La Presidenta anunció su demorada candidatura a la reelección con la promesa de un LCD para todos y el estandarte de la época -el pago en cuotas.
¿Pensará que la norma japonesa de la televisión digital disipará la estafa moral y política de Schoklender y de las Madres convertidas en Fundación u ONG?
¿O de los buitres del Inadi?
¿O, lo que es más importante, diluirá su desprecio y el de sus agentes en la provincia por los trabajadores de Santa Cruz -su provincia- quienes vienen librando una lucha desesperada por sus derechos y condiciones de vida, que el jueves 23 llegarán a Buenos Aires para sacudirla con sus reclamos?
La cultura de un pueblo es la que forja su lucha, no la del espectáculo.
La gesta nacional y popular es una pelea, no una pose: exigimos la inmediata satisfacción de los reclamos de los trabajadores de Santa Cruz -la provincia de los millones que se llevaron al exterior.
La mujer, que anunció su aspiración a la reelección de un modo trivial, asegura contra todas las evidencias que ha puesto en pie una gestión de gobierno donde no mandan las corporaciones.
No es, sin embargo, lo que surge de un juicio por evasión impositiva que involucra a todas las corporaciones en ligazón con el Estado nacional y los servicios de inteligencia, así como las usinas de facturas apócrifas y truchas por miles de millones de pesos (La Nación, 22/6); ni lo que opinan las mineras, las petroleras y las cerealeras.
El robo ha sido tan grande que han aceptado pagar 365 millones de pesos para no ir en cana -corporaciones y funcionarios del Estado nacional.
Santa Cruz es el símbolo de los explotados y ninguneados de Argentina.
Los del Partido Obrero en el Frente de Izquierda marcharemos con los trabajadores de Santa Cruz.
Al plasma en cuotas, que hipoteca los ingresos del pueblo, respondemos con el reclamo de un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar de 5.500 pesos, y una jubilación del 82% móvil para comprarnos los plasmas que queramos como nos venga en gana y para mejorar la condición material y moral de los que vivimos de nuestro trabajo.
¿Pensará que la norma japonesa de la televisión digital disipará la estafa moral y política de Schoklender y de las Madres convertidas en Fundación u ONG?
¿O de los buitres del Inadi?
¿O, lo que es más importante, diluirá su desprecio y el de sus agentes en la provincia por los trabajadores de Santa Cruz -su provincia- quienes vienen librando una lucha desesperada por sus derechos y condiciones de vida, que el jueves 23 llegarán a Buenos Aires para sacudirla con sus reclamos?
La cultura de un pueblo es la que forja su lucha, no la del espectáculo.
La gesta nacional y popular es una pelea, no una pose: exigimos la inmediata satisfacción de los reclamos de los trabajadores de Santa Cruz -la provincia de los millones que se llevaron al exterior.
La mujer, que anunció su aspiración a la reelección de un modo trivial, asegura contra todas las evidencias que ha puesto en pie una gestión de gobierno donde no mandan las corporaciones.
No es, sin embargo, lo que surge de un juicio por evasión impositiva que involucra a todas las corporaciones en ligazón con el Estado nacional y los servicios de inteligencia, así como las usinas de facturas apócrifas y truchas por miles de millones de pesos (La Nación, 22/6); ni lo que opinan las mineras, las petroleras y las cerealeras.
El robo ha sido tan grande que han aceptado pagar 365 millones de pesos para no ir en cana -corporaciones y funcionarios del Estado nacional.
Santa Cruz es el símbolo de los explotados y ninguneados de Argentina.
Los del Partido Obrero en el Frente de Izquierda marcharemos con los trabajadores de Santa Cruz.
Al plasma en cuotas, que hipoteca los ingresos del pueblo, respondemos con el reclamo de un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar de 5.500 pesos, y una jubilación del 82% móvil para comprarnos los plasmas que queramos como nos venga en gana y para mejorar la condición material y moral de los que vivimos de nuestro trabajo.