiado. La contrarrevolución necesita derribar a la revolución del pedestal que ha conquistado. Las masas necesitan, por el contrario, valerse de ese pedestal para desarrollar sus propias organizaciones, que es la vía para que puedan convertirse en alternativa de poder.
Esta caracterización indica que la reivindicación de una Asamblea Constituyente inmediata, sería la más adecuada a la etapa actual de la revolución y de la organización y conciencia de las masas. Marca una línea de delimitación con el régimen y, por lo tanto, clarifica los términos de una oposición política. Una Asamblea Constituyente es incompatible con la continuidad del gobierno de Mubarak sin Mubarak y por eso plantea la necesidad de que un gobierno nacido de las masas realice la convocatoria. Por eso, el reclamo de la Constituyente debería servir para desarrollar las organizaciones obreras, no solamente una nueva central sindical que agrupe al conjunto de las masas movilizadas, incluidos los campesinos pobres. Debería servir, asimismo, para organizar el control obrero en las empresas y comités de barrios para supervisar los abastecimientos.
La cuestión internacional
La insistencia del sionismo y de la derecha norteamericana en que la revolución implica una amenaza para Israel y para ‘la paz' en la región significa que están preparando una guerra, como último recurso, si fracasan los planes continuistas. La guerra ha sido el recurso reiterado de la reacción contra todas las revoluciones a través de la historia. Es necesario advertir estas intenciones y denunciarlas por medio de una campaña internacional. La revolución debe operar por medio del "efecto demostración": al profundizar su propio rumbo, la revolución egipcia le marca una perspectiva al conjunto de las masas de las diferentes naciones y, de ese modo, socava a la reacción política internacional. Una "unidad árabe para terminar con el sionismo" sería funcional a la reacción, por la doble razón de que sería una alianza con la contrarrevolución interior y un pretexto de guerra para el imperialismo. El planteo adecuado debería ser la unidad de los explotados de las naciones árabes (incluidos los árabes palestinos que habitan Israel) para derrocar a sus regímenes opresores sin distinción de tendencia política. La Autoridad Palestina, por ejemplo, acaba de convocar a elecciones completamente truchas para legitimar a su gobierno proyanqui y prosionista. Un boicot a estas elecciones debería estar presidido por el reclamo de una Asamblea Constituyente que reúna a Cisjordania y Gaza, para reivindicar el planteo de una República Unica en todo el territorio histórico de Palestina con iguales derechos para árabes y judíos, y el respeto al retorno de la población palestina expulsada por el sionismo. La política internacional de la revolución en el Medio Oriente debe ser la de impulsar los procesos revolucionarios mediante el ejemplo propio y la denuncia de los preparativos de guerra de parte del imperialismo, el sionismo y la reacción árabe.

Jorge Altamira

martes, 1 de febrero de 2011

BASTA DE MAKANEO

5.000 PESOS DE BASICO
PASE A PLANTA DE LOS TERCERIZADOS
82 POR CIENTO MOVIL
¿Se acuerda cuando nos decían que Argentina se distinguía de Europa o Estados Unidos porque habíamos logrado evitar el ajuste?
¿Y que eso era mérito de la política oficial?
Hoy, vemos cómo esta cantinela se hizo añicos. La carestía viene haciendo estragos en los hogares argentinos.
El 50 por ciento de los salarios, en negro.
La mitad de los trabajadores con menos de 2.500 pesos; es decir, con una canasta de indigencia.
El ochenta y cinco por ciento de los jubilados con la mínima de 1.046 pesos.
En este 2011 que arranca, los trabajadores tenemos un programa que defender: básico de 5.000 pesos, 82 por ciento móvil, poner fin al trabajo precario, en negro y a la tercerización.

La revolución árabe ha comenzado

Declaración de DIP acerca de los acontecimientos en Tunez

1. El DIP saluda con gran alegría y respeto la heroica lucha de los trabajadores y desocupados tunecinos, los que enfrentaron las balas policiales para finalmente derrocar a Zine-el-Abidin Ben Ali, quien sometió al país a una brutal dictadura durante 23 años. Lo que está teniendo lugar en Túnez es una revolución política. Sólo el tiempo dirá si esta revolución se transformará en una revolución social que desafíe la dominación burguesa. Dado el hecho de que incluso el movimiento sindical no constituye una fuerza independiente en Túnez -no digamos socialista-, y que el imperialismo ahora entrará en escena para frenar la revolución, pareciera que esto es improbable. Pero, por otra parte, está el hecho que la clase trabajadora en Túnez -viejos y jóvenes, hombres y mujeres- han comenzado a armarse por sí mismos, aunque sea nada más que con palos, con el objeto de proteger sus barrios y establecer comités de autodefensa, lo cual puede ser considerado como núcleos de poder de los trabajadores en un estadio primitivo. En cualquier caso, el apoyo a la clase trabajadora tunecina y a la juventud -para proteger su insurrección de las fuerzas que tratan de dejarla a mitad de camino- es una obligación de toda la clase obrera internacional y del movimiento revolucionario mundial. La tarea más importante del momento es luchar contra el freno de la revolución por parte de los pro-UE de la "democracia" globalizadora, en manos de la burguesía y sus aliados. Dado que esta clase de régimen no va de ninguna manera a erradicar o incluso aliviar la pobreza de los trabajadores y la juventud desocupada de Túnez, no habría valido la pena la inmolación del gran mártir de la revolución, Mohammed Bouazizi, o bien la muerte de más de 100 trabajadores durante los incidentes.
2. La revolución tunecina es, por lejos, la consecuencia más importante en esta zona de la lucha de clases de la gran depresión que sacude el mundo desde 2008. La causa inmediata del largo mes de lucha que desembocó en la revolución fue el aumento del desempleo a un nivel insoportable, como resultado del golpe propinado al turismo por la crisis económica que se ha extendido por el mundo y sacudido a Europa, el rico vecino de Túnez y la fuente principal de ingresos de la economía tunecina. Además, las duras medidas impuestas por la UE para evitar la inmigración de trabajadores en el contexto de la crisis, ha destruido la esperanza de la juventud del norte de Africa en una salvación individual. En este sentido, la revolución tunecina ha sido marcada por la misma dinámica que llevó a la rebelión en Grecia en 2008 y la formidable lucha de clases en este país en 2010, la lucha de Tekel en Turquía en 2010, las huelgas generales y las rebeliones estudiantiles que tuvieron lugar en Francia, España, Italia, Portugal, Irlanda y Gran Bretaña durante todo 2010. Haciéndose eco de las contradicciones acumuladas y de las tradiciones de la lucha de clases de los países europeos de la costa del Mediterráneo, ahora se levantan los pobres, los desocupados y la clase obrera del norte de Africa. El Mediterráneo se está transformando en una cuenca de la revolución.
3. La reacción del imperialismo a la revolución en Túnez ha sido un ejemplo de la hipocresía. Habiendo pontificado sobre la importancia de la democracia contra las naciones que ellos consideran enemigas, los Estados Unidos y la UE han adoptado un enfoque totalmente diferente con respecto de Túnez. La UE y especialmente Francia, el ex poder colonial en Túnez, no dijeron ni una sola palabra en relación con los hechos que costaron la vida de más de 50 jóvenes. Habiendo permanecido en silencio por largo tiempo, Estados Unidos más temprano y luego la UE detectaron la inminente catástrofe del régimen de Ben Ali y maniobraron para diferenciarse del viejo régimen. Obama, un héroe para muchos, finalmente "aplaudió" al pueblo tunecino, pero solamente después de la caída de Ben Ali. Habiendo informado, día a día, sobre los incidentes en Irán después de las elecciones del año pasado, e insistido constantemente sobre el asesinato de Neda, una de las pocas víctimas de los mullahs durante aquellos incidentes, los medios de comunicación de los países imperialistas miraron para otro lado mientras era masacrada la juventud en Túnez (y más tarde en Argelia). Tanto los Estados Unidos como la UE permanecieron en silencio hasta último momento, porque consideraban que el pro-imperialista Ben Ali, quien era incluso servil con el sionismo, era útil a sus intereses. Además, Francia teme una victoria revolucionaria de las masas en el Magreb, porque puede motivar a los Beurs (los jóvenes de origen nordafricano nacidos en Francia), quienes han sido los recientes rebeldes de los suburbios de Francia y de una nueva ronda de insurrecciones. Este factor poblacional es otro lazo que une entre sí a las dos costas del Mediterráneo.
4. Esta es la primera vez que la clase obrera y grandes masas de trabajadores han derrocado a un tirano en el mundo árabe. Esto está destinado a tener repercusiones tan rotundas que aún hoy resultan inimaginables. Saqueadores imperialistas (en Irak y el Líbano) de la gran civilización árabe y sus lacayos; reyes, jeques, emires (de los países del Golfo); dictadores (de Egipto, Siria, Argelia, Sudán y Libia) y burócratas (de Palestina): ¡tiemblen! ¡El pueblo trabajador árabe se está preparando para tomar el destino en sus propias manos! ¡Sus días están contados! En todos los países árabes, las masas están mirando a los jóvenes desocupados y a los pobres de Túnez con incontenible admiración. Ya los incidentes de Túnez han dado lugar a grandes manifestaciones en Argelia y Jordania sobre cuestiones de clase. Sin embargo, su impacto principal se desarrollará en los próximos años -e incluso en décadas. Al mismo tiempo, la insurrección de Túnez crea una gran oportunidad para colocar al socialismo como una alternativa al islamismo, percibido en las tres últimas décadas como la única oposición al imperialismo y a los regímenes despóticos del mundo árabe. El deber de los revolucionarios proletarios de Turquía y del mundo es proporcionar un apoyo constante e incansable para la emancipación del mundo árabe.
5. La revolución tunecina ha expuesto también la hipocresía de las fuerzas burguesas en Turquía. Tayyip Erdogan, héroe afortunado en el mundo árabe, no abrió su boca en un mes entero para condenar el régimen criminal de Ben Alí. En línea con los pseudo demócratas de la UE, los liberales no levantaron ni un dedo para apoyar a las masas contra el despotismo. Tanto los medios de comunicación laicos como los fundamentalistas se comprometieron en una conspiración de silencio contra la lucha de las masas tunecinas. El DIP llama al pueblo trabajador de Turquía, los sunnitas, los Alawi y otras creencias, a optar por el camino de los tunecinos. Este camino ha demostrado una vez más que no sólo el pan, sino también la democracia puede ser obtenida a través de la lucha de la clase trabajadora. El camino de Túnez brilla en contraste con "el ejercicio de la democracia" en Irak por parte de los imperialistas. Qué vergüenza la de aquellos que ya no creen más en la revolución y en la lucha de clases, quienes por años han machacado sin cesar la idea de que "la clase obrera se ha vuelto cada vez menos organizada y que, por lo tanto, ya no puede llevar adelante la lucha"; quienes sin sentido han argumentado que "las poblaciones musulmanas son tímidas y nunca se rebelan". ¡El proletariado está sumando otra página más de orgullo a su larga historia de lucha internacional! Y esto en una sociedad abrumadoramente musulmana.
¡Viva la lucha de nuestros compañeros trabajadores y jóvenes tunecinos!
Por la revolución permanente que conduzca a los trabajadores a la toma del poder, sin parar en el estado de "democracia", en Túnez y en todas partes.
Por la Federación Socialista de Medio Oriente.
¡Viva la Revolución Mundial!
16 de enero de 2011

Iniciativa por un Partido de Trabajadores Revolucionarios (DIP)

Carta de ruptura con la JP Descamisados

Carta de una compañera de 17 años, enviada por ella a la JP Descamisados, rompiendo con esa organización y anunciando su incorporación al Partido Obrero.
 
Primero, quiero aclarar que les escribo esto para que no se entiendan mal las cosas. Para no quedar como una traidora, gorila, vendepatria, etc., etc.
Y la verdad, compañeros... Que estos meses desde que conocí por una amiga la agrupación, aprendí muchísimo con ustedes. Más que nada, fue mi primera experiencia política. Fue la primera responsabilidad que con gusto cumplí día a día, en cada acto, en cada marcha, en fin, las actividades que me unieron TANTO a los Descamisados.
Lo inmensamente comprendida y acompañada que me sentí con ustedes. Encontré el lugar que hacía rato estaba buscando y no hallaba por ningún lado...
Ya les estará sonando a despedida... Y es que es, justamente, eso. Me estoy despidiendo, compañeros. Con solamente algunos meses de militancia, ya me dí cuenta de que la agrupación no ofrece lo que yo estoy buscando.
Yo estoy buscando, desde que tengo doce o trece años, LA REVOLUCIÓN. Yo sé que mientras exista el sistema capitalista, la miseria y el hambre van a seguir existiendo, por más reservas que posea un país o por más crecimiento que sufra su economía. Porque en eso se basa este mundo, por más copado que sea el gobierno de turno, no lo pudo Perón y no lo va a poder Cristina: mientras los límites neoliberales sigan existiendo, las diferencias sociales seguirán siendo tema del día.
Yo entiendo que es un concepto muy hermoso e idealista para todos. Que ustedes, en algún punto, también lo desean. Pero no lo buscan, compañeros. Y, aquí, me permito una pequeña crítica: ¿cómo se hace la Revolución concurriendo siempre a los mismos actos, escuchando siempre lo mismo, discutiendo siempre lo mismo? Que Néstor fue esto y aquello, que hay que profundizar el proyecto, etc., etc... ¡Siempre lo mismo! Nunca estamos con los que de verdad tenemos que estar: con los trabajadores. Apenas tenemos ganados algunos lugares en la universidad. Pero de comisiones internas, de luchas obreras, si van en contra del gobierno, ¡cómo las vamos a apoyar! Por más voluntad y ganas que tengamos, estamos indiscutiblemente limitados por las medidas que tomen Cristina y su burocracia.
Estamos en contra de la intervención del FMI, pero ¿protestamos? ¿Movilizamos? ¡NO! Porque vamos como ganado detrás de lo que los dirigentes kirchneristas decidan. Simplemente, salimos a la calle como nos dicen que tenemos que salir: apoyando absolutamente todo lo que hace Cristina.
Y yo no quiero ser así, compañeros. La juventud peronista revolucionaria de los ‘50, ‘60, ‘70... ¡se moriría si supiera que no cuestionamos ni movilizamos por las medidas gubernamentales que van en contra de los intereses populares!
Yo quiero ser revolucionaria. Quiero ir con los trabajadores tercerizados, los del subte, los maestros, los sindicalistas que quieren cortar lazos con el aparato estatal, los huelguistas que resisten a las patotas, las mujeres que luchan por la ley del aborto, los pobres que piden un pedazo de terreno donde vivir, los inmigrantes que quieren ser tratados como los argentinos nativos.
¡Yo quiero ir con ellos, compañeros! Yo quiero que el rumbo de mi vida vaya por donde van los carenciados, los olvidados, los marginados...
Quiero luchar de verdad. Quiero organizar a los trabajadores del Burger King donde trabajo para cobrar un poco más la hora. Quiero organizar a mis compañeros del colegio para que dejen de comerse la plata de las cuotas y comiencen a invertirlo en herramientas de estudio.
Quiero hacer todo eso, que esta organización no me va a permitir.
Quiero que el día de mañana, cuando Cristina o cualquier político se mande otra cagada, yo pueda caminar por la calle tranquila, sabiendo que tengo ideología, valores que siguen su propio camino, que construyen su propio destino basado en las masas populares y no tienen por qué aferrarse a un proyecto nacional, quedándose en el más cómodo conformismo y pasivismo.
Espero que comprendan. Que no me juzguen. Que no me traten de traidora al Movimiento Peronista Revolucionario.
Después de todo, sólo soy una joven idealista que quiere forjar su futuro del lado del que siempre ha sido dejado de lado.
Quiero hacerle verdadero homenaje al Che y enfrentarme de verdad al imperialismo yanqui y europeo. No negociar con el FMI, con las petroleras, con las mineras.
Quiero hacerle homenaje a Eva, que hubiera cagado a patadas en el culo a Pedraza, a Moyano, a Gildo Insfrán, a Aníbal Fernández, a Scioli y a todos los demás burócratas que quieren hacer a los trabajadores dependientes del Estado y sus decisiones.
QUIERO SER PUEBLO, COMPAÑEROS.
Sé que después de esta carta, muchos no me van a querer ver ni a diez cuadras.
Sé que a pesar de las infinitas charlas que tuve con un montón, la rebeldía igual me salta de adentro y me pide a gritos que luche más, más, más.
Y sé, más aún, que muchos ni lo van a poder creer al enterarse que decidí destinar mis ganas, mis energías a la militancia en el Partido Obrero...
Ojalá aquellos con quienes ya he formado lazos muy fuertes sigan en mi vida con unos mates, con unas charlas, unas discusiones.
Nadie sabe el rumbo que puede tomar la Patria, y tal vez, en un futuro no tan lejano, todos nos vamos a necesitar entre todos.
Gracias por todo, nuevamente. Ojalá puedan replantearse como militantes jóvenes todo el tiempo TODO, sin importar lo que les digan... es indispensable para el crecimiento y la formación.
A algunos les mandé esta carta para dejarles bien en claro por qué me voy, pero a la mayoría realmente ¡LOS QUIERO MUCHO!
¡Por la culminación de la Revolución Social que nos guíe a la verdadera liberación de la Patria!
¡JUVENTUD HERMOSA ES LA QUE LUCHA!
Hasta la Victoria, SIEMPRE. CUESTE LO QUE CUESTE.

Melanie M.

Trabajo esclavo: que se vaya Scioli

Con la difusión de dos casos flagrantes de trabajo esclavo en la provincia de Buenos Aires, el kirchnerismo ha salido a atribuirse "la lucha contra la precarización laboral en el campo". Lo cierto es que los K y Scioli, al cabo de siete años de gobierno, han consentido esa precarización en beneficio de la "odiada oligarquía".
A través de un reportaje, el ministro de Trabajo bonaerense, Oscar Cuartango, acaba de reconocer que las patronales agrarias actúan con absoluta impunidad en lo que se relaciona con el trabajo en negro y aún esclavo en las explotaciones y fincas. Según el ministro, su cartera sólo tiene 210 inspectores laborales y de seguridad e higiene, una cifra con la que es imposible -son sus palabras- controlar las situaciones de reducción a la servidumbre como las que se descubrieron esta semana en campos de San Pedro. Lo mismo ocurre en las otras provincias y en la Ciudad en materia de inspección laboral. Se trata de una carencia bien planeada. Sólo en tareas de desfloración del maíz trabajan, en la provincia de Buenos Aires, entre 3.000 y 5.000 trabajadores rurales, en su mayoría provenientes de otras provincias. Muchos de ellos lo hacen en condiciones infrahumanas -sin agua potable, sin baños, con alimentos vencidos y provenientes de la ayuda social, amenazados con ser corridos a tiros si escapan a sus labores y con precios exorbitantes por sus consumos. Los empresarios que explotan el trabajo en negro gozan de un jubileo absoluto "por las dificultades" -según el ministro- "para acceder a los campos".
Incluso en el caso Nidera, la injerencia del Ministerio de Trabajo de la provincia fue incidental, ya que la detección de los trabajadores reducidos a la esclavitud correspondió a una fiscalía de la zona. Está probado el papel de Nidera, una de las primeras 50 empresas exportadoras (6% del total de exportaciones de granos), pero también el de las posibles tercerizadas -como el caso de Southern Seeds Production, otra empresa responsable del trabajo esclavo impuesto a otros 69 trabajadores hallados en el paraje La Luisa.
Es significativo que Héctor Recalde, casi la voz de la dirección de la CGT, asuma el mismo punto "contemplativo" del ministro de Trabajo de "la provincia": "quiero ser sobrio, es difícil llegar a las pequeñas empresas, y el territorio rural es muy amplio... no es fácil" (Página/12, 14/1).
El "nuevo" estatuto del peón rural
El gobierno y sus escribas se han vestido de luchadores contra el trabajo en negro en el campo, enarbolando el "nuevo" estatuto del peón rural presentado por CFK en junio 2010. Se tomó ¡siete años! para ofrecer un proyecto de reemplazo del decreto ley negrero de la dictadura militar (Nº 22.248) y lo hizo cuando no disponía de las mayorías parlamentarias para su aprobación. Tampoco lo presentó cuando se produjo el conflicto por la soja. Es decir, el gobierno y las patronales rurales jugaron juntas en cuanto a que el 60% de los trabajadores rurales siga en negro y, por lo tanto, no sujeto éste a ninguna ley.
(Es interesante destacar que incluso el proyecto de CFK no deroga la norma de la dictadura, dejando en pie el control de la CNTA, un ente de mayoría estatal patronal, sobre los salarios, las condiciones de trabajo y aún el derecho de huelga. ¡Tampoco toca las agencias de empleo, cuya trama con las contratistas es el nudo del trabajo en negro! -ver PO Nº 1.138, julio de 2010.)
Un programa de organización de los trabajadores rurales plantea la lucha por la anulación del régimen de la dictadura, la jornada de ocho horas, el salario igual al costo de la canasta familiar, la garantía horaria para trabajadores temporales y la habilitación de paritarias libres con representantes electos de los trabajadores, lo que plantea la organización contra la mafia burocrática que maneja la Uatre.
Desde el Partido Obrero reclamamos la expropiación sin pago de las empresas que emplean trabajo esclavo y la renuncia de todos los funcionarios responsables por ocultar este estado de cosas, incluido el gobernador.

Christian Rath

Detrás de la sucesión, una crisis de fondo

Más que dar inicio a la campaña electoral, el "operativo clamor" en favor de la candidatura de Cristina K -lanzado desde la ex De la Rúa, Débora Giorgi, hasta Patricio Echegaray- es un puntapié para la gran disputa. El cuento de la Presidenta como ‘candidata natural' y prenda de unidad escamotea una realidad de disputas internas, que en el límite compromete esa candidatura o la posibilidad de escapar a la fatal segunda vuelta.
La "proclamación" de CFK ha sido, por parte de quienes la lanzaron, un recurso para socavar la candidatura de Scioli en la provincia de Buenos Aires. Sabbatella, un cristinista, le podría sacar a Scioli los votos que necesita para evitar la victoria de De Narváez. Si ‘lo peor le gana a lo mejor' -fantasean los sabbatellistas- quizá tenemos una chance en 2015. Otro socavamiento contra Scioli lo han emprendido los ‘movimiento sociales' -como los punteros de la Evita, que reclaman para sí la candidatura a la vicegobernación, algo que también reclama Moyano para los suyos. En este ‘trabajo' de pinzas contra Scioli, la lucha contra el ‘enemigo principal' -De Narváez, Duhalde- se ha ido por el inodoro. Los ‘progres' bonaerenses prefieren asegurarse algunas bancas aunque el kirchnerismo pierda la provincia. Este bloque ‘destituyente' dentro del kirchnerismo está animado por la camarilla del desinformador Verbitsky, el cual gozaría del oído vespertino de la Presidenta según otro ‘desinformador' -en este caso, Clarín. Lo único que podría llevar a Scioli a disputar la presidencia sería la convicción de que los K lo quieren hundir en la provincia -de ahí las conjeturas de la prensa sobre su candidatura a Presidente, en cuyo caso acabaría en un frente con De Narváez y hasta Duhalde. El gobernador ha quedado en la "reserva" para el cargo máximo, a la espera del ‘operativo clamor' de los intendentes si estos vieran que los arreglos electorales del ‘cristinismo' pudieran comprometer sus feudos. Ya han demostrado su predisposición a la pelea en la oposición que ofrecen a la posibilidad de las colectoras -un artificio de los ‘progres' para ir colgados de la candidatura de CFK en perjuicio del PJ y sus lugartenientes. La "indiscutible" candidatura de Cristina, por lo tanto, es un plazo fijo que se renueva mes a mes. Sea como fuere, el kirchnerismo tiene fecha de vencimiento, porque deja como herederos a la cofradía de gobernadores pejotistas, que supuestamente había venido a superar. La escisión de las candidaturas oficiales no es solamente bonaerense: en la Capital, Moyano acaba de ungir a Boudou, en abierta competencia con Filmus.
Los Scioli, el aparato de intendentes y Moyano ocupan, en la disputa electoral, el lugar que detentan los Pedraza y Maturano en la crisis ferroviaria; los cristinistas son solamente sus alcahuetes intelectuales o ideológicos. Los Sabbatella, D'Elía o "Carta Abierta" son, para los K, una moneda de cambio en sus negociaciones con el aparato de punteros.
La oposición
Los desacomodos opositores no tienen nada que envidiarle al gobierno. El radicalismo realizará una interna presidencial adelantada a las "internas abiertas y obligatorias", o sea que quieren tener un candidato a corto plazo. En la interna previa de los radicales, Alfonsín va a competir con Sanz, quien cuenta con apoyos empresariales y de buena parte de los punteros que estaban con Cobos. Binner y Stolbizer ya confirmaron que seguirán en el "frente progresista", en caso de que Sanz gane la interna. Como antecedente de ello, el GEN catamarqueño participa del bloque que va por la re-reelección de Brizuela del Moral, el radical que gobierna como agente de los pulpos mineros.
La interna previa, sin embargo, no le servirá a este bloque para cerrar su discusión de candidaturas. Cobos se ha reservado para la "interna abierta" de agosto. El peronismo federal también quiso concretar su propia interna adelantada, pero la propuesta sólo consiguió agravar las disidencias entre Solá y Das Neves, por un lado, y Duhalde, por el otro. La suerte de los federales está echada a dos variantes: o se "salvan" con una crisis del kirchnerismo, que coloque a Scioli a la cabeza de la sucesión y los integre a sus listas, o sellan una alianza con Macri. La circulación de los "federales", desde el oficialismo al macrismo, demuestra hasta qué punto son endebles las fronteras sociales y políticas que separan a los bloques capitalistas que pretenden dirimir las presidenciales.
El telón de fondo
Las diferencias programáticas entre el oficialismo y la oposición son ínfimas. Un reciente reportaje a Duhalde mostró que no tiene diferencias con los K, incluso en los temas más calientes para la burguesía, como las retenciones al agro o el aumento de tarifas de energía, ni qué hablar del pago de la deuda con reservas. La pelea por la inflación es para las tribunas, como lo muestra el hecho de que se ha convertido en un tema indomable para todas las llamadas naciones emergentes como consecuencia de la inundación del mercado mundial con dólares fabricados en USA. La diferencia fundamental es de alineamientos políticos, debido a la intención -definitivamente imposible- por parte del kirchnerismo, de pautar su propia sucesión, a costa de una guerrilla sistemática contra la oposición de turno. Es precisamente lo que divide al kirchnerismo por adentro, como lo muestra la crisis política con las candidaturas bonaerenses. Tomados en su conjunto, oficialismo y oposición no tienen un programa para enfrentar la crisis mundial, a la cual responden día a día. Los K repiten cuando pueden que gozan de una completa autonomía política, pero se ven forzados a acumular billetes norteamericanos al ritmo que impone Estados Unidos, para quedarse sin billetes propios debido a la inflación que genera lo primero. El desasosiego y las disputas que reinan en el campo burgués expresan la tensión de la crisis mundial. Aunque las elecciones de 2011 se presentan como una pelea por la sucesión, ello sólo corresponde a la superficie de los hechos. La disputa expresa una crisis de fondo, que es resultado del derrumbe del programa económico oficial. La posibilidad de compensar con subsidios el aumento colosal de los precios internacionales de materias primas y combustibles, que es un resultado de la desvalorización del dólar y de la nueva oleada especulativa de la crisis mundial; en definitiva, el temor de rebeliones como en Chile o Bolivia, o como en Túnez. El propio Chávez se ha visto obligado a recular de tres medidas fundamentales: el aumento del IVA, la ley universitaria y la ley que le otorga superpoderes.
Los choques sociales que emergen de esta crisis no necesitan ser pronosticados. Ya se expresaron en el conflicto de los tercerizados ferroviarios, en la crisis de vivienda y las ocupaciones de tierras. Esas luchas han sido aleccionadoras. Si algo puede decirse de Solanas y de Proyecto Sur, es su completa ausencia en estas crisis y en estas luchas, una parálisis que se acentúa por el estado de disolución de la CTA. Después de tantas denuncias sobre el ferrocarril, Solanas se llamó a silencio cuando la clase obrera se puso al frente de la lucha y la denuncia del entramado corrupto de las privatizaciones. En este proceso, el Partido Obrero desarrolló una lucha tenaz, en todos los planos, contra el gobierno nacionalista y sus compromisos con los tercerizadores, los Macri y el capital financiero. Lo que se ha expresado, en definitiva, es una batalla por la independencia política de los trabajadores, que va a marcar también el contenido de la campaña electoral del Partido Obrero.

Marcelo Ramal