martes, 27 de julio de 2010

JUICIO CONTRA ANIBAL FERNANDEZ

El estado confirma nuestras acusaciones


El Estado ha contestado la demanda entablada por el compañero José María Escobar, por daños y perjuicios resultantes de las injurias y calumnias proferidas por el entonces ministro de Seguridad Justicia y Derechos Humanos. Aníbal Fernández (hoy jefe de Gabinete) acusó públicamente a Escobar, en septiembre de 2008, de ser el organizador, con militantes del Partido Obrero, del incendio de vagones del Ferrocarril Sarmiento, en ocasión de una prolongada interrupción del servicio de la empresa. El ministro usó todos los recursos mediáticos a su alcance para tratar a un dirigente obrero como Escobar como delincuente; es decir, imputarlo por la comisión de delitos penados por la legislación vigente.
Ahora, en respuesta a la demanda de Escobar al Estado, sus representantes legales confirman lo que pretenden refutar: no se puede responsabilizar –dicen– al funcionario con el argumento de “que al momento de proferir sus dichos conociera la falsedad de su contenido... en un escenario de inusual complejidad”. Es al revés, porque si la situación es “compleja”, el ministro de Seguridad y Justicia (sic) debe ser especialmente cuidadoso: ¿no conocía que sus aseveraciones carecían de toda identidad probatoria? En este caso, el Estado debería asumir sin más su responsabilidad ante la “ineptitud” de su funcionario. El ministro ha hecho de la difamación y las denuncias falsas un verdadero “modus operandi” en lo que debiera ser tipificado como abuso de poder. Lo prueba el hecho de que, tres meses después de los sucesos, un artículo en el diario La Nación, titulado “Las denuncias del Gobierno”, constataba que las “resonantes denuncias públicas que ha hecho el gobierno en los últimos tiempos no se correspondieron en los estrados judiciales con la gravedad de las acusaciones. El primer blanco fueron los productores agropecuarios por la quema de pastizales en el Delta. Después, los dirigentes de organizaciones de izquierda a raíz de desmanes y del incendio de vagones en el ferrocarril Sarmiento. Más adelante, le tocó el turno a una empresa transportadora de caudales por la falta de monedas”.
Importa recordar también que, a pesar de ser requerida la presencia del ministro en esta causa para que aporte las supuestas pruebas (testigos y filmaciones) que sostuvo para acusar a José María Escobar y al Partido Obrero, el hombre jamás contestó tal requerimiento. Mientras José María Escobar se puso en 24 horas a disposición de la Justicia, a pesar de que se encontraba en juego su propia libertad, Aníbal Fernández no se anima aunque sólo está en juego su bolsillo. Esa misma conducta es la que viene sosteniendo en el juicio, pues la demanda iniciada por José Escobar está dirigida no sólo contra el Estado nacional, sino contra Aníbal Fernández en particular. Hasta ahora, pasados tres meses, las tentativas por notificarlo de la causa judicial fueron infructuosas. Las notificaciones son rechazadas en los distintos domicilios a las que han sido enviadas. El paradero del jefe de Gabinete es un misterio, lo cual ameritaría que el juez intervenga y arbitre los medios que estime necesarios para revertir semejante irregularidad.

Claudia Ferrero

Hay que ponerle el cascabel al gato

La crisis polítca que no es sólo de la ciudad


La crisis política generada por el procesamiento de Macri gira en torno de personajes vinculados con un tema excluyente: el atentado contra el edificio de la Amia. En una confirmación de esto, la reciente conmemoración del atentado pivoteó alrededor de la crisis política en la Ciudad generada por el procesamiento. La disputa tiene que ver con la red de espionaje montada por Ciro James y Fino Palacios, pero en particular el espionaje ejercido contra Sergio Burstein, quien integra la agrupación "Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la AMIA". Ahora se sabe que en las vísperas del pronunciamiento de la Cámara de Apelaciones, que confirmaría el procesamiento, Macri fue a pedir socorro a la Daia, la central que agrupa a las asociaciones de la comunidad judía en Argentina. En la sede de la Sociedad Hebraica de Pilar, se reunió con cuarenta dirigentes de instituciones judías. De acuerdo con la Agencia Judía de Noticias, que provee la información, allí “Macri ratificó su acercamiento a la comunidad judía tras los cuestionamientos por la designación de Palacios”.
Ocurre que Palacios se encuentra procesado y detenido por el juez Lijo ¡”por encubrimiento del atentado”! La explicación que ofreció Macri, en la reunión, a este contrasentido aparente, fue que “la decisión (de nombrar a Palacios) fue adoptada luego de haber recibido recomendaciones de las embajadas de Israel y Estados Unidos”. El “atrapado sin salida” le estaba diciendo a sus escuchas que no importa lo que haya hecho Palacios – encubrir el atentado y el aparato de espionaje– , estaba avalado por instancias muy superiores. La agencia de noticias añade que “Macri comentó que el ex jefe de la Unidad Especial Antiterrorista de la Policía Federal no sólo era recomendado por la CIA, la DEA y el Mossad, sino que había sido distinguido por la conducción de la Daia”. ¡Qué tal! La aseveración de Macri fue respaldada por “el ex presidente de la Daia, Jorge Kirszenbaum, quien indicó que ‘el Estado de Israel lo había premiado (a Palacios) y la Daia que me precedió en la presidencia también, porque estuvo muy involucrado en las causas’ por los atentados a la Amia y la Embajada de Israel”. La investigación por el atentado a la embajada duerme el sueño de los justos. Macri le contó a sus anfitriones que las recomendaciones de Israel y Estados Unidos se repitieron luego de los resultados de las elecciones de junio de 2009. “Otro gesto –relata la agencia– que fue bien recibido por la dirigencia comunitaria fue su crítica postura (de Macri) a la relación que el gobierno nacional mantiene con Venezuela”. Macri tuvo que ir hasta Pilar debido a la oposición a que sea recibido en la sede oficial de la Daia, formulada por Memoria Activa.
Con este nivel de ‘protección’ internacional, ¿quién le teme a Oyarbide, la Cámara de Apelaciones o, incluso, la Corte? Ocurre que los K también tienen sus propios ‘protectores’. Los Macri y los K no solamente cobran ‘peajes’ –también los tienen que pagar. Las jerarquías tienen sus escalas. Han sido precisamente la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos los que acaban de “aplaudir al gobierno de la Argentina por sus continuos esfuerzos en la investigación del atentado a la Amia (Ambito Financiero, 8/7). Se refiere a la investigación del fiscal Nisman, que “concluyó, dice el documento, que el ataque a la Amia fue decidido y organizado por los máximos líderes de Irán, que al mismo tiempo confió su ejecución al grupo terrorista del gobierno (sic) del Líbano, Hezbollah...”. Estamos, entonces, ante una disputa entre dos agencias del Mossad, la DEA y la CIA: los K y Macri. En más de una oportunidad, la Secretaría de Justicia de Estados Unidos ha elogiado la “cooperación de Argentina” con los servicios norteamericanos. Siempre se habla del atentado contra la Amia, pero nunca se menciona el atentado similar contra la Embajada de Israel, que sigue en el limbo, seguramente por alguna ‘sólida’ razón.
Macri enfrenta ahora un procesamiento, cuyo desenlace no tendrá lugar antes de octubre de 2011. El asunto, dada la jerarquía de los ‘protectores’, quedará congelado -nada se hace en estas tierras que pueda contrariar a los tres ‘servicios’ mencionados. Los K y Macri se enfrentan al desafío de hacer el uso más conveniente del procesamiento. Los K, suponemos, buscarán quebrar una alianza entre el desbigotudo Macri y el peronismo federal. Los ‘servicios’ en cuestión procurarán aprovechar el conflicto para extorsionar a unos y a otros para avanzar en su propia agenda; los K, por ejemplo, ya están prometiendo la liberación del ingreso de capitales y, con ello, empujar la especulación con los llamados ‘activos tóxicos’.
La Legislatura porteña también hace lo suyo –dilatar las cosas con una comisión investigadora, cuya mayoría la tendrá el macrismo. Se trata de un encubrimento para dilatar el esclarecimiento de los delitos políticos cometidos. Lo hace incluso de mala gana, esto porque rompe la unidad del ‘bloque opositor’ en el Congreso, aunque quizá sea al revés – para garantizar que nada se salga de control. De todos modos, hay una división opositora en desarrollo, como se ve en las divergencias por las retenciones a las exportaciones agropecuarias y la ley de glaciares. Justo los dos puntos que se negociaron en China con la Presidenta: aceite de soja y minería. Lo que nadie va a develar es la penetración de la CIA, el Mossad y la DEA en el Estado kirchneriano-macrista y su responsabilidad en el atentado contra la Amia y en la crisis política de la Ciudad –que no es solamente local.

Jorge Altamira

PARITARIA DEL NEUMATICO

 Watsiejko la dilata, la patronal de FATE busca dividir
 

A mediados de abril, una asamblea en Fate votó la exigencia del adelantamiento de la paritaria y la exigencia al Sutna de un plan de lucha por el 35% de incremento salarial. Días después, la burocracia de Pedro Watsiejko hizo pública la exigencia de un 37 % de aumento. Hace más de dos meses se establecieron las negociaciones, y hubo siete audiencias en las que las patronales nunca superaron una propuesta del 24% real de incremento.
Las patronales de Pirelli, Firestone y Fate formularon una propuesta salarial absolutamente inaceptable. Se trataba de un aumento del 10% en julio de este año, un 2% en noviembre, un 4% en enero de 2011 y un 7% en abril. En la última audiencia, el 19 de julio, las patronales ofrecieron comenzar con un 17% en julio más 500 pesos en negro, y sumar un 1% sobre el total a la propuesta anterior, fijando también la vigencia del acuerdo salarial hasta julio de 2011. Un 24% de incremento salarial hasta julio de 2011 está por debajo de la inflación. Mientras ofrecen esta miseria, las empresas del neumático están rompiendo récords de venta, acompañando el aumento en las ventas de automotores.
Al mismo tiempo, la patronal de Fate ya había resuelto una maniobra extorsiva contra los trabajadores. Propuso otorgar un aumento especial del 15%, que se cobraría finalizada la primera quincena de julio a condición de que los trabajadores no realicen ninguna medida fuerza, incluidas las realizaciones de asambleas. Este aumento sería absorbido por el acuerdo en las paritarias generales del gremio. Esta maniobra apuntó a dividir la fábrica, sacarla de la paritaria e impedir que los trabajadores de Fate desenvuelvan un plan de lucha.
Luego de la audiencia del 8 de julio, la comisión directiva del Sutna de San Fernando y el cuerpo de delegados levantaron una asamblea que tenían programada para discutir la propuesta de las patronales y decidir, de conjunto, el curso de la lucha.
No podemos dejar que esta maniobra de la patronal bloquee el derecho de los trabajadores a organizarse y a dar batalla por sus reivindicaciones. De hecho, la última propuesta de la cámara patronal ya está por encima del 15% de Fate. Luego de casi tres meses de negociación con las empresas, las propuestas de aumento salarial siguen siendo irrisorias y la burocracia no ha tomado ninguna medida respecto del tan vociferado 37% de aumento. Al mismo tiempo siguen pateando la pelota y la fecha que se ha fijado para la próxima audiencia es el 29 de julio. Ha llegado el momento de tomar el toro por las astas y no depender de la inacción de la burocracia.
Así como los trabajadores de Arcor de Córdoba fueron la punta de lanza de la gran lucha de la alimentación, desnudando a la burocracia y conquistando el 35% de incremento salarial, los cuerpos de delegados y sindicatos combativos tienen que dar un paso al frente y establecer un plan de lucha que arrastre al resto del gremio y conquiste el 37% de aumento, que es lo que les corresponde a los trabajadores.

• Asamblea general de fábrica y plan de lucha.
•  37% de aumento salarial.

J. P. R.

El gremio de prensa se moviliza

¡TODOS A LA MARCHA DEL 29 AL MINISTERIO!

Por Crítica y contra el fraude electoral

Los trabajadores de prensa nos movilizaremos al Ministerio de Trabajo para exigir la impugnación de la Asamblea de Junta Electoral de la Utpba. A un mes del escandaloso fraude, el conjunto de las comisiones internas y agrupaciones opositoras, que reune a decenas de delegados de 16 empresas periodísticas, exigiremos la anulación del acto y la realización de uno nuevo, donde se garantice la democracia sindical.
Este reclamo se suma a la exigencia de una solución inmediata para los trabajadores de Crítica en conflicto, la denuncia a la ausencia de paritarias en el gremio y contra el trabajo precario y en negro.
El 29 de junio se realizó la Asamblea Extraordinaria de Junta Electoral de la Utpba, en lo que la burocracia montó un escandaloso fraude que produjo un repudio generalizado. El fraude fue montado con la colaboración del diputado kirchnerista Sabbatella, funcionarios de la Universidad de Lomas de Zamora y el Movimiento Evita, que aportaron centenares de personas ajenas al gremio. Mientras tanto, los trabajadores de prensa, con carnet en mano, fueron sometidos a un riguroso control que, incluso, impidió el ingreso a varios delegados opositores.
Una vez dentro de la Asamblea, la conducción no tuvo el menor empacho en presentar dos listas para quedarse con la mayoría y la minoría. A su vez, realizó la votación a mano alzada con un recuento “a ojo” que permitió que las mismas personas votarán dos veces, mientras reducía de manera ostensible los votos de la lista única de la oposición –que en una primera votación obtuvo 50 votos– y en el recuento, 92. ¡Un 50% más! A todo esto, documentos gráficos muestran claramente que la oposición reunía al menos 130 votos. Para la burocracia, el control de la junta electoral es decisivo para hacer pasar un padrón trucho que nada tiene que ver con los trabajadores.
El Ministerio de Trabajo se ha mantenido en silencio.
La convocatoria a la movilización es un llamado del gremio real al conjunto de los trabajadores de prensa a movilizarse en defensa de sus derechos, por la democracia sindical y por la realización de elecciones limpias.
En este marco, la Naranja de Prensa llama a conformar un gran frente de oposición de cara a las elecciones, para recuperar el gremio para los trabajadores y luchar por todas sus reivindicaciones.
¡No al fraude!
¡En defensa de Crítica!
Por una paritaria única para todo el gremio!

Ezequiel Ditro y Rubén Schofrin

NI MACRI, NI KIRCHNER

Los delitos de espionaje de Mauricio Macri giran por entero en torno al atentado contra la Amia, hace dieciséis años.
Nombró a Palacios al frente de la Policía Metropolitana. Le dijo a las autoridades de la comunidad judía que fue por “recomendación de la CIA, la DEA y el Mossad (el servicio de espionaje y de ejecuciones de Israel)”.
Palacios metió a Ciro James en la Secretaría de Educación de la Ciudad para espiar a Sergio Burstein, miembro de la agrupación Familiares y Amigos de las víctimas de la Amia.
Palacios se encuentra también procesado por encubrimiento en la investigación de ese atentado –por lo que está detenido.
Asimismo, ha sido imputado por su participación en la represión de la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre.
Un procesado por encubrimiento del atentado a la Amia fue “recomendado” a Macri por un organismo del Estado de Israel.
Macri ha justificado el pedido de apoyo a las autoridades institucionales de la comunidad judía, en su cumplimiento de la “recomendación” del Mossad.
¿Pero Macri es el único que acata las órdenes de los servicios de espionaje –extranjeros en su caso?
Néstor Kirchner prometió abrir los archivos de la ex Side, también involucrada en el encubrimiento de la investigación de ese atentado –y hasta ahora no ha cumplido.
Acaba de ser elogiado con una declaración especial de apoyo de las cámaras de Diputados y Senadores de Estados Unidos por haber orientado la responsabilidad del atentado contra Irán – como quieren los gobiernos de Estados Unidos e Israel.
El Mossad entrena a la policía de Tucumán, gobernada por el kirchnerista Alperovich.
Al igual que Palacios, las huestes de Kirchner en Santa Cruz reprimieron a las asambleas de la pueblada de 2001.
A Macri hay que echarlo y juzgarlo por conspirar con servicios de espionaje extranjeros y por bloquear el esclarecimiento del atentado contra la Amia.
A Kirchner lo mismo, porque la ex Side es una oficina de aquellos servicios.
El conjunto del aparato estatal, de adentro y de afuera, sigue encubriendo también a los responsables del atentado a la embajada de Israel; parece que este atentado nunca se hubiera producido.
El Partido Obrero condenó, en sus respectivos momentos, uno y otro atentado.
Es probable que los ‘protectores’ de Macri le hayan soltado la mano,  para que un eventual enjuiciamiento no saque a luz todo el rol que ha tenido el espionaje extranjero en el encubrimiento.
Que prefieran cambiar de “pollo”; Kirchner ha sido repetidamente felicitado por los yanquis y por Israel por su fogoneo contra Irán, en medio de amenazas de bombardeo nuclear a ese país.
Macri subió la apuesta, al todo o nada, pidiendo su propio enjuiciamiento.
Las comisiones investigadoras o las de juicio político, e incluso las investigaciones judiciales, soslayan la cuestión del encubrimiento de los atentados contra la Amia y la embajada de Israel, o sea que quieren enterrarla.
Para esclarecer la trama del espionaje y del encubrimiento hay que citar a declarar a Macri y a Kirchner.


martes, 20 de julio de 2010

La jueza dictó el sobreseimiento de Altamira, Pitrola y Ramal

Otacehé apeló

Los dirigentes del Partido Obrero Jorge Altamira, Néstor Pitrola y Marcelo Ramal fueron sobreseídos por el Juzgado Correccional Nº 2 de Morón en la causa por calumnias e injurias que les inició Raúl Alfredo Othacehé, intendente de Merlo.
El juez, tras rechazar el pedido de incompetencia presentado por la defensa, dio lugar al sobreseimiento al considerar que las expresiones políticas vertidas en un comunicado de prensa no implican el delito de calumnias e injurias. En su fallo, plantea que “resulta necesario recordarle al accionante (Othacehé) que, en un estado de derecho, las criticas al desenvolvimiento de quienes ostentan cargos públicos, deben permanecer exentas de acciones intimidantes que restrinjan su funcionalidad. Y precisamente quienes desarrollan sus actividades en la función pública a través de cargos electivos (son los que), deben velar por estas libertades, teniendo la obligación de rendir cuentas publicas de sus actos y de proteger hasta las voces no deseadas. Sólo basta recordar a Voltaire, cuando aclaró que ‘no estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo’”.

Este fallo judicial constituye un triunfo legal contra Othacehé en su intento de reprimir la voz de los opositores y los que se organizan contra un régimen de opresión, de negociados y patotas, el cual adquiere una mayor importancia porque ha sido obtenido en su propio distrito judicial.

No obstante la contundencia del fallo, Othacehé ha resuelto apelar la sentencia, muy probablemente con la expectativa de que la Cámara sea más condescendiente con sus intereses políticos.

Claudia Ferrero (Apel)

EL SIGNIFICADO DE UNA VICTORIA

La aprobación del matrimonio igualitario es una incuestionable victoria de los derechos democráticos, contra el clero y contra la reacción política.
“Estamos bajo una fuerte presión externa”, dijo Rodríguez Saa, anticipando la derrota del rechazo al matrimonio gay, minutos antes de la votación. En una sociedad caracterizada por la represión a la juventud, la discriminación laboral, el trabajo en negro y la opresión extrema a la mujer trabajadora, el reclamo del matrimonio igualitario se ganó una inocultable simpatía popular. El Senado deliberó bajo esa presión.
La derrota de la Iglesia debe medirse con referencia a la brutal escalada que lanzó contra esta ley. Esa ofensiva se extendió a todo el país, y culminó en la movilización lanzada sobre el Congreso en la tarde de este martes. La Iglesia jugó recursos cuantiosos para la concurrencia de parroquias distritales, colegios e instituciones religiosas de todo tipo.
Estas acciones acompañaron a las manipuladas “audiencias” de la senadora clerical Negre de Alonso, donde los agentes del clero y del capital se unían para condenar al matrimonio homosexual. En respuesta a estas expresiones reaccionarias, en la mayoría de las provincias se desarrollaron contramarchas y asambleas en defensa del matrimonio igualitario.

Miseria política 
 
La ajustada votación revela hasta qué punto la hostilidad a los derechos democráticos domina la agenda de los partidos capitalistas. Esa oposición fue disimulada con la “libertad de conciencia” que todos ellos otorgaron a sus legisladores. El gobierno K, que se atribuye el impulso del proyecto, no pudo disciplinar a una parte importante de sus senadores del interior. De esa deserción no se salvó siquiera el “fiel” Scioli, quien llamó a “despolitizar” el debate, o sea que se declaró neutral ante la ofensiva del clero. Cristina Kirchner permaneció en silencio durante todo el tratamiento parlamentario. Tardíamente, salió a criticar al “oscurantismo”, cuando la Iglesia se largó a una ofensiva de carácter general.
La mezquindad oficial sólo se parangona con la de sus opositores capitalistas. En el radicalismo, votaron a favor del proyecto sus principales voceros políticos, como Morales o Sanz. Pero por abajo, la mayoría de sus senadores votó compactamente junto al clero. Carrió, que se abstuvo en Diputados, buscó hasta el último minuto una variante de compromiso con la Iglesia. Los partidos históricos de la burguesía son tan dependientes de las capillas confesionales como de los grupos capitalistas que los financian.

Síntoma político 
 
Con su ofensiva contra el matrimonio homosexual, la Iglesia quería introducir una agenda de mayor alcance, que sirviera de base para un reagrupamiento político derechista. Ese programa planteaba el fin de los juicios militares en nombre de la “reconciliación”, el archivo definitivo para el derecho al aborto, tal como lo plantearon varios obispos en sus homilías.
La derrota del Senado es un golpe a esa agenda reaccionaria. Ni qué decir que el kirchnerismo, que enfrentó tardíamente esa ofensiva clerical, pretenderá adjudicarse la conquista. Pero la capacidad de un gobierno de explotar una victoria democrática está condicionada al carácter más general de su orientación política. En este plano, sus límites son inexorables. El mismo gobierno que se enarbola con el matrimonio homosexual juró vetar la causa popular más importante del momento, o sea, la elevación de las jubilaciones al 82% del mínimo y su actualización con los salarios. En la misma noche de la votación del Senado, el oficialismo pugnaba por acomodar la ley de glaciares a los intereses de la Barrick Gold
La victoria del matrimonio homosexual es un acicate para la conquista de todos los reclamos democráticos y sociales pendientes, desde el derecho al aborto hasta la conquista del 82% móvil. Pero no podemos delegar las batallas que se vienen en los partidos o direcciones gremiales atadas al capital y a la reacción política. Tomemos en nuestras manos la lucha por el salario, las jubilaciones y los derechos democráticos, para desarrollar sobre esa base una alternativa política propia.


Jubilaciones: los K y la oposición embarran la cancha

Ganemos la calle por el 82% móvil


En su concurrencia al Senado, el ministro Boudou dijo que si se avanza con el aumento de las jubilaciones, el país iría al “default”. Una vez más, el ministro mintió. En el mejor de los casos, el aumento que sancionaría el Congreso representa la décima parte de la deuda externa pagada por los “K” –y una proporción similar de la fuga de capitales consentida en los últimos tres años. De todos modos, lo de Boudou es una confesión. El kirchnerismo viene pagando deuda a los banqueros internacionales a costa de endeudarse, en igual medida, con la Anses y el Banco Central. Lo que los economistas llaman “deuda intraestado” es el saqueo de los recursos jubilatorios para pagar la deuda externa. En su presentación ante los senadores, Boudou defendió el uso de los fondos de la Anses, sin restricciones, para ese rescate de capitalistas y banqueros.

Desguace
 
Más allá de esta extorsión oficial, el pasaje del proyecto jubilatorio al Senado ha multiplicado el campo de maniobras contra la propuesta de elevar la jubilación mínima al 82% del salario mínimo. En Diputados, la oposición había logrado un dictamen favorable al 82% del salario mínimo, así como a la actualización de las jubilaciones de acuerdo con los índices salariales no reconocidos en el pasado. Aunque el oficialismo boicoteó su tratamiento en la Comisión de Presupuesto, los diputados estaban obligados a tratarlo en un plazo máximo de un mes, en sesión plenaria. Los propios opositores anticipaban, para esa eventualidad, una “holgada mayoría”. En vez de avanzar por ese rumbo, decidieron trasladar el trámite del proyecto al Senado, donde la relación de fuerzas es más reñida y las cooptaciones oficiales están a la orden del día. Por lo pronto, el Senado desguazó la iniciativa parlamentaria en dos proyectos separados. Por un lado, el que aumenta la jubilación mínima. Por el otro, el que establece la actualización de las restantes jubilaciones. En la tarde del martes 14, el dictamen de la Comisión de Presupuesto sólo abarcó el aumento de la mínima. El otro proyecto debe esperar su tratamiento en otra comisión. Así, ha quedado abierta la instancia de una votación amputada del proyecto original, incluso como parte de una negociación con los “K”.

Disparen contra el 82% móvil
 
Aún en esta versión mutilada, el resultado del Senado está en veremos. Una votación favorable sólo podría imponerse con el voto de varios semioficialistas, que han condicionado su voto a reclamos de fondos para sus distritos. Mientras tanto, en la Cámara de Diputados, la Coalición Cívica reclama que “se llegue a un acuerdo sobre la fuente de financiamiento” (La Nación, 12/7), a sabiendas de que las divergencias en la oposición son marcadas. Para el peronismo federal, los recursos deben salir de la “racionalización de subsidios a la energía eléctrica y al transporte automotor” (ídem), o sea que las mayores jubilaciones deberían ser pagadas con tarifazos. Pero la votación del aumento jubilatorio no debería estar condicionada a ninguna resolución especial sobre su financiamiento. Como cualquier otro proyecto, sus recursos deben ser discutidos y previsionados en el futuro presupuesto. A su modo, la oposición también embarra la cancha para limitar los alcances del aumento jubilatorio. La razón es sencilla: el Congreso reúne a los representantes de los lobbys capitalistas que salieron a rechazar, a coro, el proyecto de aumento de los haberes. En voz baja, los mismos bloques que dicen apoyar el 82% de la mínima sostienen que se trata de una decisión “poco meditada” y que “debe pensarse en el financiamiento a más largo plazo, y no sólo en la gestión de Cristina” (Clarín, 12/7). Un eventual gobierno opositor para después de 2011 no quiere cargarse con la “hipoteca” de jubilaciones.

Ganemos la calle
 
Lo que las conspiraciones parlamentarias no pueden cerrar es el clima de inquietud popular que se está gestando alrededor de la cuestión jubilatoria. El Partido Obrero lo ha podido pulsar con las mesas callejeras, la colocación del periódico y el inicio de una juntada de firmas por el 82% y la actualización de los haberes. En plazas y terminales de tren, se han formado colas para adherir al reclamo. Más que nunca, su porvenir depende de una gran movilización política. En los sindicatos, la batalla por el 82% y la actualización es también una bandera de lucha contra los Moyano y los Yasky, que han cerrado filas con el gobierno. Ganemos la calle, recojamos pronunciamientos en todos lados y preparemos una gran movilización al Congreso para cuando el Senado trate el proyecto. Sobre esta base, podremos quebrar las maniobras de quienes, desde el gobierno y la oposición, trabajaron durante décadas por la destrucción de las conquistas jubilatorias.

Marcelo Ramal

Barrick: Glaciares y privilegios impositivos



Para el miércoles 14 está prevista la discusión en la Cámara de Diputados de los proyectos de ley de protección de glaciares. Cristina había vetado en 2008 una ley votada por unanimidad. El veto fue calificado como el veto Barrick, por la minera canadiense que explota las minas de oro de Veladero y Pascua Lama (esta última compartida con Chile en la frontera de las altas cumbres sanjuaninas).
El lobby minero está ‘a full’ y juega a varias puntas. Con el apoyo kirchnerista (el almuerzo en Toronto con los directivos de la Barrick fue la cara más visible del alineamiento K con los pulpos mineros), se juega a que se trate el proyecto de Filmus, que tuvo media sanción en Senadores el año pasado. Este se diferencia del vetado en 2008, retomado hoy por su autor, Bonasso, en dos puntos clave. No prohíbe la explotación de las áreas periglaciares (que son las más amplias y donde, en general, se asientan los proyectos mineros); las permite, “sujetas a control”. El proyecto de Filmus fue apoyado en la comisión de diputados, no sólo por los oficialistas, sino también por “los diputados del peronismo salteño disidente Walter Wayar y Marcelo López Arias, Movimiento Popular Neuquino y el PRO” (El Parlamentario, 8/7).
Finalmente, otro sector de los opositores, si bien no quiere aparecer pegado al kirchnerismo apoyando el proyecto Filmus, tiene previsto modificar los artículos clave del proyecto de Bonasso para volverlo inocuo, si llegara a aprobarse.
Paralelamente, las provincias cordilleranas se reunieron bajo el auspicio del gobierno nacional y emitieron una declaración sobre normativa en materia ambiental, en la que señalan que “de conformidad con el artículo 124 de la Constitución Nacional, todos los recursos naturales, incluidos los glaciares, son del dominio de aquella provincia en cuyo territorio se encuentren”. Entre las provincias cordilleranas no sólo están las kirchneristas San Juan, Salta, Jujuy y Santa Cruz, sino especialmente la Catamarca del cobista Brizuela del Moral, quien “se comprometió a enviar cuanto antes un proyecto de ley a la Legislatura para garantizar a la provincia el control y cuidado del medio ambiente en las zonas de los glaciares y periglaciares, pero sin restringir las actividades productivas” (El Ancasti, 8/7). Lo mismo hizo el salteño Urtubey (Clarín, 8/7). El lobby minero tiene sus reaseguros en las provincias.
Esto pone en evidencia uno de los puntos centrales de la reforma constitucional del pacto de Olivos del ’94, que fuera apoyado por el radicalismo, el Frepaso y Pino Solanas. Los débiles y quebrados estados provinciales son los responsables de los recursos naturales. Esto consolidó a las camarillas al servicio de los pulpos petroleros y mineros, ya que vienen prorrogando concesiones y otorgando beneficios a granel.

Ventajas impositivas
 
La reciente denuncia de Carrió y Bonasso por “tráfico de influencias” de la Presidenta a favor de Barrick señala, entre otras, las ventajas impositivas del pulpo canadiense para su proyecto de Pascua Lama. Esto fue denunciado un año atrás por Prensa Obrera (véase PO Nº 1.090, 9/7/09). El acuerdo impositivo argentino-chileno aún no ha sido dado a conocer, sigue en secreto y la justicia ha sido impotente (o encubridora) frente a la negativa del gobierno a publicarlo.
Por lo que había trascendido en su momento (y que motivó la renuncia de funcionarios del ministerio de Economía con la contundente aclaración de que, si no, “vamos todos presos”), Barrick evitaría pagar retenciones (aun las mínimas que paga la minería) y obtendría mayores beneficios en materia de IVA y rentas, abusando del carácter binacional del proyecto para eludirlo.

Miguel Gómez

Telefónicos: las asambleas de base rechazan el "preacuerdo" salarial

Que se convoque a la asamblea general y al plenario de delegados
 
La burocracia de las dos federaciones que encuadran a los trabajadores de base de Telefónica y Telecom (Fatel y Foeesitra), Fopstta (supervisores) y Upjet (jerárquicos) acaban de firmar un "preacuerdo" salarial que es un fraude, luego de haber reclamado originalmente un 35% de aumento al básico y a todos los rubros (adicionales de convenio) y exigir que el acuerdo fuera por seis meses, para ser revisado antes de fin de año, conforme la inflación creciente.
El reclamo fue votado, además, por el plenario de delegados de Foetra Buenos Aires y apoyado por dos paros nacionales, que tuvieron un altísimo acatamiento.
Ahora, sin embargo, la burocracia firma un "preacuerdo" totalmente inconsulto con Telecom (van por lo mismo con Telefónica) con un aumento que ronda del 21 al 25% de bolsillo en julio, más 150 pesos en noviembre y 200 pesos en febrero de 2011 (y 5 pesos más por año de antigüedad recién a partir del 1º de enero). En el caso de los trabajadores de los call centers de Telecom, que tienen un convenio aparte, se vuelve a firmar un acuerdo salarial con importes inferiores al del resto de los trabajadores convencionados. Como frutilla del postre, las empresas se aseguran la "paz social" por un año.
Explota la bronca en las asambleas
Cuando el jueves 8 de julio se empiezan a conocer los términos del "precauerdo", la asamblea de base del edificio República vota por unanimidad rechazar el preacuerdo y ratificar los puntos exigidos originalmente. El rechazo al preacuerdo con Telecom se extiende a dos asambleas más que se realizan en el edificio Libertad, donde votan también rechazar el preacuerdo y ratificar la propuesta original: 35% de todo y al básico. Además de un acuerdo de seis meses.
El lunes 12 de julio, decenas de asambleas de sectores y edificios como Palermo, Cuyo, San Martín, Culpina, Jonte, Paternal, Morón, Ecuador, Costanera, Rodo, Avenida, Guatemala y asamblea de sector en Golf vuelven a rechazar lo que firmó la burocracia. Incluso, ante la presión de la base, sectores de la lista oficialista Azul y Blanca plantean en asambleas que no acuerdan con los términos del acta y se pronuncian por su rechazo.
Aunque ese mismo lunes, ante la presión de la dirección del sindicato, se logra desmontar la movilización del edificio República, esto no impide que unos 50 delegados y activistas de Telefónica y Telecom se presenten en la puerta de Foetra con un petitorio exigiendo la convocatoria urgente al plenario de delegados con mandato y a la asamblea general, lo que hasta el momento no ha sucedido.
Una gran parte de los telefónicos delegados y activistas está verificando en la práctica el costo que se paga por la cooptación oficial a un gobierno aliado de los pulpos telefónicos. Las direcciones sindicales moyanistas de la CGT y yaskistas de la CTA que codirigen el Sindicato Foetra Buenos Aires y la burocracia de la Foeesitra, otrora menemista y ahora kirchnerista, avanzan cada vez más en su integración al Estado.
La Lista Naranja de Foetra Buenos Aires llama a impulsar las asambleas de base en todos los edificios de Telefónica y Telecom para rechazar el preacuerdo que nos condiciona por un año y para que se discuta en el plenario de delegados y la asamblea de cada Sindicato cómo seguimos.
No a la "paz social" del gobierno y las empresas.
Sí al aumento del 35% y la revisión de las paritarias cada seis meses.

Pablo Eibuszyc, delegado Foetra - Lista Naranja

domingo, 11 de julio de 2010

VIERNES 16 DE JULIO

CHARLA-DEBATE

¡82% MÓVIL, AHORA! 


¿De qué se trata el proyecto de ley?
¿Cuáles son sus límites?
¿Porqué el oficialismo lo quiere vetar?
¿Para qué se usa el dinero de la ANSES?



16 hs


Para trabajadores jubilados y en actividad




En cámpora 2161 (Merlo Norte, a 2 cuadras de la estación)



Los jubilados se movilizan

Sólo en los primeros meses de 2010 hubo asambleas y movilizaciones por el 82% para jubilados, desde Puerto San Julián en Santa Cruz hasta el norte, pasando por Córdoba, Corrientes, Santa Fe, Villa Constitución, San Nicolás.
En localidades como Villa Constitución y San Nicolás, la composición mayoritaria es de viejos obreros de las siderúrgicas que sufren a flor de piel la diferencia entre sus haberes jubilatorios y lo que ganan los trabajadores activos.
En Corrientes, se movilizan contra los miserables 23 pesos de marzo salidos de la Caja Provincial.
En algunas provincias la lucha es para enfrentar las políticas de sus gobiernos de uso de las cajas para sus negociados. En otras, incluidas en la Anses, las movilizaciones son contra el gobierno nacional.
En todos los casos, el pedido es idéntico: la jubilación es el salario diferido, debe ser el 82% acorde al salario del trabajador en actividad.
En Capital hay un movimiento que se concentra todos los miércoles en Congreso, hay otro que lo hace los jueves en Tribunales.
La organización autoconvocada de Docentes Jubilados y en Acción, que se movilizó masivamente a Congreso y a Legislatura, forma parte de este proceso y convoca ahora a concentrarse en la Anses, el jueves 15 de julio, a las 12 horas. Sin embargo, está claro que esto no basta para imponer el reclamo histórico del 82% móvil para todos.
Es el momento de impulsar en los sindicatos, en la CGT y la CTA, una lucha de conjunto por el 82% de aumento de la misma y el 82% móvil. También se llamó a organizar la movilización en los centros de jubilados, las colas de la Anses y de Pami.
Existe un dato adicional a favor: los cientos y cientos de jubilaciones otorgadas por el gobierno a trabajadores que no tenían sus aportes al día –que durante años le sirvió para aletargar a las organizaciones de jubilados– han entrado en crisis por la miseria que significa un ingreso por debajo de los 895 pesos.
Miles a la calle por los derechos jubilatorios.

Nora Biaggio

Jueves 15 de julio, 12 hs, ANSES, (Córdoba y 9 de julio). Nos juntamos 10hs en Cámpora 2161 (a 2 cuadras de la estación de Merlo Norte)

GANEMOS LA BATALLA DE LAS JUBILACIONES

“Es demencial, una irresponsabilidad”, una locura”, repiten a coro los Kirchner, Boudou y Aníbal Fernández.
¿Se refieren a los medicamentos truchos? ¿A la inflación?
No.
Están furiosos porque se debate una ley para elevar la jubilación mínima al 82% del salario mínimo y actualizar los haberes congelados primero por Cavallo y luego por los K.
“No hay de dónde sacar la plata”, miente Boudou, mientras saquea sin vergüenza las reservas internacionales del Banco Central y los dineros de la Anses para pagar a los usureros internacionales.
“No hay de dónde sacar la plata”, repiten los tránsfugas, que nunca se preguntan de donde sacará la plata un obrero para pagar los aumentos de precios; o un contribuyente, para pagar mayores impuestos y tarifas; o el propio país, para pagar la deuda externa o los negociados de la patria paralela de los K y los De Vido.
Más grave es, sin embargo, lo que ocurre con Moyano y con Yasky.
Moyano, para sacar a los K del ‘apuro’, está planteando que se vote el 82%, a condición de que se lo vaya pagando en cuotas: primero el 60%, luego el 65, a paso cansino, como está acostumbrado a hacerlo él mismo en las paritarias.
Yasky eligió otro argumento: la Anses no tiene plata, que paguen los patrones, a sabiendas de que la mayoría del Congreso no lo votaría porque representa, precisamente, a esos patrones.
Yasky disfraza su oposición al 82% con el cinismo; en Ctera acaba de firmar un acuerdo que aumenta las jubilaciones docentes en un ¡0,98%!
Los macaneos de Moyano y Yasky nos dan una pauta de lo que ya se está negociando en el Congreso para desvirtuar los proyectos que se han presentado, ¡y que ya están desvirtuados, porque no establecen el 82% móvil sobre el último salario cobrado, sino solamente sobre el mínimo!
Sin embargo, podemos ganar, porque tenemos el apoyo de todo el pueblo.
Para eso tenemos que movilizarnos, ganar la calle, realizar debates, firmar petitorios y preparar una gran concentración para cuando se discutan los proyectos.
Necesitamos movilizar a los sindicatos: el dinero que los K están dilapidando es el que aportan los trabajadores activos, que llegado el momento también tendrán que jubilarse.
En este terreno hay que dar una gran batalla en las elecciones inminentes en Ctera y en la CTA, para denunciar y derrotar a Yasky, un agente de los K, que ya ha declarado su propósito de estatizar por completo a la CTA.
Para eso tenemos que organizar listas clasistas, o sea que denuncien y combatan la integración de los sindicatos al Estado, planteen su independencia de clase y rechacen cualquier ‘paz social’ con los patrones y su Estado.
Aprovechemos la indignación popular que desata la inflación, el crecimiento de la desigualdad social, la complicidad de las fuerzas de represión con el delito organizado, la corrupción, las embajadas paralelas, los negociados con las mineras contaminantes y con el conjunto de los capitalistas; aprovechemos esta indignación para ganar la batalla de las jubilaciones.
La consigna es: recurramos a todos los medios de movilización y de lucha para ganar la batalla de las jubilaciones.



El fallo Badaro y Sánchez para todos, movilidad por aumento salarial


A las calles por el 82% móvil

Cuando se echa una mirada hacia el ajuste contra los trabajadores en todo el mundo, para rescatar a los grandes capitales de la crisis, queda en evidencia que el bulto lo cargan los jubilados.
En primer lugar, porque tanto los sistemas estatales como privados se encuentran en quiebra debido a que tienen colocadas las contribuciones previsionales en acciones o deudas de las empresas y en títulos del Estado –cuyas acciones y bonos, respectivamente, se han desvalorizado en proporciones catastróficas. En el caso de los sistemas privados, los trabajadores han tenido que postergar la fecha de su retiro (sin que haya sido necesaria una ley que eleve el mínimo de la edad para jubilarse). Esto ocurre principalmente en los Estados Unidos. Pero el desastre no exime a los sistemas estatales, pues según acaba de revelar Boudou, los 160 mil millones de pesos en acciones y deuda pública que tiene la Anses (que acumularon las ex AFJPs y luego la gestión K) cotizan hoy a un valor de mercado de 70 mil millones. O sea que las gestiones públicas y privadas (capitalistas) han desvalorizado el fondo acumulado por los trabajadores para su jubilación en un 60%. Para colmo, las ‘inversiones’ de la Anses en títulos públicos y Letras del Tesoro en pesos se ajustan de acuerdo con el índice de inflación del IndeK, mientras los intereses –unos 8.000 millones de pesos anuales– no quedan en el sistema previsional sino van a pagar la asignación que antes pagaba el Tesoro. Entre ese dinero acumulado se encuentran depósitos a plazo fijo, a tasas de interés inferiores a la inflación, en los bancos que se han comprometido con el gobierno a prestarlo a grupos capitalistas afines al oficialismo. Es decir que los subsidios a las empresas son mayores que los anunciados.
La quiebra de los fondos de pensiones, sean privados o estatales, que fueron usados primero para subsidiar al capital y luego para financiar su rescate, ha sido el pretexto para que Grecia, España, Francia, Alemania e Italia hayan elevado la edad para jubilarse y reducido en porcentajes variados el monto de las jubilaciones. La UE propone una ley comunitaria para llevar la edad jubilatoria a los 70 años. Berlusconi acaba de presentar un proyecto de ley para que, además, la edad de retiro se suba cada tres años, de acuerdo con el aumento de la expectativa de vida. El bufón de los italianos evita decir que las personas que vean privada su posibilidad de retiro tampoco podrán trabajar o seguir trabajando, debido al crecimiento de la desocupación. Como se puede ver, la cruzada del capitalismo contra los trabajadores se ensaña en especial contra los jubilados.
Ahora que el sistema jubilatorio ha llegado a su “madurez”, queda claro que el “estado de bienestar” fue un eufemismo para designar un período en que las cajas recaudaban aportes pero eran escasas las jubilaciones a retribuir. El excedente que se generó en esa etapa fue literalmente confiscado por el ‘estado de bienestar’, que lo destinó al financiamiento subsidiado a los capitalistas. Cuando la nómina de jubilados comenzó a crecer (en Estados Unidos la llaman la generación de posguerra o ‘baby boomers’), el desfalco a las cajas quedó al desnudo y los Estados comenzaron a compensar el faltante con impuestos o con la desvalorización de las jubilaciones por medio de la inflación. No son, por lo tanto, las tendencias crecientes de expectativa de vida o la menor natalidad las que han hundido a las jubilaciones, sino simplemente el capital, que se financió con las cajas de jubilaciones en la ‘bonanza’ y ahora las hunde con la crisis. Un gobierno de trabajadores no solamente garantizaría un retiro digno, sino que, más importante, garantizaría la posibilidad de que las personas de la tercera edad sigan trabajando y creando en concordancia con sus condiciones de vida. No hace falta decir que este abordaje social incrementará aún más la calidad y las expectativas de vida.
Argentina, primera
En la Argentina kirchnerista, el ajuste contra los jubilados supera al de Europa, a pesar de que la Presidenta se pasee por el mundo dando lecciones contra los ‘ajustes’ europeos –aunque votando a favor de ellos, como ocurrió, en el FMI, con el paquete para Grecia. Es que en Argentina, la jubilación promedio apenas llega al 36% del último salario y es un 80% menor al costo de una canasta familiar. Los K lo ven de otro modo, claro: aseguran que la jubilación mínima ha crecido, desde 2002, por encima de la inflación. Pero, mientras a principios de la década, los que cobraban el mínimo no llegaban al 10% del registro, hoy ha caído a esa categoría el 80%. Lo que es aún peor, los K hacen sus cálculos sobre los mínimos congelados por Menem, que luego volvieron a desvalorizarse con la devaluación y la inflación de 2002. Los jubilados tampoco recibieron nada (como sí ocurrió con las empresas y bancos) del ‘crecimiento a tasas chinas’ desde 2003, lo que equivale a una desvalorización relativa (respecto del PBI) de sus haberes (digamos de paso, que el mismo ‘perro’ meten los K con la deuda externa: parten del crecimiento usuario de la deuda en 2001, como consecuencia de megacanjes, blindajes, préstamos garantizados y tasas usureras de más del 30%, para luego presentar a la ‘quita’ como un ‘despojo’ a los acreedores, cuando se limita a retrotraer el nivel de deuda que existía con anterioridad a ese desfalco). En resumen, el gobierno kirchnerista consolidó la confiscación de las jubilaciones que ejecutaron los gobiernos que lo precedieron, y encima agravó la condición de los millones de jubilados que se encontraban por encima del mínimo. Jactarse de pagar una jubilación de 900 pesos (que no cubre el gasto semanal de maquillaje de la Presidenta) al 80% de los jubilados, retrata de alma y vida a un gobierno anti-obrero.
Sinvergüenzas
El oficialismo, con K a la cabeza, ha reaccionado con inusitada virulencia a la posibilidad de que el Congreso apruebe una jubilación del 82% del salario mínimo y la actualización de las jubilaciones; su pedigrée nacional y popular se vino abajo en menos de lo que canta un gallo. Asegura que la propuesta es ´destituyente´, porque la Anses no podría financiar los aumentos. Dicho en otros términos: la deuda externa tiene financiación, el pago adelantado al FMI, también, lo mismo el nuevo arreglo con los acreedores de bonos en default –los ‘curros’ más destacados de una lista que es interminable, porque incluye subsidios a GM, a Peugeot y otros. Todo esto suma decena de miles millones de dólares, cuando el misérrimo aumento que recibirían los jubilados si se aprobaran los proyectos propuestos, no sumaría más que 30 mil millones de pesos por año. ¡El proyecto de Presupuesto para 2011, dicen los que saben, prevé comenzar los pagos al Club de París! La deuda externa es un flujo continuo de pagos periódicos (no un pago de única vez) que tiene hipotecado al país desde hace cuarenta años, y va por otros cuarenta años más.
Ahora bien: si los precios aumentan sin que se les pregunte a los consumidores si tienen recursos para solventarlos; si lo mismo ocurre con los impuestos, que ignoran la posibilidad de pago de los contribuyentes; si se permite una fuga de capitales de casi 50 mil millones de dólares, sin preguntarse si esto afecta o no la capacidad de inversión del país; y si la cosa se repite cuando se paga a los buitres internacionales; si esta es la norma general, ¿a qué obedece esta súbita reacción ‘nacional y popular’, que rechaza otorgar un aumento misérrimo a los jubilados con el pretexto de que no alcanzan los recursos?
El problema no es contable sino social. Para el capital el gasto en jubilados es improductivo –no es una fuente de explotación que permita generar nuevos beneficios (esto es, sin embargo, falso, pues se trata de un salario que se paga en forma diferida a un obrero productivo que ha dado ganancias al capital). El problema es, luego, político: basta con que la Anses deje de subsidiar parásitos capitalistas, o que se reasignen los derroches del Presupuesto, para que el 82% sea perfectamente viable. El aumento lo deberían financiar los capitalistas, a quienes Cavallo les redujo las contribuciones previsionales. Después de todo, si las jubilaciones no son más que un salario diferido, el rechazo del capital a pagarlas equivale a un robo.
Los K pretenden ahora movilizar a los capitalistas contra el 82% (y contra el reajuste de las jubilaciones que están por encima del haber mínimo) para que presionen al Congreso y para convertir la discusión sobre las jubilaciones en una extorsión de que el 82% y los reajustes dañarían la ‘competitividad’ de la economía. Solamente un deshonesto puede usar este argumento cuando la productividad del trabajo (el monto de producción sobre el número de obreros) ha crecido sin interrupción en el medio siglo último. Repetimos: no es una cuestión contable, pues los recursos existen siempre, y ahora también; la cuestión son las prioridades que se les asigna.
Rebelión popular
La aparición de los proyectos del 82%, por parte de la ‘oposición’, no responde a una inesperada vocación popular: en su momento, no vaciló en reducir las jubilaciones en un 13% ni en votar impuestazos ‘célebres’ (para pagar, como siempre, la deuda externa). Los proyectos buscan una salida a una crisis del régimen político, que pueden explotar en cualquier momento en forma catastrófica. Ocurre que la Corte Suprema se ha visto obligada a declarar inconstitucional los congelamientos de Cavallo y los posteriores a 2002, lo cual crea una nueva deuda de varios miles de millones de dólares para un Estado que tiene que arrebatar dólares del Central para poder pagar la deuda existente. Los proyectos opositores son una operación de rescate frente a la acumulación de 350 mil juicios que ya tienen un fallo favorable asegurado a partir del dictado en los casos de Badaro y Sánchez. Se trata de una movilización extraordinaria de jubilados, por vía judicial, que les insume un enorme esfuerzo e incluso un costo económico. La generalización de los ajustes ya decididos por la Corte en esos dos fallos, obligaría al Estado a actualizar las jubilaciones anteriores a 2006 y cargar con el compromiso de los retroactivos, que en algunos casos llegan a los años 80. Esa generalización es inminente.
La iniciativa de la ‘oposición’ procura una salida a este gigantesco impasse. Por eso sus proyectos no incluyen el pago retroactivo de los congelamientos, ni tampoco el 82% sobre el salario último del trabajador (sino sólo sobre el salario mínimo). El objetivo de esta legislación limitada es que sirva como pretexto para que la Corte dilate un fallo colectivo y para que las jubilaciones superiores a las mínimas, desde antes y después de 2006, se ‘instalen’ en un monto equivalente al 40/50 del salario último del trabajador. El proyecto de los ‘opositores’ no es ‘destituyente’ sino ‘conservador’. Es sobre esta base que oficialistas y opositores ya están buscando un compromiso ulterior, que reduzca aún más la concesión que se haga a los jubilados. El operativo lo encabeza Moyano, quien propone un ajuste del mínimo (y el reajuste de las escalas superiores) en forma progresiva o en cuotas –y, naturalmente, el mantenimiento de la movilidad actual– basada en un índice de recaudación fiscal y no, integralmente, en la inflación o los aumentos salariales (que incluya los ítems ‘no remunerativos).
Nuestra posición
En el Congreso no hay una bancada obrera, y para peor los Moyano y los Yasky se han puesto del lado del gobierno y de las patronales contra los trabajadores y los jubilados. El más pérfido es Yasky, quien ha sacrificado el 82% móvil de los docentes, firmando ajustes del 0,98% para los maestros jubilados y pactando aumentos salarios no remunerativos, que no se toman para el cálculo de la jubilación; Yasky ha condicionado el apoyo al 82% en debate a que se financie con un aumento de contribuciones patronales –a sabiendas de que los diputados no van a hacerlo y destruir así la posibilidad de que sea votado el 82%. Una fuerte bancada obrera opondría a los proyectos de la oposición patronal, un proyecto integral del 82% móvil; la devolución de las jubilaciones confiscadas por el congelamiento; la devolución de la Anses a los trabajadores; impuestos al capital; el rechazo al canje fraudulento y el no pago de la deuda externa. Y apoyaríamos ese proyecto con una movilización popular y de los sindicatos.
En ausencia de esa bancada y de la posibilidad de que se vote un proyecto que establezca los derechos de los jubilados en forma plena, llamamos a impedir que naufrague el proyecto de llevar la jubilación mínima al 82% del salario mínimo; reajustar todas las jubilaciones afectadas por los congelamientos de 1991 y de 2002; y establecer una movilidad de acuerdo con la suba real de los salarios –no la movilidad trucha semestral vigente. Advertimos que opositores y oficialistas ya están negociando para reducir aún más esos proyectos que ya rebajan lo que corresponde por justicia a los jubilados.
Movilicémonos al Congreso cuando se traten los proyectos.
Manifestémonos en las Comisiones del Congreso.
Exijamos un debate en los sindicatos y un plan de lucha de la CGT y la CTA.

Jorge Altamira

Adónde va la CTA y nuestra política

Para Pablo Micheli, de ATE, “no hay unidad porque nos vinieron con la imposición de un candidato a secretario general, sin poder discutirlo. Pero a los de ATE no nos arrean, por más que crean que tienen poder”. También cree necesario aclarar que la división entre Yasky y De Gennaro “no es una lucha de aparatos entre ATE y Ctera, porque el que apuesta a eso pierde. Pero es absolutamente cierto que con ATE no se jode”. En lenguaje típico de la burocracia cegetista, que siempre defiende un aparato contra otro, anuncia que ATE dará batalla electoral. Claro que nunca se tomó el trabajo de discutir esto con las bases de ATE, como tampoco se le ha ocurrido a Yasky con las bases de Ctera. En el mismo reportaje, Micheli cree necesario defender a los “militantes de la CTA que apoyan al gobierno kirchnerista porque somos plurales”, o sea que sale a cubrir a Yasky incluso después de la división. Pero no son los ‘militantes’ quienes están en los diarios defendiendo la sumisión política a los K sino los dirigentes yaskistas, que no cuentan con mandato para eso, como tampoco lo cuenta De Gennaro para defender al capital sojero. La pluralidad debe servir para elaborar un mandato sindical, que luego debe ser defendido por medio de la acción, no para justificar las decisiones inconsultas de los burócratas, que comprometen la independencia formal y clasista de los sindicatos. Las elecciones en la CTA se van a realizar con los padrones fabricados por su burocracia, respaldados por el Ministerio de Trabajo. Sobre esto, Micheli no tiene nada para denunciar.
La letanía del pluralismo apunta a encubrir la volatilización política de la corriente oficialista de la CTA, que no aprendió nada de su pasado aliancista y de su conducta antagónica al levantamiento popular de 2001.
La atomización de la dirección de la CTA se expresa en las regionales, donde se planean listas “autónomas”, para despegarse de una u otra lista del ex oficialismo. Watsejko, del sindicato del neumático, insiste en otra variante con el propósito de quedar bien parado en las seccionales y mirando en su propio futuro: la de ofrecer al sindicato del Neumático, o sea él, como ‘prenda de una unidad’. Esto fue rechazado por Micheli con el calificativo de “amontonamiento”, para que no le ‘jodan’ su propio aparato.
Las listas “ni” uno “ni” otro en las seccionales expresan la profundidad de la crisis del oficialismo. En el ‘ni, ni’ se esconde una gran confusión ante la crisis, sin dejar de ser un intento de varios caciques locales para preservar sus posiciones y sus pequeños presupuestos de seccionales. La única salida a esta crisis es plantarse con una posición clasista, que se plasme en una lista nacional.
El tironeo de la cúpula de la CTA se opera de espaldas a las tendencias a la lucha y a la rebelión que recorre todos los sindicatos de la CGT y de la CTA. A los Micheli y a los De Gennaro no se les ocurre convocar a un congreso de bases si realmente creen que su disputa con Yasky es un intento por asegurar la autonomía de la CTA.
En el Congreso provincial de ATE, hace pocos meses, los delegados de ATE Sur y de Tribuna Estatal presentaron un plan de lucha y criticaron a la Constituyente Social por significar una vía de subordinación de la clase obrera a sectores patronales (disfrazados de pequeños productores o afiliados individuales). El sindicato de ATE Sur, como tal, decidió promover la formación de listas independientes de ambas fracciones de la burocracia de la CTA, tanto en lo local y provincial, como en lo nacional.
El Sutna (neumáticos) de San Fernando ha girado también un llamado de parte de su cuerpo de delegados y de su comisión directiva. La dirección de AGD-UBA ya encabezó una lista clasista nacional en las pasadas elecciones de la CTA y ha definido, de nuevo, la necesidad de una nueva dirección de la CTA. Es importante que al interior de todas las organizaciones obreras combativas de la CTA se abra el más amplio debate.
Organicemos, en común, plenarios locales y un plenario nacional.

Néstor Pitrola

CRISTINA EN CANADA

Barrick Gold, el gran aliado de los K

En su viaje a Toronto, para asistir a la cumbre presidencial del G-20, Cristina Kirchner asistió a un almuerzo convidada por el fundador de la Barrick, la empresa minera que explota desde hace más de cinco años el yacimiento de oro de Veladero en San Juan y que está construyendo a pocos kilómetros de allí, en la frontera con Chile, la mina de oro de Pascua Lama, una de las más grandes y rentables del mundo.
Cristina no se limitó a comer. A los directivos de Barrick “les aseguró que ‘las reglas no cambiarán, y eso es muy importante para una inversión de largo plazo’” (La Nación, 27/6).
Música para los oídos de los mineros cuando el precio del oro se encuentra por las nubes, porque los K les aseguran que no tocarán un céntimo de esa enorme plusvalía o ganancia extraordinaria. ¡Y el Credicoop Heller nos dice que pretende gravar la renta financiera!, como si el diferencial entre el costo de producción del oro y su precio no fuera una renta financiera –más allá de la estrictamente minera.
La Presidenta disipó cualquier temor de los pulpos a que el Estado les fuera aumentar las amarretas regalías fiscales de un 3%. En Australia, al primer ministro le acaba de costar la cabeza su pretensión de aumentar esas regalías para recoger alguna migaja del alza espectacular de los precios (la prensa calificó a la destitución como un “golpe incruento”).
Mme. Kirchner no quiso correr el mismo riesgo –aunque cuando vetó la ley de glaciares ya se había cubierto de semejantes sinsabores. “La palabra de la Presidenta y la promesa de más inversiones, concluye el enviado de La Nación, sepultaron el reclamo” (de aumentar las regalías). La misma Barrick fue señalada en su momento como la impulsora del veto de Cristina a la ley de glaciares -que prohibía la explotación de yacimientos mineros en la zona donde se encuentran justamente Veladero y Pascua Lama.
También fueron de la partida alimentaria en Toronto los directivos de Panamerican Silver, que explota la mina de Manantial Espejo de plata y oro en Gobernador Gregores, provincia de Santa Cruz, y que acaba de comprar el yacimiento Navidad en el norte de la meseta de Chubut, la más grande reserva de plata del país y una de las más grandes del mundo. Das Neves se apresta a modificar la legislación provincial que prohíbe la explotación minera a cielo abierto –de nuevo, para facilitar los negocios del pulpo canadiense.
También participaron directivos de Oro Cobre y Lithium Americas, que está encarando la explotación de sendas minas de litio en los salitrales de la puna salteño-jujeña. El noroeste argentino, al igual que Bolivia, posee grandes reservas de este mineral, que es clave en la fabricación de las baterías para los autos eléctricos o híbridos, la tecnología del futuro.
Cristina estuvo acompañada por sus gobernadores mineros. Junto a Gioja, el agente descarado de la Barrick, se anotaron el salteño Urtubey y el jujeño Barrionuevo, los continuadores de la política de Romero y Fellner. No faltó tampoco el riojano Beder, que hizo campaña criticando el proyecto de la Barrick en Famatina. Que no hayan ido el sureño Das Neves o el cobista Brizuela del Morral, de Catamarca, es sólo anecdótico, pues de todos modos no abrieron el pico después del almuerzo canadiense; ¡cómo lo van a hacer si son pioneros en la entrega y en la destrucción del ambiente!
No estamos, sin embargo, ante otro negociado más de cuño ‘nacional y popular’. Los K se vuelven a colocar firmemente del lado de los pulpos mineros en la confrontación de éstos con China por los precios de las materias primas minerales. Barrick es un aliado ‘necesario’ cuando en el G-20 consideran que hay socios de más en el grupo y que habría que despedir a algunos –entre ellos, la Argentina K. Por esta razón, lo más importante de la cumbre paralela de Toronto entre la dama (y la intelectual) del matrimonio con Barrick y compañía fue la declaración del presidente de este pulpo, quien elogió: 1) el canje; 2) la transparencia institucional del gobierno; 3) la solidez de las instituciones políticas. Barrick se ha transformado en el puntero electoral más importante de los K y en un blindaje mundial para el dúo de gobierno.
Mientras tanto, en la fachada del Cabildo siguen pasando el episodio de la cadena en la Vuelta de Obligado, en 1845, que simboliza en el ritual nacional a la gesta de la soberanía.

Miguel Gómez

Telefónicos: que nada se firme sin asamblea general


35% DE AUMENTO Y REVISIÓN A 6 MESES

Luego del paro de 48 horas, cuando todo el gremio esperaba una profundización de las medidas de lucha, las cuatro federaciones y sindicatos (Fatel, Foeesitra, Fopstta y Upjet, que representan a los trabajadores telefónicos, personal de supervisión y jerárquicos) abrieron un compás de espera en el Ministerio de Trabajo que se estiró durante toda la semana siguiente – una suerte de “conciliación obligatoria” de hecho, en la cual se desarrolló una negociación con las empresas sin informar de nada a los trabajadores.
La falta de información de las negociaciones no es un problema menor. Una vez más se presenta la contradicción entre los intereses de los trabajadores y los intereses de las empresas y el gobierno. El gobierno, apretado por la crisis de las paritarias en la que no ha logrado fijar un techo salarial, ha tenido que salir a “apretar” para que no se firmen “aumentos desmedidos”, apoyándose en la burocracia sindical adicta. Pero la inflación continúa haciendo estragos sobre el salario de los trabajadores y el gobierno ni siquiera ha modificado aún el mínimo no imponible que debería eliminarse para acabar con ese impuesto al salario disfrazado de “ganancia” que afecta a miles de trabajadores.
El gobierno se ha colocado en estas paritarias, así como también lo hizo en las luchas contra el tercerismo, como un defensor intrínseco de los intereses monopólicos de las empresas telefónicas. Recordemos que Telefónica aún posee casi el 50% de las acciones de Telecom.
Las negociaciones en el Ministerio de Trabajo son el mayor ámbito de presión de las patronales para que se bajen las expectativas de un aumento salarial real y se llegue a un acuerdo para volver a discutir en un año. Pero son precisamente esos acuerdos los que son rechazados por la base del gremio porque se ha venido perdiendo el poder adquisitivo del salario, mientras otros gremios firmaron a principio de año y ya vuelven a discutir.
El 35% de aumento por seis meses es para empatar la inflación de este año. Pero para conseguirlo, se impone la exigencia de un paro con movilización nacional.
Además, se debe incluir en las negociaciones con las empresas la exigencia de la reincorporación de los dos compañeros despedidos y el cese de las persecuciones sindicales en Telecom. La recorrida de Manuel Salguero, despedido por Telecom en Córdoba, logró despertar la solidaridad de numerosos trabajadores y delegados de base, que participaron en asambleas de edificio (República, Libertad, Humahuaca), a pesar de que ninguno de los sindicatos que llevan adelante la negociación con las empresas (Foeesitra, Fopstta, Upjet y Foetra/Fatel) ha tomado el tema. Se trata, sin embargo, de defender la actividad sindical frente a la persecución de esta patronal, que se ha extendido a otros trabajadores que fueron sancionados por salir de testigos en la causa judicial contra la persecución de Telecom.
Algo similar sucede con el compañero Escalante, despedido por Telecom en Buenos Aires hace más de cuatro meses.
Este es el contexto en el cual se intenta organizar el activismo combativo de los edificios de Telefónica y Telecom. Vamos por las reivindicaciones. Que nada se firme sin pasar por la Asamblea General. Por el 35% para todos los rubros y por seis meses. Por la unidad de efectivos y tercerizados. Por un paro activo con una gran movilización nacional hasta conseguirlo. Reincorporación de los dos compañeros despedidos en Telecom.

P.E.

España: comienza la resistencia

El lunes 5, una asamblea de trabajadores del Metro de Madrid pospuso hasta el 12 de julio la adopción de nuevas medidas de lucha, con el objetivo de negociar con la empresa recortes presupuestarios que no afecten a la masa salarial. La decisión es una clara concesión a la exigencia de levantar las medidas de fuerza para negociar por parte de la Comunidad de Madrid, el patrón de los trabajadores del subterráneo. No es menos cierto que la Comunidad pasó de la intransigencia absoluta a la voluntad de negociar. Más allá del buen fin de esta negociación, la huelga de los trabajadores y empleados de Metro fue uno de los hechos que desnudaron hasta qué punto el control de las direcciones de Unión General de Trabajadores (UGT) y de Comisiones Obreras (CCOO) puede resquebrajarse.
La semana del 21 de junio, los trabajadores del Metro votaron en asamblea tres días de huelga –el 28, 29 y 30 de junio– en contra de la rebaja salarial del 5% que el gobierno de la Comunidad de Madrid estableció. El lunes 28, la Asamblea de Madrid, parlamento regional, aprobó la reducción de sueldos para 200.000 trabajadores, entre ellos médicos, profesores, trabajadores de las universidades públicas y medios de comunicación como Telemadrid. El decreto de la Comunidad de Madrid incluyó además a los trabajadores de empresas públicas que fueron exceptuados en el decreto del gobierno central, entre ellos los del Metro.
El mismo lunes 5, ante la aprobación del decreto por la Comunidad, una asamblea de los trabajadores de Metro decidió mantener la huelga los días 29 y 30 de junio, pero no respetar los servicios mínimos abusivos aprobados por la empresa a la vista de la aprobación del decreto. Los trabajadores exigen ahora, entre otras cosas, que se retiren las más de 400 sanciones contra los huelguistas a raíz de los dos días de “huelga salvaje”.
En el Metro, además de los sindicatos CCOO y UGT, están presentes otras organizaciones sindicales. En particular Solidaridad Obrera, rama sindical de la anarquista Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Los trabajadores de Metro tienen además una larga tradición de lucha. Esta huelga tuvo lugar en medio de la tregua de hecho que CCOO y UGT han dictado para favorecer la aprobación de una reforma laboral antiobrera en el parlamento español antes de agosto. Tanto CCOO como UGT están presentes en el comité de empresa y de huelga, y han tenido que plegarse al movimiento; son signos de sus dificultades de supervivencia. Durante una semana, los trabajadores del Metro fueron el referente de la resistencia obrera.
Entretanto, en plena efervescencia madrileña, el 29 de junio se celebró en el País Vasco una huelga general. La huelga convocada por el sindicato nacionalista ELA-STV, vinculado con el Partido Nacionalista Vasco, y por LAB, el sindicato controlado por la izquierda independentista, tuvo una repercusión desigual, aunque de acuerdo con sus organizadores fue cumplida con éxito en las grandes concentraciones industriales de la región y en los transportes públicos. La jornada se cerró con importantes manifestaciones en las principales ciudades del País Vasco. Comisiones Obreras de Euskadi decidió plegarse a la huelga del 29 de junio. Es decir, por una vez que los sindicatos nacionalistas lanzan una movilización de clase contra las medidas del gobierno, CCOO se ve obligada a seguir el movimiento para no quedar en la acera de Rodríguez Zapatero, pero se da el lujo de decir que el decreto del gobierno ha sido por ausencia de negociación sindical, cuando ellos –CCOO y UGT– se pasaron meses en la mesa de negociación sin resultado alguno. En todo caso, el decreto es resultado de la pasividad de CCOO y UGT (www.ccoo-euskadi.net/webeuskadi/menu.do?Inicio:91066).
El otro acontecimiento significativo fue la convocatoria en Barcelona de una asamblea de trabajadores, ciudadanos y estudiantes por parte de los trabajadores y el comité de empresa de los trabajadores de autobuses de Barcelona. De acuerdo con los compañeros de En Defensa del Marxismo de Barcelona, que concurrieron al acto, asistieron entre 300 y 400 personas. La asamblea declaró que aspira a utilizar la convocatoria a la huelga pos-datada por parte de CCOO y UGT para el 29 de septiembre, dentro de dos meses y medio, en un eje de movilización. El acta de la asamblea declara que “resulta escandalosa la actuación de las cúpulas de CCOO y UGT, que después de haber apoyado a Zapatero durante todos estos años, ahora se muestran incapaces de plantarle cara. En lugar de convocar una huelga general para echar atrás las medidas, dejan que estas se aprueben, y nos hablan de una hipotética ‘huelga general’ para fines de septiembre.”
La asamblea propuso crear comités y asambleas de fábrica y de barrios, y organizar a los desocupados. El 15 de septiembre se ha convocado una nueva asamblea. Mientras tanto funcionarán comités de comunicación y expansión del movimiento, y se planteará el trabajo fábrica por fábrica, barrio por barrio, a partir de la auto-organización de los militantes y trabajadores. El comité de empresa de los trabajadores de autobuses de Barcelona tiene mayoría de corrientes clasistas y ha estado a la vanguardia de las luchas por el salario y las condiciones de trabajo en esa ciudad.

Sebastián

domingo, 4 de julio de 2010

82% MOVIL, AHORA

Siguiendo a su jefe, Néstor Kirchner, el ministro Boudou arremetió contra los jubilados: “el país no está preparado para pagar el 82% móvil”, repitió.
Pero esa misma tarde, el mismo ministro le “tomó prestado” a la Anses otros 1.200 millones de pesos, a cambio de intereses irrisorios.
A los Kirchner no les falta “preparación” para destinar la caja de los jubilados a la deuda pública, a la General Motors, a los empresarios K y a todo tipo de negociados.
Pero la miseria jubilatoria desborda los juzgados y se ha instalado en el Congreso Nacional.
Existe un proyecto que eleva la jubilación al 82% del salario mínimo y actualiza los haberes según lo establecido por la Corte. No reconoce, sin embargo, que el 82% y la movilidad se paguen de acuerdo al último salario percibido por el trabajador.
Pero incluso con esos límites, ¿será votado por el mismo Parlamento y partidos que vienen liquidando los derechos jubilatorios desde hace décadas?
Varios de sus voceros, como Rodríguez Saá o la senadora de Carrió, Estenssoro, han advertido que “no debería ponerse en riesgo el equilibrio fiscal”.
No se referían, claro está, al pago de la deuda externa o a los subsidios a los capitalistas, sino a los trajinados jubilados.
Pero, ¿cómo asegurar el 82% móvil sin terminar con la política sistemática de rescate al capital?
El kirchnerismo, por su parte, ya advirtió que vetaría la ley.
Entre unos y otros, podrían terminar pariendo, no el 82% móvil, sino una nueva frustración.
No podemos dejar en manos de ellos nuestro reclamo y nuestra lucha.
Marchemos al Congreso a reclamar el 82% móvil, rodeemos con miles de manifestantes cada reunión y cada sesión donde se trate el proyecto.
Coloquemos la cuestión en los sindicatos, para quebrar la indiferencia y el boicot de los Moyano y los Yasky.
La lucha y la rebelión de los jubilados ha “preparado” largamente las condiciones para arrancar el 82% móvil.
Hagámosla valer en las calles, con paros y con una huelga general.


DEL 3 AL 11 de JULIO

SEMANA ESPECIAL DE CAMPAÑA FINANCIERA


La Campaña Financiera del Partido Obrero avanza en todo el país. Los primeros ingresos corresponden al aporte de los militantes y de algunos centenares de simpatizantes, aunque muchos más se comprometieron a concretar el suyo con el cobro del medio aguinaldo de julio. Esto significa que durante los próximos diez días, toda la militancia del Partido Obrero se volcará a colectar esos aportes y a rematar debates con los compañeros de cada frente, fábrica, barrio y facultad.
Compañera, compañero: te invitamos a sumarte, con tu esfuerzo, a la lucha por un partido obrero.

La rebelión popular de los jubilados

El proyecto de ley sobre jubilaciones, que impulsan los bloques opositores en el Congreso, no demoró ni un poquito en desestabilizar el estado anímico y el político de la camarilla gobernante. La mentada derecha destituyente corre ahora a la camarilla por izquierda. La camarilla reaccionó con una torpeza de antología: primero Rossi y Kunkel, y luego el mismísimo Néstor, salieron a prometer el veto presidencial. Se envalentonaron más y lo mandaron al frente a Boudou. Lo que lograron es, sencillamente, convertir al proyecto de ley en una causa para la rebelión nacional. Los K han sido desafiados en su propio terreno: luego de que atacara el ‘ajuste’ en la reunión de presidentes del G-20, la Presidenta debía salir a defenderlo en su propio patio. En un mundo donde las jubilaciones son la principal variable del ajuste fiscal, la camarilla K defiende un régimen que otorga a los jubilados el 34% promedio del sueldo al cese laboral y tiene al 80% en la miseria de 900 pesos. Ninguno de los Estados ‘ajustadores’ ha llegado por ahora a semejante atropello. La Presidenta corre el riesgo de comprobar, a su propio costo, que el derecho del veto puede llegar a no ser más que papel mojado. Probablemente, acabará negociando con los De Narváez una salida intermedia, que dependerá, claro, de lo que le pidan a cambio.
El proyecto ha sido calificado del 82% móvil en forma impropia, pues se limita a establecer una jubilación mínima de ese porcentaje en relación con el salario mínimo (que es de 1.500 pesos), un 70% por debajo de la canasta familiar. Claro que, en vista de un próximo aumento de ese mínimo a 1.700 pesos, la jubilación mínima aumentaría más de un 50% en pocas semanas. La reivindicación no adulterada de 82% se refiere al salario al cese laboral –no a un salario mínimo manipulado por un Consejo de Salarios con intervención de las patronales y el Estado.
No es lo que plantea el proyecto de ley. Este plantea también el ajuste de las jubilaciones de acuerdo con la evolución de los salarios –no, como ocurre ahora, que se ajusta por un índice confuso que subestima la inflación. Se trata de una mejora, por cierto, pero que consolida la relación jubilación-salarios en un nivel muy bajo. Por último, el proyecto recoge el fallo judicial Badaro, que ordena ajustar las jubilaciones congeladas por Cavallo de acuerdo con la inflación. Se trata de la generalización de una sentencia modelo, que no devuelve las pérdidas ya ocasionadas a los afectados. El reclamo de extender el fallo Badaro ya ha ocasionado 350 mil presentaciones judiciales.
El proyecto todavía requiere precisiones, porque pretende establecer la financiación de los aumentos: los intereses del Fondo de Sustentabilidad, el aumento de los aportes patronales y otros. Las patronales se van a oponer. La mayor parte del dinero excedente de la Anses se invierte ahora en la compra de títulos de la deuda pública –lo mismo que hace, por ejemplo, Grecia: rescatar con dinero de los jubilados a los acreedores privados, antes de declarar el ‘default’. La aprobación del proyecto de ley acabará por darle un contenido progresivo real a la estatización de las AFJP.
El súbito interés del parlamento por la miseria de las jubilaciones basta para demostrar que no responde a un interés genuino de los parlamentarios, cuya mayoría está atornillada en el Congreso hace mucho tiempo. Es la consecuencia de una intensa movilización por rutas no tradicionales -como el recurso judicial, pero también las protestas y manifestaciones, como demostraron los docentes jubilados.
Ahora se trata de que el proyecto no quede bloqueado en las Cámaras o anulado por el veto. En el caso de la ley de glaciares, la camarilla vetó una ley votada por unanimidad, es decir incluso por sus propios seguidores. Se trata también de impedir que sea modificado para peor. Las patronales van a ‘tocar’ a los Macri, De Narváez, partidos provinciales y a otros aún tapados.
El camino que proponemos seguir es copar la plaza de Congreso en cada sesión de tratamiento del proyecto –incluso copar las reuniones de las comisiones vinculadas con el asunto. En este marco, debemos dar una batalla para que el 82% sobre el salario mínimo sea apoyado por paros y una huelga general. El Partido Obrero se empecinará, en esta campaña, para desenmascarar a los usurpadores de los sindicatos –tanto a la nueva pareja de Moyano-Yasky como a los alineados con los capitales sojeros.

Jorge Altamira

La crisis de la CTA recién comienza

 
Como se previó desde Prensa Obrera hace dos meses, la división de la burocracia o dirigencia de la CTA es un hecho consumado. Las fracciones de Yasky y de De Gennaro irán por cuerda separada a las elecciones internas previstas para septiembre próximo. En función de las divergencias políticas que exhiben unas y otras, es sorprendente que se hubieran empeñado durante semanas por formar una lista única. Simplemente, está en cuestión la supervivencia de la CTA.
La fracción que encabeza Yasky ha decidido convertir a las elecciones en un plebiscito para integrar la CTA al Estado. Yasky anunció oficialmente su intención de formar un frente político con Moyano para apoyar al gobierno K, con el pretexto de que las elecciones nacionales de 2011 son una suerte de ‘replay’ de la opción ‘Braden o Perón’. Lo curioso es que a los K les ha tomado siete años revelar a la opinión pública semejante alternativa. Planteado en estos términos, Yasky ha mandado al diablo el reclamo histórico del reconocimiento gremial de la CTA, para tomar el atajo de una integración directa al Estado. A partir de aquí, no es difícil conjeturar que de la división producida para las elecciones se pase a la formación, de hecho o de derecho, de dos CTA. La crisis deja comprometido otro punto: la campaña de la CTA, sostenida en la práctica por sectores reducidos, para crear sindicatos paralelos minoritarios (o, en algunos casos, sindicatos mayoritarios independientes) a los sindicatos de la CGT, como en IBM, el ingenio El Tabacal, en la minería o en el transporte colectivo de distancia.
Incluso queda comprometida la campaña de la CTA por el reconocimiento de los delegados con inscripción sindical simple. Aun con todo esto en juego, el eventual candidato de la fracción de De Gennaro, Pablo Michelli, secretario general de ATE, continúa negando su postulación. Los opositores a Yasky no parecen muy animados para enfrentar la kirchnerización y estatización de la CTA. Antes de las elecciones de la CTA tendrán lugar las de Ctera, que dirige la burocracia yaskista. Sin embargo, la fracción de De Gennaro no ha salido a organizar una oposición para hacerle frente o para apoyar abiertamente a la que emerja, como en el pasado, desde sectores de bases o de la izquierda.
Aunque el llamado degennarismo proteste contra el planteo de convertir a la CTA en sucursal de la Rosada, él mismo ha fogoneado acuerdos de ‘paz social’ (un valor positivo para esta fracción, en oposición al principio de la lucha de clases), que son una forma de convertir a los sindicatos en auxiliares del Ministerio de Trabajo. Michelli no pone reparos a que Yasky sea kirchnerista, porque –dice– la CTA es políticamente plural. Pero con esto sólo pretende justificar el derecho de De Gennaro o de la Federación Agraria (los chacareros capitalistas integran una central obrera) a apoyar a los sojeros en 2008 o a sus representantes políticos en la actualidad. Es claro para cualquiera con inteligencia mediana, que, con esta clase de ‘pluralismo’, una central obrera no puede existir. El pluralismo debe ser ejercido dentro de las organizaciones obreras para discutir y votar posiciones políticas que serán defendidas por la central obrera como tal. El ‘pluralismo’ ceteísta es funcional a la patronal y al Estado.
El caballo del comisario, en septiembre, es Yasky, pero este resultado no clausura la crisis, como se ilusionan los degennaristas, que creen que podrán seguir parasitando adentro de la CTA, amparados por el ‘pluralismo”. Sus compromisos políticos con el kirchnerismo, el yaskismo deberá pagarlos al contado y con intereses. Después de septiembre, la CTA estallará en pedazos o se convertirá en una central bajo muerte artificial o en puntera electoral; unos del gobierno, otros de la oposición.
Es en función de esta caracterización que deben establecer una orientación todos los que quieren enfrentar el copamiento de la CTA por parte del Estado, o su estallido y desaparición. Es necesaria la discusión de un programa político que desarrolle las pautas y la orientación de una CTA independiente del Estado, la burguesía y sus partidos, teniendo en cuenta que la crisis no se cierra en septiembre y que dominará el panorama sindical (incluso en la CGT, a la que se sumará Yasky de una forma u otra) en el período inmediato siguiente. Para esto se impone convocar a un plenario nacional, preparado con plenarios regionales, para organizar una lista contra la estatización de la CTA y que reivindique la convocatoria de un Congreso de Bases de la CTA para organizar la lucha para que “la crisis la paguen los capitalistas”. El desarrollo a la luz del día de un movimiento contra la estatización de los sindicatos, contra su conversión en puntos de apoyo del bonapartismo oficial, por su transformación de órganos de la lucha de clases; esto tendrá un impacto político en las filas de la CGT y en la situación política en general.

Jorge Altamira

Un aniversario sin festejos

A un año de la derrota electoral K


El aniversario de las elecciones del 28 de junio tuvo muy poco de celebración. De de Narváez a Solanas, pasando por Carrió, los opositores se repartieron entre lamentos y justificaciones. El presidente de la UCR, Sanz, se atajó señalando que “los problemas no se resolverán hasta la llegada de otro gobierno, en 2011”. Hace un año, el triunfo de la llamada ‘oposición’ había consagrado en las urnas la derrota del gobierno en el conflicto sojero. A esto se agregó la crisis mundial: en el trimestre en que transcurrió la campaña electoral, se produjeron la mayor caída de la producción de todo 2009, una gran salida de capitales y una serie de ocupaciones de empresas como respuesta a despidos y suspensiones. El adelantamiento de las elecciones a junio había resultado un error de cálculo electoral. El revés electoral del oficialismo puso de manifiesto, de este modo, una crisis de conjunto – tanto del régimen político como social. Dos años antes, la flamante Presidenta había buscado aprovechar la consolidación política del kirchnerismo, a partir de 2005, con la propuesta de una conciliación a la llamada oposición con el objetivo de ‘normalizar’ tanto las relaciones internacionales después de la renegociación de la deuda como las nacionales afectadas por el congelamiento de tarifas.
El sinsabor de los ‘opositores’, un año después, está plenamente justificado. El 28 de junio de 2009 habían prometido un viraje político que resultaría en una “parlamentarización” que desplazaría el centro de las decisiones políticas de la Casa Rosada al Congreso. En esta línea se escucharon planteos a favor de una nueva reforma constitucional para limitar poderes al Ejecutivo y posibilitar la destitución del jefe de Gabinete por parte del Congreso. El planteo parlamentarista fracasó sin atenuantes y ya no se escucha nada sobre la reforma constitucional. El gobierno aprovechó el período hasta la asunción del nuevo Congreso para dictar leyes fundamentales (como la ‘reforma política’) y aprobar el Presupuesto 2010. La oposición fue absolutamente incapaz de enfrentar estos atropellos mediante la movilización popular. Más tarde se produjo el choque por el uso de las reservas del Banco Central, que el gobierno ganó por varios cuerpos y, en el camino, reforzó la función de los decretos de necesidad y urgencia, que luego fue ratificada por la Corte. En este caso los ‘opositores’ se toparon con que la burguesía mundial aprobaba, aunque con entusiasmo retaceado, una medida que permitía pagar la deuda externa de Argentina y garantizar el canje de deuda y un nuevo ciclo de endeudamiento. La Corte defendió la vigencia del régimen de decretos de necesidad con el reiterado argumento de que limitan al Ejecutivo frente al Congreso (cuando nunca antes tuvo esa facultad constitucional) y cuando, en realidad, otorgan poderes legislativos al Presidente. En definitiva, a partir del resultado electoral del año pasado se desarrolló una fragmentación del régimen político, que se ha agudizado en las últimas semanas: hoy tenemos un bonapartismo presidencial que provoca choques permanentes; un parlamentarismo impotente que divide a los bloques opositores, y un Poder Judicial cuyos fallos son rechazados, lo que obliga al arbitraje permanente de la Corte Suprema.
Desborocotización
El kirchnerismo celebra una curiosa suerte de “renacimiento” oficial, cuando en los hechos ha instaurado un método de gobierno de crisis, que no le sirve para encarar siquiera los problemas apremiantes que le plantea la crisis mundial. Los K se complacen con la incapacidad de los opositores para imponer su victoria electoral en el Congreso, sin reconocer que la disgregación principal se viene produciendo en sus propias filas –con el apartamiento de senadores oficialistas, gobernadores y funcionarios en diferentes provincias y niveles. Los K se apoyan cada vez más en un gobierno de camarilla, como lo acaba de reiterar la salida de Taiana. Una parte importante de su personal transita con más frecuencia los pasillos de los Tribunales. La base social del gobierno es cada vez más contradictoria: de un lado, recibe el apoyo del imperialismo –por su alineamiento contra Irán–, de los especuladores de la deuda argentina, de los grandes pulpos mineros y las constructoras; del otro, el apoyo de una fracción cada vez más reducida de la burocracia sindical (Moyano y Yasky, cada vez más enfrentados en la CGT y CTA), cuya debilidad quedó de manifiesto en su derrota en el sindicato de la Alimentación y en otras paritarias. La cooptación de sectores que vienen de campos ajenos a la burocracia ha servido más para perjudicar el futuro de éstos que para beneficiar al gobierno. El gobierno podría incluso atribuirse haber logrado una polarización política de cara a las elecciones de 2011, pero se trata de una polarización superestructural o ficticia. De un lado, no ha logrado producir ninguna movilización popular; del otro, tampoco consiguió emblocar a la oposición en un único bloque de derecha. El bonapartismo impotente de la camarilla no equivale al ‘renacimiento’ que se adjudica el oficialismo.
El 28 de junio debería ser motivo de celebración para Solanas, después de su impactante segundo lugar en la Capital. Desde entonces ha desarrollado una agitación parcial contra la minería contaminante y, en parte, contra el canje de deuda, que hubiera debido desarrollar sus posibilidades políticas. Pero el aniversario lo encuentra en la antesala de una crisis.
Solanas mismo acaba de declarar que está “condenado a proponer debates y buscar consensos” (La Nación, 27/6), o sea, a actuar como rueda auxiliar del oficialismo o la ‘oposición’. El proyecto de Solanas es apuntarse para 2011, en un intento de repetir experiencias que acaban de fracasar electoralmente en Chile y Colombia. No es una fuerza de movilización popular, porque como lo repite Solanas hasta el cansancio, quiere cambios “dentro del sistema y los métodos democráticos”. La base sindical de Proyecto Sur, el ala Degennaro de la CTA, está siendo pulverizada por los agentes K. En estas condiciones debe superar la alternativa que ofrecería una alianza entre la UCR, el PS, la CC y el Gen. Ante esta circunstancia, no suena extraño que circule la versión de que Solanas podría convertirse en el candidato a Intendente de aquella coalición.
Celebrando el pasado
La carta más fuerte de la camarilla es la reactivación de la economía como consecuencia del ascenso, en gran parte especulativo, de los precios de las materias primas. Pero la complacencia es simplista, como lo demuestra la crisis comercial que enfrenta con diferentes países y, por sobre todo, el estancamiento de la ocupación laboral y la inflación. Los llamados países emergentes enfrentan la contradicción de que una reactivación incentiva las reivindicaciones laborales y sociales, cuando la crisis mundial se agudiza de día en día. Una reversión de las oportunidades económicas de los ‘emergentes’, o de Argentina en particular, pondría fin al experimento kirchnerista sin mayores trámites. La bancarrota europea reinstaló en la Argentina el escenario de la fuga de capitales. La sobreproducción mundial y el agravamiento de la competencia comercial liquidaron la “balanza comercial positiva”. La principal apuesta del canje –lograr financiamiento internacional barato– ya sucumbió, más allá de las discusiones sobre su “grado de aceptación”. El gobierno celebra su repunte como síntoma de un futuro venturoso. Pero, en verdad, festeja a cuenta de un pasado cuyas bases se encuentran agotadas.
La clase obrera
Hace un año, los trabajadores repartieron sus votos entre oficialistas y opositores. La clase obrera carece de una fisonomía política independiente; sin embargo, se ha convertido en el protagonista fundamental de la crisis en los marcos de las luchas reivindicativas. La burocracia sindical se encuentra en la mayor crisis de su historia, que procura superar con un reagrupamiento parcial de fuerzas entre la CTA de Yasky y la CGT de Moyano. Es un recurso para enfrentar la rebelión antiburocrática con el apoyo del Estado y, por sobre todo, un recurso del Estado para salvarse políticamente. El proceso iniciado por los trabajadores del subte (ya desde el segundo gobierno menemista) define una etapa de transición del movimiento obrero que se manifiesta en numerosas fábricas e incluso sindicatos. El gobierno ha puesto su mira en la cooptación de una parte de la dirección de este movimiento; lo mismo ocurre por parte de los sectores patronales de la oposición (Binner, por ejemplo, en relación con la fracción de oposición de la CTA). La clase obrera vive una etapa de rebelión, como ocurre con la clase obrera de numerosos países por la crisis mundial, frenada relativamente por la burocracia integrada al Estado, como sucede también en la mayoría de los países. Pero una cosa es cierta: la rebelión obrera va a continuar como consecuencia inevitable de la crisis mundial y de las crisis políticas que esa crisis engendra. En este marco se va a desarrollar la lucha por la independencia política de la clase obrera y la construcción de un partido propio. Contra el recurso último del Estado y la burocracia sindical de buscar compromisos con los trabajadores para defender la llamada ‘paz social’, es necesario desnudar que la ‘paz social’ es la vía para la derrota, y oponer a ella la independencia política de la clase obrera.
De nuevo en este marco, la independencia política de los trabajadores no será, ni puede ser, el resultado automático de las luchas reivindicativas. Es necesario introducir en las filas del proletariado la conciencia política de la bancarrota mundial del capitalismo, o sea la conclusión de que ella plantea la revolución social –la reorganización social sobre nuevas bases. Esta es la delimitación fundamental en el campo de la política obrera y socialista. La denuncia de que no debemos abordar la crisis mundial desde un ángulo catastrofista constituye no solamente un error sino, por sobre todo, un abordaje conservador y una vía para la capitulación. Obviamente, cualquier aproximación unilateral es negativa, pero en la presente crisis histórica es mejor ir ajustando, conforme al desarrollo de los acontecimientos, la perspectiva catastrofista, que tomar como partida la especie conservadora de que “el capitalismo sale siempre de la crisis” – una falacia que nunca podrá probarse porque, con la victoria del socialismo internacional, el problema mismo deja de tener sentido.

Jorge Altamira